martes, 16 de mayo de 2017

LA OBRA PERFECTA DE JESUCRISTO Y SU REGRESO POR LA IGLESIA AMADA.

LA OBRA PERFECTA DE JESUCRISTO Y SU REGRESO POR LA IGLESIA  AMADA.
Gracias a Dios, su Hijo Jesucristo, luego de vivir entre nosotros como uno de nosotros, sufrió y murió por nosotros. Pero como Él sabía no sólo que iba a resucitar y a hacer su propio viaje al cielo, sino también que iba a volver por nosotros, nos consoló con estas palabras: «No se angustien.... No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.... En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas.... Voy a prepararles un lugar. Y... vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.»4. Más vale, entonces, que nos dispongamos a esperarlo.5.
4         Jn 14:1-3,18. 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 14:18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
5         Hch 1:11. Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
1Co 1:7. De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;
 1Co 4:5. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
 1Ts 1:9-10. Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
 Fil 3:20- 21. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
2Ti 4:8. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
 Tit 2:13- 14. Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
 He 9:28. Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
 Stg 5:7-9. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
5:8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
5:9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.
AP 1:7-8. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.  Sí , amen.
1:8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
 AP 3:11- 13. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
3:13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
AP 16:15. He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
AP 22:12-13. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
22:13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
AP 22: 18- 21. Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
22:19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
22:21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
UN REGRESO QUE NO TARDARÁ.
Malaquías 4:2: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación.”
 Si Jesús es el Hijo de Dios, Él es también el Sol de justicia. Permítanos decirle algo acerca del alba. La salida del sol nunca se adelanta, ni se atrasa. ¿No es cierto? El amanecer opera de acuerdo al poder y la autoridad de Dios. Usted no puede apresurarlo, ni tampoco detenerlo. Así también es la segunda venida del Señor Jesucristo. Él regresará en el momento conocido exclusivamente por Dios. Usted no puede adelantarlo, ni detenerlo.
Un día el Señor Jesucristo vendrá, al sonar de la trompeta. Él abrirá las cortinas de las noches, sujetándolas con una estrella. Luego abrirá la puerta de la mañana gloriosa de su reino milenario e inundará al mundo con su luz.
Mañana por la mañana, levántese en la madrugada y dele gracias a Dios porque su tiempo es perfecto y porque Él volverá.
ES TIEMPO ENTONCES, DE CONOCER Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y ESPERAR SU GLORIOSA VENIDA.
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. Efesios 5:17.
Una vez conocemos a Dios y entendemos que Él tiene planes específicos para nuestra vida, empezamos una carrera por conocer sus propósitos. Sabemos que su voluntad es agradable y perfecta y anhelamos conocerla. Pero ¿cómo logramos hacer tal cosa? Ojeamos toda la Biblia esperando encontrar la guía exacta o las especificaciones contundentes de lo que Dios desea para nosotros pero nos frustramos al no encontrar los detalles específicos de nuestro futuro en Dios.
Vamos a mirar un ejemplo cotidiano para entender más fácilmente como podemos llegar a conocer la voluntad de Dios. ¿En alguna oportunidad usted se ha encontrado en la necesidad de ir a un lugar o dirección específica, pero no sabe cómo llegar? Es probable que llame a su padre, amigo a alguien que conoce el mejor trayecto y le pide especificaciones. La persona con las mejores intenciones del mundo le dice la ruta que debe tomar, en que calle debe girar, hasta donde debe avanzar, algunos le darán pistas que le ayuden en su ubicación, como edificios importantes, áreas sobresalientes, puentes, semáforos etc.
Sin embargo, cuando usted está en camino es muy probable que se vea en la obligación de llamar a su amigo de nuevo para preguntarle por más detalles ya sea porque no recuerda bien, o porque el camino no se ve tan simple como usted pensó que era.
Muy diferente es el caso en el que la persona que conoce el camino, se ofrece a acompañarlo al destino. Durante todo el camino usted recibe instrucciones precisas sin temor a olvidarlas o equivocarse. Esta persona antes de dictarle cantidad de especificaciones se toma el tiempo y se asegura que usted llegue al lugar correcto. Seguramente este tipo de ayuda brinda mucha más seguridad y alivio, usted va confiado aunque no conozca el camino Dios hace algo muy similar.
El no nos da un mapa con fechas y lugares específicos, El prefiere caminar a nuestro lado y revelarnos su voluntad día a día. Dios hace algo mucho hermoso; El toma el tiempo para guiarte a tu destino, emprende el camino a tu lado, y te lleva de la mano diariamente, y a través de tu viaje, no sólo te ayuda, sino que permanece a tu lado aun en los momentos más difíciles, y nunca te deja solo. Con amor te direcciona hacia su voluntad y al camino que debes tomar. No esperes encontrar un mapa hacia la voluntad de Dios, esfuérzate en desarrollar una constante comunicación con Dios, la cual te ayude a conocer sus planes y te permita diferenciar su voz, en medio de tantas voces, aun la tuya propia.
Así que sólo me queda preguntarte, ¿pasaste tiempo a solas con Dios hoy?, ¿ya escuchaste los planes para tu vida en este día? Si aun no lo has hecho saca un tiempo y búscalo privadamente, y  así conocerás la voluntad de Dios para tu vida.
¿CONOCES EL CAMINO?
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. (RVR1960) Salmos 32:8.
JESUCRISTO ES EL CAMINO, POR ESTO ES NECESARIO CONFIAR EN ÉL Y OBEDECERLE.
Juan 14: 4-6. 14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” - (1 Samuel 15:22).
El gozo y la obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno: “Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay que confiar y obedecer.”
 1. Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen las promesas de Dios.
 2. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino del Rey.
3. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra de Dios.
 ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y obedezca.




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