¿SE ESTÁ USTED QUEJANDO POR LOS PROBLEMAS? MIRE LO QUE DIOS
LE QUIERE DECIR HOY.
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por
amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” - (2
Corintios 12:9-10).
¿ESTÁ TAN DÉBIL QUE NO PUEDE LUCHAR?
¿Alguna vez se ha sentido demasiado débil como para ganar la
batalla? Amigo (a), pudiera ser que usted no sea lo suficientemente débil. Dios
se identifica con nuestra debilidad obediente. Es cuando dejamos de “tratar” y
comenzamos a “confiar”, que el poder de Dios se podrá manifestar.
DIOS NOS DICE QUE NOS HA DADO ESPÍRITU DE PODER, AMOR Y
DOMINIO PROPIO.
Verá, su debilidad no es una desventaja; es, más bien, una
ventaja. La batalla no es suya, ¡es del Señor! Si tan sólo pudiéramos aprender
que Dios no necesita nuestra fortaleza. ¡Dios quiere nuestra obediencia! Dios
tiene la fortaleza, y Dios quiere darle esa fortaleza sobrenatural en lugar de
la suya. No es nuestra habilidad la que cuenta, sino nuestra “disponibilidad”.
No es cuestión de su fama, sino de su fe. No es asunto de quién es usted, sino
de a quién usted pertenece.
Usted puede pensar que hacer algo en sus propias fuerzas debe
llenarlo de orgullo. No obstante, lea 1 Corintios 1:25-31.
1: 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los
hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
1:26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois
muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para
avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a
lo fuerte;
1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo
que no es, para deshacer lo que es,
1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1:30 Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos
ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese
en el Señor.
¿De quién o de qué
debería usted ufanarse?
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