ES TIEMPO DE
ENTRELAZAR NUESTROS BRAZOS COMO HERMANOS.
“Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como Yo os he amado, que
también os améis unos a otros” (Juan 13:34).
ENTRELAZARNOS
ES APOYARNOS UNOS A OTROS, NO DEJAR A NADIE SOLO.
Un hombre y
su esposa caminaban entre un sembradío de trigo, en Alberta, Canadá. Era
temprano en la noche, y les acompañaba su hijo pequeño. Ellos se olvidaron por
un momento que su hijo estaba con ellos, y de pronto se dieron cuenta que él no
estaba allí. Lo buscaron, sin ningún resultado, luego corrieron de regreso al
pueblo para pedir ayuda. Muchos vecinos regresaron con la pareja para continuar
la búsqueda durante la noche. Entonces, uno de los hombres dijo: “Formemos una
cadena, brazo con brazo, y peinemos todo el trigal.” De pronto, alguien gritó:
“¡Lo encontré! ¡Lo encontré!” Todos se apresuraron al cuerpo sin vida del
pequeño fallecido por hipotermia.
CÓMO
NECESITAMOS HOY ENTRELAZARNOS.
Me pregunto
si hay personas que entrarán a la eternidad sin Cristo, porque nosotros, como
iglesia, no entrelazamos brazos a tiempo.
ES EL
MOMENTOS DE EXTENDER NUESTROS BRAZOS PARA DAR LA BIENVENIDA A LOS NUEVOS
HERMANOS.
1. ¿Qué es
lo que usted hace, en su iglesia, para extenderles la bienvenida a los
visitantes?
2. ¿Para
discipular a nuevos creyentes?
3.
¿Ministrar a las necesidades de otros?
4. Pídale a
Dios que le dé las oportunidades para redimir las 168 horas que Él le ha dado
esta semana, en desinteresados actos de amor hacia otros.
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