miércoles, 17 de mayo de 2017

TODA LA CREACIÓN DE DIOS AL SERVICIO DE LOS HOMBRES PARA QUE SEA FRUCTÍFERA.

TODA LA CREACIÓN DE DIOS AL SERVICIO DE LOS HOMBRES PARA QUE SEA FRUCTÍFERA.
¡ÉL CONFIÓ EN TI!
En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas. En 5 días creo todo lo que en la tierra hay: cielo, tierra, mares, plantas, sol, luna, estrellas, animales marinos, aves, animales salvajes, animales domésticos y animales pequeños.
El sexto día Dios dijo: Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Así que creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Luego los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo». Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! dice Génesis 1.
¿Podrías confiar algo preciado que te costó mucho a alguien que sabes que posiblemente no lo cuide, lo pierda y hasta lo arruine? probablemente NO, ni yo lo haría. Sin embargo nuestro creador si lo hizo. Dios mismo confió en el hombre y dio autoridad sobre las obras de sus manos en lo que se refiere a la tierra y lo que la llena; una autoridad con responsabilidades.
Fuimos creados para ser fructíferos (que producen beneficios), llevar fruto para nuestra familia,  barrio, ciudad, país; a cada uno de nosotros nos dio  capacidades Dios para cumplir lo que nos encomendó; acudamos a nuestro creador primeramente agradecidos por todo y pidámosle sabiduría, inteligencia y fuerzas para obedecerle.
“Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo, Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.” Salmos 92: 4-5 NTV.
UNA MANERA DE DAR GLORIA DIOS ES HACIENDO PARTE DE SU OBRA.
Mateo 25:21: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
Un hombre habló con su pastor un día y le dijo: “No sé qué es lo que pasa, pero para mí Dios ya no es real.” El pastor sabiamente le preguntó: “¿Hay algún pecado en tu vida?” En un momento de honestidad, el varón respondió: “Hace muchos años yo diezmaba, pero un día pensé que Dios no necesitaba el dinero tanto como yo, así que dejé de hacerlo.” El pastor respondió: “¿Dirá acaso Dios: ‘Mi hijo me ha desobedecido, no puede confiarme sus posesiones, por lo tanto, le bendeciré aún más con recursos financieros’, hará Dios esto?” Por supuesto que no. Si usted no le es fiel en lo poco, Él no le bendecirá con más.
¿Está usted diezmando de su ingreso a la obra de Dios? Si no lo está haciendo, es hora que empiece a hacerlo.
¿QUÉ HABLA USTED A OTROS DE DIOS?
Primera Crónicas 16:8: “Alabad a Jehová, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras.”
Si usted es un hijo de Dios, usted debe agradecerle diariamente a Él todo momento de su vida, sin importar lo que le pase.
¿Alguna vez le ha agradecido a Dios por el agua que toma? ¿Sabía usted que en diversos países subdesarrollados las personas no cuentan con agua potable para beber? Millones de personas mueren anualmente a causa de enfermedades relacionadas con el agua contaminada.
¿Alguna vez le ha dado gracias por usar una ayuda auditiva? Algunas personas desearían tener dicho dispositivo.
¿Le ha dado gracias a Dios por ese examen que va a tomar hoy? Hay muchos que anhelarían poder costearse sus estudios universitarios.
¿Le ha agradecido a Dios su próximo aliento?
Lo que sea parezca ser una prueba hoy en su vida... ¡agradézcaselo a Dios! Y cuando quieran filtrarse pensamientos de descontento o murmuración, desarráiguelos al darle gracias a Dios.
¿YA LE DIO GRACIAS A DIOS POR EL REGALO DE LA SALVACIÓN?
Efesios 2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Si usted piensa que llegará al cielo por medio de obras, le garantizamos que siempre se preguntará si ha hecho suficiente. Usted no tendrá una salvación “que se conoce”, sino una salvación “que se espera”. En lugar de estar erguido y firmemente de pie como un signo de admiración, estará cabizbajo y dudoso como un signo de interrogación. Y así estará hasta que entienda que la salvación es exclusivamente por gracia. Suponga que todo el que quiera ser salvo, tenga que correr alrededor de la cuadra. Algunos no pueden correr. ¿Cómo sería en el caso que tuviera que leer un capítulo de la Biblia para ser salvo? Algunos no pueden leer. Ahora bien, existe una cosa que asegura esa promesa y ésta es la gracia.
¿Con quién puede usted compartir las Buenas Nuevas hoy? Piense en alguien y pídale a Dios un amor valiente y una oportunidad divina para poder hacerlo.
Lea y medite en lo que dice el Salmo 34: 3- 7.
34:3 Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.
34:4 Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
34:5 Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
34:6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
Salmo 34: 11-15.
34:11 Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.
34:12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?
34:13 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.
34:14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
34:15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Escuche lo que dice el Salmo 100:
100:1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
100:2 Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
100:3 Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
100:4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
100:5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones.
Termine diciéndole al Señor lo que dice el Salmo 119: 8-13, 17- 18.
119:8 Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
119:10 Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
119:11 En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
119:12 Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
119:13 Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
119:17 Haz bien a tu siervo; que viva,
Y guarde tu palabra.
119:18 Abre mis ojos, y miraré

Las maravillas de tu ley.

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