LA PALABRA
DE DIOS DICE SED SANTOS PORQUE YO SOY SANTO.
¿ DIOS BUSCA
SANTIDAD ÓPERFECCIÓN?.
¿Es posible
la perfección?.
Si decimos
que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos.
1 Juan 1:8
La falsa
doctrina del perfeccionismo enseña que hay algún momento después de la
conversión cuando se erradica la naturaleza pecaminosa del creyente. Pero según
el versículo de hoy, y sobre todo en el enfoque del apóstol Pablo al tema de
Filipenses 3:12-16, la perfección en esta vida es solo una meta, no una
realización. Debemos buscarla, pero nunca la alcanzaremos en la tierra.
Pablo
rechazó el perfeccionismo al llamarnos a que busquemos el premio que solo se
puede obtener plenamente en el cielo. Confesó que él mismo no había alcanzado
la perfección, ¡y escribió a los filipenses casi treinta años después de su
conversión! Tal vez fuera el cristiano más consagrado que haya vivido. Si
después de treinta años no era perfecto, sin duda ninguno de nosotros puede
decir que lo sea.
ABORRECED LO
MALO Y SEGUID LO BUENO.
“Los que
amáis a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos; de mano de
los impíos los libra” (Salmos 97:10).
Esto puede
ser una sorpresa para usted: el hecho de que sea un creyente no quiere decir
que debe amar todo. Escuchamos decir que los creyentes son gente de amor, y eso
es verdad. Pero, ¿sabía que si usted es un cristiano, no sólo debe aprender a
amar, pero también debe aprender a odiar? Si usted ama a Dios, entonces debe
odiar lo que Dios odia. Y eso es cierto a todo nivel. Si usted ama las
flores, seguro que odia la maleza. Si
ama la salud, entonces odia los gérmenes. Si ama a Dios, entonces debe odiar lo
diabólico. Es así de simple. Romanos 12:9b, nos dice en términos fuertes:
“Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” Un hipócrita ―que es algo que ninguno de
nosotros quiere ser―, es alguien que dice que ama a Dios, pero que no odia el
pecado. No le diga a otros que usted a ama a Dios, si no odia aquello que clavó
a Su Hijo en la cruz.
Pídale a
Dios que quebrante su corazón con las cosas que quebrantan Su corazón. Pídale a
Dios que le enseñe a odiar el pecado, pero amar al pecador.
APÁRTESE DEL
MAL Y HÁGA EL BIEN. ES LA ORDEN DE DIOS. 1 Pedro 3: 8- 13.
3:8
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables;
3:9 no
devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
3:10 Porque:
El que
quiere amar la vida
Y ver días
buenos,
Refrene su
lengua de mal,
Y sus labios
no hablen engaño;
3:11
Apártese del mal, y haga el bien;
Busque la
paz, y sígala.
3:12 Porque
los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos
atentos a sus oraciones;
Pero el
rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
3:13 ¿Y
quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?.
EL CAMINO A
LA SANTIDAD ESTÁ EN LA BIBLIA.
LA ORACIÓN:
UN MEDIO PARA ACERCARSE A DIOS.
Un gran
esfuerzo.
DIOS QUIERE DARTE LA MEDALLA DE ORO DE LA
SANTIDAD! ESFUÉRZATE!
"Por
eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense
para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él." 2
Pedro 3:14 (NVI)
En las
olimpiadas de Londres 2012 Usain Bolt fue el más rápido de la tierra, bajando
el record olímpico en la carrera de los 100 metros. Este hombre corrió diez
metros por segundo. Es lo que yo tardo en escribir una palabra en mi teclado.
Pero no es un improvisado. Desde la anterior olimpiada, cuando asombró al mundo
con su velocidad, Usain ha estado trabajando cada día con ese objetivo. Él
deseaba bajar unas milésimas de segundos su record. ¡Milésimas de segundo! Y
por algo tan pequeño estuvo trabajando y esforzándose diariamente durante
cuatro años. Sacrificio silencioso, mucho entrenamiento, sudor, cansancio,
estirar la resistencia al límite, régimen de comida, sin excesos, poca
diversión, mucho esfuerzo por unas milésimas.
¿Cuántas
veces se habrá preguntado este hombre si valía la pena tanto esfuerzo durante
esos cuatro años?, ¿cuántas veces acalambrado, habrá deseando dejar de
entrenar; levantarse y seguir dolorido su rutina?, ¿Cuántas veces habrá querido
abandonar? Jamás lo sabremos. Solo podemos saber algo. No bajó los brazos, se
esforzó más que nadie y alcanzó su objetivo. Fue el hombre más rápido del mundo
en Londres 2012.
El Apóstol
Pedro no corría mucho, pero también sabía de esfuerzos, su vida fue dura siendo
pescador, sabía de madrugar, de tener frío, de pasar la noche en vela, de
trabajar mucho y recoger poco. Por eso, cuando su vida estaba terminando,
mirando todo lo que había vivido, les resume a sus amigos en la frase de 2
Pedro 3:14, la razón para seguir entrenando.
El tiempo se
acaba, cada vez queda menos para la llegada de Jesucristo. Y el clamor de Dios
sigue estando vigente. Dios demanda santidad de tu vida y de la mía. Pedro lo
sabía, muchas veces había fallado, y muchas veces había luchado, trabajado y
sudado por mantenerse santo. Y lo había conseguido; ya anciano, nos pide que
nos esforcemos por estar en paz y en santidad con Dios.
Es un gran
esfuerzo, y en medio de tanta corrupción y pecado, suena tonto querer mantener
la santidad. Cuesta demasiado y no tiene resultados positivos a corto plazo.
Pero al igual que Usain, el sacrificio y el esfuerzo de ser santo para Dios lo
disfrutarás aquí y por toda la eternidad. Recuerda que solo aquel que se
esfuerza alcanza el objetivo.
MEDIOS PARA
LA SANTIFICACIÓN.
1. LA PALABRA DE DIOS. Ya hemos observado
que el Señor oró para que el Padre santificara a los creyentes por medio de la
Palabra (Jn. 17: 17).
2. 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu
palabra es verdad.
3. La iglesia primitiva consideró de gran
importancia el continuar en la doctrina de los apóstoles (Hch. 2:42).
4. 2:42 Y perseveraban en la doctrina de
los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en
las oraciones.
5. Nuestro Señor mismo sirve del mejor
ejemplo de la necesidad de usar debidamente la Palabra para enfrentarse con la
tentación (Mt. 4: 1-1 1).
6. 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
7. 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, tuvo hambre.
8. 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
9. 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está:
No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios.
10. 4:5 Entonces el diablo le llevó a la santa
ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
11. 4:6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate
abajo; porque escrito está:
12. A sus ángeles mandará acerca de ti,
13. y,
14. En sus manos te sostendrán,
15. Para que no tropieces con tu pie en piedra.
16. 4:7 Jesús le dijo: Escrito está también: No
tentarás al Señor tu Dios.
17. 4:8 Otra vez le llevó el diablo a un monte
muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
18. 4:9 y le dijo: Todo esto te daré, si
postrado me adorares.
19. 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
20. 4:11 El diablo entonces le dejó; y he aquí
vinieron ángeles y le servían.
21. El centro de los viajes misioneros de San
Pablo fue siempre la predicación de la Palabra de Dios (Hch. 1 3:5, 44, 46;
17:2; 1 8:4; 20:32).
22. 13:5 Y llegados a Salamina, anunciaban la
palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de
ayudante.
23. 13:44 El siguiente día de reposo se juntó
casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
24. 13:46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con
denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase
primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos
de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
25. 17:2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a
ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,
26. 18:4 Y discutía en la sinagoga todos los
días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos.
27. 20:32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a
Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros
herencia con todos los santificados.
28. Para la santificación, el uso de la Palabra
es básico y crucial.
2. LA
ORACIÓN. Un segundo medio de santificación es la oración. También fue esta una
de las características de la iglesia primitiva (Hch. 2:42; cp. 3:1; 4:24; 6:4;
9:40; 10:4,31; 12:5; 13:3; 16:13,16; y 28:8).
2:42 Y
perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en
el partimiento del pan y en las oraciones.
3:1 Pedro y
Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.
4:24 Y
ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano
Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo.6:4 Y nosotros persistiremos en la
oración y en el ministerio de la palabra.
9:40
Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al
cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se
incorporó.
10:4 El,
mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus
oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
10:31 y
dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas
delante de Dios.
12:5 Así que
Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a
Dios por él. 13:3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos
y los despidieron.
16:13 Y un
día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la
oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.
16:16
Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha
que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos,
adivinando.
28:8 Y
aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de
disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las
manos, y le sanó.
. Habló nuestro Señor « sobre la necesidad de
orar siempre y no desmayar» (Lc.18: 1).
18:1 También
les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar,
La palabra desmayar significa « descorazonarse
o cansarse». El apóstol Pablo mandó: « Perseverad en la oración, velando en
ella con acción de gracias» (Col. 4:2).
4:2
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
También dijo: «Orad sin cesar» (1 Ts. 5:17).
5:17 Orad
sin cesar.
¿ QUÉ TANTO
ESTÁS BUSCANDO LA SANTIDAD?.
¿ QUÉ TIEMPO
ESTAMOS DEDICANDO A LA ORACIÓN?.
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