UNA CONCIENCIA CORROMPIDA NO VE NADA PURO A SU ALREDEDOR.
“Todas las cosas son puras para
los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta
su mente y su conciencia están corrompidas” (Tito 1:15).
NO SIEMPRE NUESTRA CONCIENCIA NOS SIRVE DE GUÍA.
¿Alguna vez ha escuchado a alguien decir: “Deje que su
conciencia sea su guía”? Bueno, eso no siempre es lo más recomendable, porque
la conciencia puede estar contaminada.
Un indígena
norteamericano, creyente, dijo lo siguiente relacionado con nuestra conciencia:
“En mi corazón hay una
flecha que tiene tres afiladas puntas.
1. Si hago lo malo, la flecha se mueve, y me corta.
2. Si hago lo malo muchas veces, las puntas se desgastan y ya
no me duele tanto.
3. Pero cuando desaparece el dolor, ¡cuídese!”
LA CONCIENCIA ES NUESTRA GUÍA, SOLO CUANDO DIOS GUÍA NUESTRA
CONCIENCIA.
Una persona puede estar adormecida o ciega a lo que ha hecho,
y volverse insensible a sus malas acciones. Si tal ocurre, una persona puede
llegar a tener “una conciencia cauterizada”. La única forma en que su
conciencia puede ser su guía, es cuando Dios guía su conciencia.
¿CÓMO ESTÁ SU CONCIENCIA DELANTE DE DIOS?
DIOS QUIERE UN CORAZÓN PERFECTO PARA ÉL.
2 Crónicas 16:9 dice: “Porque los ojos de Jehová contemplan
toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón
perfecto para con Él [...].”
SI LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN SOBRE MI, TAMBIÉN ESTÁN TODAS SUS
BENDICIONES.
Viva hoy sabiendo que los ojos del Señor están sobre usted, y
al final del día pregúntese: “¿He encontrado gracia a los ojos del Señor por la
forma en que:
1. He hablado.
2. Por lo que he hecho.
3. Y a donde he ido?”
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