UN VIAJE DEL APÓSTOL PABLO A ROMA, SIN REGRESO, PERO
CON UN FINAL VICTORIOSO.
ES NECESARIO
IR HASTA EL CÉSAR. LO HABÍA DICHO JESUCRISTO.
La defensa
de Pablo ante el rey Agripa; su viaje a Roma; la tormenta en el mar; el
naufragio en Malta; Pablo en Roma
FESTO LE
GRITÓ A PABLO QUE ESTABA LOCO, CUANDO HABLÓ DE JESUCRISTO. EL REY AGRIPA
ESCUCHÓ EL MENSAJE DE SALVACIÓN PERO NO LO CREYÓ.
Cuando Saulo
de Tarso confesó sobre su fe en Jesucristo como el Salvador y Mesías resucitado
delante de Festo, el nuevo gobernador romano de Judea, exclamó en alta voz:
«Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él (Pablo) dijo
(Hechos 26:24-25).
PABLO LES
ADVIERTE DE UNA TORMENTA PELIGROSA EN SU VIAJE.
Desde que
Pablo, como un ciudadano romano, había apelado su caso para ir ante César,
Festo le puso bajo el cuidado de «un centurión llamado Julio, de la compañía
Augusta» (27:1). Julio tenía que llevar a Pablo a salvo hasta Roma para
presentarse en juicio ante Nerón, el emperador romano. Ellos salieron en un
barco, y después de un tiempo en el muelle de Sidón, continuaron a lo largo de
la costa de Chipre. Pero los vientos de una gran tormenta no les permitieron
adelantar muy rápido. Al llegar a «Buenos Puertos» en Creta (27:8), Pablo les
sugirió de quedarse allí durante los meses del invierno. Entonces él les
advirtió: «Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha
pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas»;
pero la mayoría de las personas en el barco le pidieron a Julio de continuar
«por si pudiesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y
sudeste, e invernar allí» (27:10-12).
EL ÁNGEL DE
DIOS VISITÓ A PABLO, EL MISMO JESUCRISTO LO ACOMPAÑÓ EN EL VIAJE A ROMA Y LE
DIJO QUE NO DEBÍA TENER TEMOR.
Un poco después, furiosos vientos de categoría
de huracán empezaron a abatirles. Después de dos semanas de tormentas, el barco
empezó a hundirse cerca de la costa de Malta. «Entonces Pablo. . . puesto en
pie en medio de ellos, dijo. . . Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues
no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien
sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he
aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo» (27:21-24). De esta
experiencia podemos aprender que nuestra habilidad para juzgar es sólo buena
según la fuente de nuestra información.
TODOS LOS
SUFRIMIENTOS NO SON COMPARADOS CON LAS BENDICIONES QUE DIOS TIENE PARA SUS
SIERVOS Y SUS HIJOS.
El viaje que
hacemos a lo largo de nuestras vidas, como el de Pablo, puede que esté lleno de
tormentas violentas. Puede que experimentemos naufragios físicos, financieros,
o aun emocionales, y «toda esperanza de salvarnos» puede parecer perdida
(27:20). Pero, llegará un día cuando las tormentas que hemos sufrido parecerán
insignificantes al compararlas con todo lo que Dios ha cumplido por medio de
nuestra fidelidad. Por causa de Cristo, Pablo con confianza pudo decir: «me
gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (II de Corintios
12:10; ver Romanos 5:1-5).
ES NECESARIO
QUE HOY MISMO ACEPTE A JESUCRISTO COMO SEÑOR Y REY; MAÑANA TALVEZ SEA DEMASIADO
TARDE.
¿ POR QUÉ NO
LO ACEPTA HOY?. OREMOS : SEÑOR HOY LORECIBO COMO MI SALVADOR PERSONAL; POR
FAVOR TOME EL CONTROL DE MI VIDA.
No hay
garantía que usted pueda aceptar a Cristo mañana. HECHOS 26.
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