¿CUÁLES DE
ESTOS PROBLEMAS ESTÁ USTED ENFRENTANDO HOY?
Está usted
plagado (a) de dudas? ¿La depresión, la soledad y la inferioridad se mantienen
sobre usted como una nube tenebrosa? ¿Crea la tensión diaria de la vida un pozo
de ira en lo íntimo de su ser? ¿Se encuentra paralizado (a) por el temor? ¿Está
experimentando la enfermedad de la amargura?
¿CUÁNTOS DE
ESTOS PROBLEMAS SON POR SU PECADO?
Isaías 1:18:
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como
la grana, como la nieve serán emblanquecidos.”
En una
reunión del Ejército de Salvación, entre la multitud había un sarcástico que
gritaba: “¿Te puedes callar? ¡Estás soñando!” De repente, él sintió que le
jalaban su abrigo. Era una niña y ésta le dijo: “Ése que está hablando es mi
papá; él solía ser un borracho y golpeaba a mi mamá. No teníamos suficiente
comida. Después mi papá se entregó a Cristo, y su vida cambió. ¿Ve a la mujer
que está allá? ¿Ve que feliz está? Ella es mi mamá. Señor, si mi papá está
soñando, ¡no lo despierte!”
¡Qué
Salvador, que puede tomar a un pobre pecador perdido, lavarlo, salvarlo y
hacerlo una nueva persona! ¡Aleluya!
EL CONTROL
DE TU VIDA LA TIENE DIOS. CONFÍA EN ÉL
Encomienda a
Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Salmo 37:5.
El
testimonio de Susan Smart revela que en su último vuelo, estaba practicando una
maniobra a 5.000 pies de altura cuando perdió el control del avión Cessna 150
que pilotaba sola y empezó a dar vueltas incontrolablemente hacia el vacío.
Después de varios segundos de pánico recordó las palabras de su instructor: “Si
alguna vez empiezas a dar vueltas en un Cessna 150, suelta los mandos. Está
hecho para volar solo”.
Susan se
gritó así misma varias veces: - ¡Suéltalo! Finalmente quitó las manos de los
mandos y se tapó la cara. Después de desviarse y bajar en declive un rato, el
avión volvió a su vuelo normal. Ella descendió más de un kilómetro, pero
sobrevivió por haber obedecido a su instructor.
Como seres
humanos se nos hace difícil confiar en Dios cuando todo en nuestra vida da
vueltas sin control. Nuestros sentimientos nos piden a gritos que sucumbamos al
pánico, que dudemos de las promesas de Dios, que ignoremos su intervención y
que tratemos de resolver los problemas sin Él. Pero esto es imposible, porque
solo con su dirección somos capaces de enfrentar cualquier prueba y salir
victoriosos.
Si sientes
que te encuentras en este estado, hoy es el día indicado para que le permitas a
Dios tomar el control de tu vida y así cumplir su maravilloso propósito en ti.
Él tiene el poder para hacer lo que tú no puedes. Dios te ama y no te dejará.
Si pones tu confianza en Él, no te defraudará.
En las horas
más oscuras de tu vida, aprende a confiar en Dios. Por más que la adversidad
parezca arrasar tus sueños, recuerda que Dios no perdió el control de la
situación, Él continúa al mando de todo y te llevará al destino seguro.
ESCUCHE LO
QUE DICE EL SALMO 91:
1. El que
habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
2. Yo le
digo al Señor: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.”
Este es un
salmo que habla directamente a los temores de cada persona y su necesidad de
protección y seguridad. Está claro que la protección de Dios a los que se
acercan a Él estaba centrada fundamentalmente en la mente del autor. En el
Salmo 91:1-2, encontramos una descripción de un lugar especial para abrigo y
refugio.
En el primer
verso, la imagen visual es de uno que está resguardado en el lugar más seguro
de Dios, su sombra y así protegidos por Su presencia. Tenemos que centrarnos en
el que “habita” o vive en el lugar secreto de Dios, estos serán aquellos
protegidos por su presencia omnipotente. No es quien pretende vivir en la
presencia de Dios que será protegido, pero el que realmente vive allí. La
enseñanza clara de todo esto es que para el creyente apropiarse de las promesas
de Dios debe vivir en comunión perfecta con Dios, nunca actuando en la voluntad
propia, pero haciendo sólo lo que Dios dirige en su Palabra. Debe estar
totalmente consagrado al servicio de Dios y totalmente rendido a la autoridad
de Jesús.
El versículo
dos nos dice que tenemos que confiar y reconocerlo como nuestro refugio y
fortaleza. No debemos confiar en nuestras propias fuerzas y el intelecto para
que nos salve del peligro. Tenemos que reconocer adonde nuestra protección real
se encuentra. Esto implica la fe. Hebreos 11:6 dice, “Y sin fe es imposible
agradar a Dios, porque cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él
existe y que recompensa a los que le buscan.”
3. Sólo él
puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas,
Lo que
aprendemos del Salmo 91:3-8 es que Dios protege aquellos que son suyos. Él no
permitirá ningún peligro o amenaza a su vida, excepto los que se filtra a
través de Su mano soberana. Pero en cuanto a la enfermedad final del pecado,
los que creen están eternamente liberados de su final inevitable.
Cabe señalar
que las condiciones de la salvación son los mismos tanto en el Antiguo y Nuevo
Testamento. Dios ha establecido las condiciones y que deben cumplirse para ser
salvos. Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el
cielo.22. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera demonios y en tu
nombre hicimos muchos milagros? ‘23 Entonces les declararé: Nunca os conocí.
Lejos de mí, hacedores de maldad.” – Mateo 7:21-23.
EL SALMO 46
NOS RECUERDA:
46:1 Dios es
nuestro amparo y fortaleza,
LA PAZ DE
CONFIAR.
Estad quietos, y conoced que yo soy
Dios. - Salmo 46:10
Creo que
tengo grabadas las huellas digitales de mi madre en la rodilla por tantas veces
que me apretó la pierna en la iglesia y me susurró frases conocidas como:
«Quédate quieto». De niño, era muy inquieto; en especial, en lugares como la
iglesia. Por eso, durante años, cuando leía: «Estad quietos, y conoced que yo
soy Dios…» (Salmo 46:10), pensaba que se refería a no estar inquieto.
Sin embargo,
la palabra hebrea traducida quietos significa «dejar de luchar». La idea es
“bajar las manos” y dejar que Dios intervenga en la situación, sin que uno
interfiera. Este simbolismo es interesante, ya que solemos usar las manos para
apartar cosas del camino, para protegernos, para contraatacar o defendernos. Cuando
las bajamos, nos sentimos indefensos y vulnerables, a menos que podamos confiar
en que «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las
tribulaciones» (vs. 1), y que «el Señor de los ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob» (vs. 7). En otras palabras, Dios nos dice:
¡Deja de luchar y espera que yo obre. No necesito tu ayuda!
En todas las
circunstancias de la vida, podemos experimentar la paz de confiar en la
presencia y el poder de Dios en medio de las dificultades, cuando aguardamos en
oración y con paciencia que Él nos libre. Así que, ¡baja las manos, porque las
de Dios están obrando a tu favor! Deja tu problema, situación, conflicto,
injusticia, mal entendido, o mal obrar en tu contra, en las manos del Todopoderoso.
Reflexión:
Cuando ponemos nuestros problemas en las manos de Dios, Él pone su paz en
nuestro corazón.
RENOVANDO LA
CONFIANZA MIENTRAS ESPERA EN DIOS.
Mi Desafió:
Hoy deseo animarte a confiar y descansar en Dios, esperar en Su Tiempo.
1- Primer
paso: No esté Ansioso/a - busque a Dios y así tendrá su Paz.
"Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús. Fil. 4:6,7
2- Segundo
Paso: Renueve diariamente sus pensamientos- y Dios le guiará por senderos de
paz. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay
virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y
recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con
vosotros Fil. 4:8,9
3- Tercer
Paso: Aprenda a contentarse en la situación que Dios le tiene, aprenda a ser
humilde y a disfrutar la vida abundante que Dios le da, aproveche bien su
tiempo que es vida, crezca en Dios. "No lo digo porque tenga escasez, pues
he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad". Fil. 4:11,12
4- Cuarto
Paso: Fortalézcase en Dios, no dependa de sus fuerzas porque fracasará, aprenda a estar firme en su convicción de
esperar en Dios, espere Su voluntad y Su Tiempo, no se maneje por caprichos,
impulsos o deseos. Entregue el Control de su vida a Dios en toda situación.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Fil. 4:13
JESUCRISTO
ES NUESTRA ESPERANZA
Hay, para
las luchas de la vida, un Dios que está atento a nuestro clamor. Según el
salmista, ese «Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura
en momentos de angustia» (Salmo 46:1). Y es su Hijo Jesucristo, el Maestro divino,
quien nos da los pasos a seguir. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados
y agobiados —nos invita Cristo—, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y
aprendan de mí —nos instruye—, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y
encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave —concluye— y mi
carga es liviana» (Mateo 11:28-30). Permitamos que Jesucristo sea nuestro
Maestro y nuestro socorro.
¿PARA QUIÉN
ES LA SALVACIÓN Y CÓMO SE OBTIENE?
La salvación
es para todos y se obtiene creyendo en el Hijo de Dios y aceptándolo como
Salvador. «Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos
los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están
privados de la gloria de Dios…. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si
confiesas con tu boca que Jesús es el SEÑOR, y crees en tu corazón que Dios lo
levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para
ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo» (Romanos
3:22,23;10:8-10). «Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y
esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene
al Hijo de Dios, no tiene la vida» (1 Juan 5:11,12).
Dios ama a
todo pecador y no quiere que ninguno se pierda, pero debido a que es santo, él
odia el pecado. Por eso envió a su Hijo Jesucristo para salvar, cambiar y dar
un nuevo corazón a los que le invitan a ser su Salvador personal. «Porque tanto
amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él
no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16).
¿CUÁNDO Y
DÓNDE SE PUEDE RECIBIR LA SALVACIÓN?
La salvación
se puede recibir a cualquier hora y en cualquier lugar. Ahora mismo, si usted
lo desea, puede hacerlo mediante una oración en la que emplea la fe que Dios ya
le ha dado. Al orar, tome los siguientes pasos:
Reconozca
que es pecador (confesión de pecados) Pídale perdón a Dios por haberlo ofendido (arrepentimiento)
Declare con
sus labios que Cristo es el Hijo de Dios que murió y resucitó al tercer día
para salvarnos (profesión de fe para salvación) Entréguele el control de su vida a Cristo
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