UN HOMBRE
LLAMADO JONÁS QUE FUE DESOBEDIENTE CON DIOS Y SE LO TRAGÓ UN PEZ. JONÁS 1.
El esfuerzo
de Jonás para evitar la voluntad de Dios; la segunda comisión; Nínive se
arrepiente; el disgusto de Jonás
FRENTE A LA
ORDEN DE DIOS, JONÁS HUYO.
El Señor
ordenó a Jonás, diciéndole: «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y
pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de Mí. Y Jonás se
levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis . . . » (Jonás 1:2-3).
Jonás probablemente estaba encantado con las buenas noticias de que el juicio
de Dios pronto iba a caer sobre Nínive. Él no podía creer que la misericordia y
el amor de Dios se iba a extender aun a los enemigos de Israel. Pues, entonces
él decidió de no ser misionero a Nínive. Él probablemente se sintió muy
afortunado cuando en el día que él llegó a Jope descubrió una nave que salía
para Tarsis, uno de los lugares más lejanos de comercio en Fenicia.
DIOS LE
MOSTRÓ A LOS MARINEROS QUE JONÁS HUÍA DE ÉL.
Por un
tiempo, los acontecimientos eran favorables en «las vacaciones» de Jonás y
momentáneamente le dio tal paz en su mente que «había bajado al interior de la
nave, y se había echado a dormir» (1:5). Sin embargo, cuando vemos las
circunstancias favorables, aun cuando estamos evitando la voluntad de Dios,
ellas son sólo temporarias y nunca nos llevan a un buen fin. Los marineros
tuvieron miedo cuando una gran tempestad se levantó. Al oír que Jonás huía de
la presencia de Dios, lo echaron al mar, pero un gran pez se lo tragó. Después
de tres días de buscar razones dentro de sí mismo, Jonás se arrepintió y el
gran pez lo vomitó en tierra seca. Entonces Jonás se convirtió en el mejor
evangelista de sus días y llegó a ver la ciudad entera de Nínive arrepentirse
de sus maldades. Dios podía haber llamado a otro profeta y podía haber dejado a
Jonás en el fondo del mar, pero Dios tuvo misericordia, demostrando Su amor
hacia el profeta y hacia el pueblo de Nínive que se arrepintió. La buena
voluntad de Dios para perdonar a los mayores pecadores que se arrepienten fue
bien conocida cuando el rey de Nínive y su pueblo se arrepintieron y se
libraron de la destrucción profetizada por Jonás.
A LA
PREDICACIÓN DE JONÁS MUCHOS CREYERON; A LA PREDICACIÓN DE JESÚS, MUCHOS NO
CREYERON.
Jesucristo
confirmó esta verdad histórica sobre Jonás cuando Él proclamó: «Porque como
estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el
Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres
de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán;
porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí (Uno) más
(grande) que Jonás en este lugar» (Mateo 12:40-41).
IGNORAR LAS
ADVERTENCIAS DEDIOS, ES EXPONERNOS A SU JUICIO Y CASTIGO ETERNO.
Las únicas
ganancias que podemos obtener al ignorar a Dios son los problemas.
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