UN TIPO DE
IDOLATRÍA QUE SE HACE SIN SABERLO Y NO AGRADA A DIOS.
UN CURIOSO
FUNERAL.
Por el
Hermano Pablo.
Desde que la
tuvo en sus brazos por primera vez, la amó con toda la fuerza de su corazón. Le
hizo las más delicadas ropitas. Le hizo también, con sus propias manos, una
cunita preciosa, y le dio un nombre. La llamó Missy, un nombre inventado por
ella misma.
Así la tuvo
con ella durante cincuenta años. Cuando Missy llegó al fin de su existencia,
casi destrozada por un perro, Lola Schaeffer, que la había amado tanto, le hizo
un funeral que costó mil cuatrocientos dólares. Pero Missy no era una persona.
No era ni siquiera un perro o un gato. Era una muñeca que Lola había recibido
de regalo en la Navidad de 1941.
Casos como
éste nos llevan a varias reflexiones.
1. La
primera es que todo amor desinteresado tiene algo de bueno y de noble. El amor
de Lola Schaeffer por su muñeca fue uno de éstos. Como el amor es la esencia de
la vida, todo amor puro es bueno.
2. La
segunda reflexión es que parece un derroche inútil de dinero hacer un funeral
tan caro sólo para una muñeca. Podrá decirse que el dinero era de Lola y que,
por lo tanto, ella podía hacer lo que quisiera con él. No obstante, parece
exagerado gastar mil cuatrocientos dólares sólo para enterrar una muñeca vieja.
3. Pero hay
también una tercera reflexión. Muchas veces adoramos ídolos sin saberlo. Esta
mujer hizo de su muñeca un ídolo, y la puso en el altar de su corazón. Vivió
para ella y pendiente de ella toda su vida. Su muñeca valía para ella más que
Dios, y era, por lo tanto, su dios.
Uno de los
mandamientos del decálogo de Moisés dice: «No te hagas ningún ídolo, ni nada
que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo
en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te
inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios
celoso» (Éxodo 20:4‑5).
Hacer de
cualquier objeto material, tenga la forma que tenga, la pasión de la vida, es
desvirtuar el gran mandamiento de Dios. La Biblia enseña que sólo Dios, creador
del cielo y de la tierra, merece toda lealtad, alabanza y adoración. Cualquier
objeto, ya sea de piedra, de metal o de carne y sangre, si nos arranca más
interés y tiempo e inversión de lo que le damos a Dios, es un ídolo. Coronemos
solamente a Jesucristo como el Dios de nuestro corazón. Sólo Él puede
corresponder con amor, compasión y paz.
Éxodo 20:3:
“No tendrás dioses ajenos delante de Mí.”
¿QUÉ ES UN
ÍDOLO?
Un ídolo es lo que hace un hombre cuando toma
sus ideas, las concretiza construyendo algo con sus manos y luego lo adora. Lo
que él hace es adorarse a sí mismo. Usted puede objetar: “No soy culpable de
IDOLATRÍA.” Veamos: ¿Hay algo que usted ame más que a Dios? ¿Algo a lo que le
teme más que a Dios? ¿Algo a lo que usted le sirve más que a Dios? ¿Algo en lo
que confíe más que en Dios? ¿Acertamos? Bueno, quizás usted dirá: “Yo le doy a
Dios un lugar en mi vida.” Dios no quiere un lugar en su vida. Entonces usted
añade: “Yo le doy importancia a Dios en mi vida.” Dios detesta esa importancia
en su vida. Dios demanda PREEMINENCIA en su vida y no se conformará con nada
menos.
¿Existe
alguien o algo que toma PRIORIDAD en su vida que no sea Dios? Si lo hay,
confiéselo y arrepiéntase. Ahora, ponga en el trono de su vida al legítimo
dueño de ésta: ¡el Señor JESÚS!
DIOS TIENE
UN CORAZÓN DE PADRE. DE ÉL VIENE EL AMOR.
Un niño pasó
toda la tarde ajustando trozos de madera con clavos. Luego salió del taller con
un barco de tres puentes y espero ansioso a su padre.
Entrada la
noche, éste volvió a casa cansado y preocupado. No miro al pequeño que muy
emocionado quería mostrarle su obra de arte. El niño fue a acostarse muy
triste...
Quizá tu
niñez haya estado privada de en padre, sea a causa de muerte, divorcio, sea
sencillamente por la ausencia de una verdadera relación afectiva. Sin embargo,
nuestro Padre Celestial nunca te perdió de vista. “Aunque mi padre y mi madre
me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá”. Salmos 27:10.
Cuando diste
tus primeros pasos y tuviste tus primeras caídas, cuando se perdió y anduvo
vagando enloquecido, cuando eras el blanco de las burlas de tus compañeros y
cada vez que fuiste herido y lastimado. ¿Acaso no te diste cuenta, ni
comprendido su amor por ti?
Su amor es
incondicional y no depende de los éxitos de su criatura. Él te ama tal como
eres, está pendiente de tus necesidades, problemas, alegrías, proyectos. Eres
único para su corazón de Padre.
Porque Dios
es amor, en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió
a su hijo unigénito al mundo, para que vivamos para Él. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y
envió a su hijo.
“Mirad cuál
amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” 1 Juan 3:1
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