DEBEMOS CONOCER A DIOS, DE LA MANERA COMO SU PALABRA LO
PRESENTA, PARA NO ABANDONAR SU CAMINO.
“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte,
si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos” (Filipenses
3:10-11).
DIOS NOS PROVEE TODOS LOS RECURSOS PARA CONOCERLO A ÉL Y
MANTENERNOS UNIDOS A ÉL:
EL ESPÍRITU SANTO, SU PALABRA
Y LA ORACIÓN.
¿Sabía que puede desviarse del buen camino, aun con una
Biblia bajo el brazo?
LA PALABRA ES PARA CONOCERLA, ESTUDIARLA Y OBEDECERLA.
LA PALABRA ES LA HISTORIA DE AMOR ENTRE DIOS Y CADA UNO DE
NOSOTROS.
El pastor Rogers dijo: “Yo tuve más dificultades manteniendo
mi vida espiritual cuando estuve en el Seminario, que en ningún otro momento de
mi vida. Y no estoy quitándole importancia al Seminario, porque no fue su
culpa. Era mi culpa. Comencé a leer la Biblia como si fuera un libro de
matemáticas, en vez de una historia de amor.”
Amigo (a), puede saber la letra, pero la letra mata si usted
no está limpio.
AL LEER, ESTUDIAR Y OBEDECER LA PALABRA, NOS VOLVEMOS
IMITADORES DE SU AUTOR. SU AUTOR ES JESUCRISTO EL SEÑOR.
La prueba de su estudio bíblico no es cuántos hechos conoce o
cuán rápido puede dividir un verbo griego y juntarlo nuevamente. La verdadera
prueba es: ¿se está volviendo como Jesús porque invierte tiempo en su Palabra?
DEBEMOS UTILIZAR BIEN LA PALABRA DE DIOS.
Que Dios ayude a los profesores, evangelistas, discípulos y
diáconos, a usar la Palabra de Dios para que nos limpie, ponga convicción en
nosotros, y nos desafíe a conocer a Cristo mejor y ser más como El.
DIOS NOS ESTÁ PREPARANDO PARA SER COMPETENTES.
SOMOS SACERDOTES, MINISTROS.
Segunda Corintios 3:5 y 6 dice: “No que seamos competentes
por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes
de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más
el espíritu vivifica.”
LA SOLA LERA DE LA PALABRA, NO BASTA; ES NECESARIO EL
ESPÍRITU SANTO QUE VIVIFICA.
¿Cómo este versículo le convence o le exhorta en su estudio
actual de la Palabra de Dios, y en su ministerio hacia los demás?
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