LA
RESPONSABILIDAD EN LA CRIANZA DE LOS HIJOS.
La crianza
de los niños es una de las tareas más difíciles y satisfactorias del mundo, y
aquella para la cual puede sentir que está menos preparado.
La crianza
de los hijos es la acción de promover y brindar soporte a la actividad física,
la actividad emocional, el desarrollo social y el desarrollo intelectual de un niño
o niña desde su infancia hasta su edad adulta.
Si usted es
un padre de familia, recibe muchas sugerencias sobre cómo debe criarlos. Desde
los expertos hasta otros padres, las personas están siempre dispuestas a darle
consejos. Consejos sobre la crianza de los hijos, guías de supervivencia para
padres, cosas que se deben y no se deben hacer - aparecen cosas nuevas todos
los días.
La verdad es
que hay más de una manera "correcta" de ser buenos padres. Ser buenos
padres incluye:
Mantener a sus
hijos sanos y seguros.
Demostrarles
afecto y escucharlos.
Contemplar
el orden y su consistencia.
Determinar y
hacer cumplir los límites.
Pasar tiempo
con sus hijos.
Supervisar
las amistades y las actividades de sus hijos.
Darles el
ejemplo.
Proverbio
22: 6.
22:6
Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando
fuere viejo no se apartará de él.
Instruir al
niño es darle las herramientas para que conozca el mundo y pueda tomar las
decisiones correctas en el momento oportuno.
Proverbio
29: 15.
29:15 La
vara y la corrección dan sabiduría;
Mas el
muchacho consentido avergonzará a su madre.
Salomón
considera la corrección como un medio para volver al niño, al hijo al camino
correcto; el no hacerlo los lleva a que corran el peligro de arruinar sus
vidas. La vara como elemento de dirección, no de castigo físico, ayuda a un
crecimiento y madurez a tiempo, para evitar en el futuro problemas más graves.
En manos de los padres está la responsabilidad de enseñar a los hijos las
situaciones más peligrosas y difíciles que van a enfrentar en la vida.
Proverbios
1: 8.
1:8 Oye,
hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no
desprecies la dirección de tu madre;
1:9 Porque
adorno de gracia serán a tu cabeza,
Y collares a
tu cuello.
Proverbio 6:
20- 21.
6:20 Guarda,
hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes
la enseñanza de tu madre;
6:21 Átalos
siempre en tu corazón,
Enlázalos a
tu cuello.
La
responsabilidad de los hijos también se pone de manifiesto aquí, es necesario
que nuestros hijos reciban con agrado las enseñanzas del papá y de la mamá,
pero allí no para todo, es importante que entendamos, aceptemos, guardemos,
abracemos y las llevemos a la mente y al corazón. Debemos tenerlas muy cerca
para utilizarlas en momentos difíciles de nuestra vida.
La Academia
Americana de Pediatría recomienda a los padres que eviten pegar a sus hijos:
Al pegar a
un niño, se le está enseñando que está bien pegar a alguien cuando uno está
enfadado.
Al pegar a
un niño, aparte de hacerle daño, se le pueden infligir lesiones corporales.
Pegando a un
hijo, en vez de enseñarle a modificar su comportamiento, sólo se consigue que
tenga miedo a sus padres, y lo único que le enseña es a evitar que lo vuelvan a
pillar "in fraganti".
En el caso
de los niños que se portan mal para llamar la atención, lo único para hacer es
acercarnos a él para saber por qué está llamando la atención y dar una
respuesta adecuada con mucho amor, en caso de repetirse la anterior conducta,
debemos hacerle un seguimiento. Busque ayuda.
CONSEJOS
PRACTICOS PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS.
A
continuación se incluyen nueve consejos para la crianza de un niño que pueden
ayudarlo a sentirse más satisfecho como padre y, también, a disfrutar más a sus
hijos.
1. Estimule la autoestima de su hijo.
Los niños comienzan a desarrollar su sentido del yo desde que
son bebés, cuando se ven a sí mismos a través de los ojos de sus padres. Sus
hijos asimilan su tono de voz, su lenguaje corporal y todas sus expresiones. El
elogio de los logros, aunque sean pequeños, hará que los niños estén
orgullosos; Evite las afirmaciones tendenciosas o usar palabras hirientes. Los
comentarios tales como "¡Qué estupidez!" o "¡Te comportas más
como si fueras un bebé que tu hermano pequeño!" pueden causar el mismo
daño que los golpes físicos.
2. Reconozca las buenas acciones.
¿Se detuvo a pensar alguna vez cuántas veces al día tiene
reacciones negativas para con sus hijos? Es posible que se dé cuenta de que las
críticas muchas más veces de las que los felicitan. ¿Cómo se sentiría si un
jefe lo tratara de un modo tan negativo, incluso si fuese con buenas
intenciones? El enfoque más positivo es reconocer las buenas acciones de los
niños: "Hiciste la cama sin que te lo pidiera, ¡eso es genial!" o
"Te estaba mirando mientras jugabas con tu hermana y fuiste muy
paciente".
3. Establezca límites y sea coherente con la disciplina.
En todas las casas es necesaria la disciplina. El objetivo de
la disciplina es ayudar a que los niños elijan los comportamientos aceptables y
aprendan a auto controlarse. Es posible que pongan a prueba los límites que
usted establece, pero son imprescindibles para que ellos se conviertan en
adultos responsables.
4. Hágase un tiempo para sus hijos.
A menudo es difícil que los padres y los niños se reúnan para
una comida en familia, ni pensar en que pasen juntos tiempo de calidad. Sin
embargo, es probable que no haya nada que a los niños les gustaría más que eso.
5. Sea un buen modelo a seguir.
Los niños pequeños aprenden mucho sobre cómo actuar al
observar a sus padres. Cuantos más pequeños, más lo imitan. Antes de reaccionar
agresivamente o enfurecerse frente a su hijo, piense en lo siguiente: ¿es así
como desea que el niño se comporte al enfadarse?
6. Haga de la comunicación una prioridad.
No puede esperar que los niños hagan todo sólo porque usted
como padre "así lo dice". Ellos desean y merecen explicaciones al
igual que los adultos. Si no dedicamos tiempo a dar explicaciones, los niños
comenzarán a cuestionarse nuestros valores y motivaciones.
7. Sea flexible y esté dispuesto a adaptar su estilo de
crianza.
Si el comportamiento de su hijo lo decepciona con frecuencia,
quizás se deba a que sus expectativas no son realistas. Para los padres que
piensan en "lo que se debe" (por ejemplo, "A esta altura, mi
hijo debe usar el orinal"), puede ser útil leer sobre el tema o hablar con
otros padres o con especialistas de desarrollo infantil.
8. A partir de los 13 años.
A estas alturas, usted ya ha sentado las bases de la
disciplina. Su hijo sabe lo que se espera de él y que usted cumple su palabra
en lo que se refiere a las consecuencias de la mala conducta. Pero no se le ocurra
bajar ahora la guardia -la disciplina es tan importante para un adolescente
como para un niño pequeño. Del mismo modo que un niño de 4 años necesita que
sus padres le fijen un horario para acostarse por las noches que deberá
respetar a pesar de sus lloriqueos, un adolescente también necesita que le
fijen límites.
9. Incluya a sus hijos en sus proyectos familiares.
Permítales hacer parte de todo los planes, vincúlelo a sus
Empresas y motívelos a crear sus propios proyectos. Trabaje en Equipo, viva en
unidad y disfrute como familia todos los días.
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