DIOS SIEMPRE
ESTÁ ALLÍ EN EL MOMENTO EN QUE MÁS LO NECESITAMOS.
¡GRACIAS,
SEÑOR POR ESTAR ALLÍ!
“Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias”. - Filipenses 4:6.
Cuantas
personas vemos a nuestro alrededor que nunca están contentas con su suerte, su
trabajo, su entorno.
Este nunca
debería ser nuestro caso. Recordemos al apóstol Pablo quien aun estando en el
fondo de la cárcel expresaba su gozo e incitaba a los demás a regocijarse en el
Señor.
Demostremos
mediante nuestro comportamiento el agradecimiento, el gozo por pertenecer a
esta familia, cuyo Padre todopoderoso obra siempre con perfecta sabiduría para
el bien de sus hijos.
Si tu
salario no está a la altura de tus méritos o de las necesidades de tu familia.
Cuenta con Dios quien sabe lo que necesitas. No te quejes porque Dios coloco
ante ti una tarea, si te parece monótona, no interesa ya que se te fue ordenada
por Él, quizás simplemente para enseñarte paciencia, sumisión y confianza.
La contienda
surge cuando nuestra mente se fija en nosotros mismos en nuestros problemas,
nos lleva a cuestionar la manera en que Dios está obrando y a querer ayudarle
en su plan respecto a nosotros. Tengamos presente en todo momento que Dios
presencio nuestro pasado y nos sacó de allí, está en nuestro presente y nos
sostiene y tiene en sus manos nuestro futuro .El jamás te abandono, dile ahora
¡Gracias por estar ahí!
El contentamiento y el agradecimiento son un
poderoso testimonio del amor de Dios para los que nos observan, seamos
agradecidos.
Como dice un
Poeta: Cuando el viento de la tempestad
ensombrece tu claro cielo. En lugar de agachar la cabeza, cuenta las
bendiciones de Dios y agradece.
Gozo,
Entorno, familia, futuro, agradecimiento.
Autor(a). Telma
Céspedes.
GOZO Y
CONTENTAMIENTO ES UN ESTADO DE AGRADECIMIENTO.
“Y Samuel
dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” - (1 Samuel
15:22).
El gozo y la
obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al
Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno:
“Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay
que confiar y obedecer.” Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen
las promesas de Dios. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino
del Rey. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra
de Dios. ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo
tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los
oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y
obedezca.
Pienso que
no hay otro himno mejor que el del señor Sammis: “Confiar y Obedecer.”
“Susténtame
conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza”
(Salmo 119:116).
Pablo
escribió la mayoría de sus epístolas en prisión. Tal vez usted se siente hoy
como en una prisión, con puertas que se cierran en su cara. Quizás se encuentra
en la prisión de la duda y la desesperación. Tal vez su doctor le notificó un
diagnóstico perturbador, o está temiendo la visita de alguien esta semana.
Posiblemente usted se encuentra en la prisión financiera de las deudas, o en la
prisión doméstica del maltrato y abuso, sintiendo que no existe ninguna salida.
Amigo, quiero decirle que hay una salida para usted. Dios todavía está en su
trono. Él escucha y contesta toda oración. La victoria sobre su situación está
sólo a una oración de distancia. Las circunstancias pudieran no cambiar, pero
su perspectiva y actitud cambiarán cuando comience a orar y a alabar a Dios.
Usted y yo no tenemos una necesidad que Dios no pueda solucionar.
Ore de esta
manera hoy: “Padre, te necesito. Necesito que me perdones donde te he fallado.
Necesito que cambies mi corazón y fortalezcas mi fe para que pueda ver mi
prisión como un palacio. Cambia mi actitud de temor a gozo, de celos a
contentamiento, de preocupación a confianza. Te amo. En el nombre de Jesús. Amén”
“No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación” (Filipenses 4:11).
Pablo llegó
a un punto en su vida —no un punto físico, sino espiritual—, donde sintió
contentamiento divino. Mucha gente piensa que sabe lo que esta palabra
“contentamiento” significa, pero déjeme decirle lo que significa en la Palabra
de Dios: “autonomía, tenerlo todo en uno mismo.” En el contexto de este pasaje,
aprendemos que Pablo estaba agradeciendo a la gente por ayuda financiera que le
habían dado, pero quería también que supieran que él no estaba “dependiendo” de
ellos, porque Dios lo había traído hasta el punto de depender únicamente en Él.
Esto es, Pablo podía decir: “He aprendido que no necesito de nada ni de nadie,
sino del Señor. Lo tengo a Él y, por lo tanto, soy autónomo, pero no
autosuficiente. Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo.”
Tal vez
usted es soltero o soltera y quiere casarse. A lo mejor ya está casado o
casada, y quiere tener familia. Pudiera ser que tenga un trabajo en el que
siente que no va a ninguna parte. Busque al Señor con todo su corazón. Pídale
que su presencia sea evidente en su corazón y en su mente, de tal manera que
usted esté lleno de su contentamiento.
«Mirad las
aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro
Padre celestial las alimenta. . . » (Mateo 6:26).
Isaías 26:3:
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque
en Ti ha confiado.”
Usted podrá
admitir que Dios es necesario, pero ¿honestamente está consciente que Dios es
suficiente? Es más, Él es más que suficiente. Para saber si Dios es suficiente
en su vida, permítanos hacerle un par de preguntas: ¿De dónde obtiene usted su
gozo? ¿Lo obtiene del Señor o de algún otro lugar?
Si su gozo
proviene de su salud, entonces cuando se enferme, su gozo se desvanecerá.
Numerosos creyentes han perdido su salud, sus negocios, su familia, su
reputación, no obstante mantienen su gozo, porque la fuente del contentamiento
genuino y de la paz, está en Dios. De hecho, quizás uno no llegue a saber que
Dios es suficiente hasta que Dios es lo único que posee.
¿Cuándo fue
la última vez que usted visitó la sala de espera de un hospital para compartir
de Cristo con los que sufren? Tal vez pueda hacerlo este fin de semana.
Proverbios
3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia
prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.”
Debe existir
confianza completa en que el Señor cuidará de nosotros. Porque esta confianza
completa conlleva al contentamiento constante.
Proverbios
3:5-6 nos dice que debemos confiar con todo nuestro corazón. No sólo en parte.
Y debemos reconocerlo en todos nuestros caminos, no sólo en algunos de ellos.
Dios no será partícipe de sólo una parte. Usted no puede decirle: “Señor, deseo
tu voluntad en mi vida social, pero no en mis negocios.” Ni tampoco: “Señor,
deseo tu voluntad en mi vida dentro de la iglesia, mas no la quiero con mis
amistades.” Usted simplemente no puede hacer eso. Si vale la pena que Él esté
en parte de su vida, entonces vale la pena que esté en TODA su vida.
¿A qué se
está aferrando hoy? Déselo todo a Jesús. La obediencia instantánea traerá
bendición increíble.
PUEBLO
ASENTADO EN TINIEBLAS VIO GRAN LUZ. LA LUZ QUE ES JESÚS.
Mateo 4:16:
“El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de
sombra de muerte, luz les resplandeció.”
Existen dos
testimonios dados a todos acerca de la existencia de Dios. El primero es el
testimonio objetivo de la creación. El segundo es el testimonio subjetivo de la
conciencia. Dios habla al hombre y éste le responde: “Dios, yo anhelo conocerte
y necesito conocerte. Verdaderamente creo que existes.” Eso es fe. Y él (o
ella) pasa de fe en fe al entrar a la luz hasta llegar al Señor Jesucristo.
Creemos de corazón, que nunca ha vivido sobre la faz de la tierra un hombre o
una mujer que haya muerto sin haber tenido la oportunidad de recibir a Cristo,
si tan sólo hubiese respondido a la luz que Dios le dio.
¿Conoce a
alguien que dice ser agnóstico o ateo? Esta semana, trate de entablar con esa
persona un dialogo acerca de la creación.
El Salmo 14 y
53 dice: 14:1 Dice el
necio en su corazón:
No hay Dios.
Se han
corrompido, hacen obras abominables;
No hay quien
haga el bien.
14:2 Jehová
miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres,
Para ver si
había algún entendido,
Que buscara
a Dios.
14:3 Todos
se desviaron, a una se han corrompido;
No hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
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