LA FE EN SU
SANGRE ME JUSTIFICA.
“A quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que Él
sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos
3:25-26).
JESUCRISTO
ES TOTALMENTE DIFERENTE A PAPÁ NOÉL.
JESUCRISTO
ES LA GRAN VERDAD, EN CAMBIO PAPÁ NOÉL ES SOLO UN CUENTO.
De niño, pensaba
que Dios era como Papá Noel con una larga barba sentado en el cielo: haciendo
una lista y revisándola dos veces, tratando de descubrir si me porté bien o
mal. Luego cuando mi vida hubiese llegado a su fin y compareciera ante Él, Él
sacaría una gran pesa y pesaría mis buenas obras contra las malas viendo si
lograría entrar al cielo. ¿Sabe qué hizo esta forma de pensar en mí? Me hizo
temeroso que al final de mi vida Dios me dijera: “Adrián, lo siento, según mis
cálculos, no lo lograste.” Después, tendría que darme la vuelta y salir
avergonzado, pasando entre familia y amigos. Amigo, quizás usted piensa esto,
pero permítame aclararle: La salvación no es algo que usted pueda obtener, la
salvación es el sacrificio de Cristo.
Por favor
lea Romanos 5. En sus propias palabras escriba qué enseña este pasaje acerca de
Dios. Póngalo en un sobre cerrado con su dirección y pídale a un amigo que se
lo mande en un mes. Qué mejor forma de iniciar el Año Nuevo que recordando lo
que Dios le enseñó acerca de su salvación.
DIOS NOS
OFRECE UNA SALVACIÓN ETERNA.
“Porque Tú has sido mi refugio, y
torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre;
estaré seguro bajo la cubierta de tus alas” - (Salmo 61:3-4).
TÚ,
JESUCRISTO, ERES TODO LO QUE DESEO.
De los 6.500
himnos escritos por Charles Wesley, ciertamente ninguno es considerado tan
excepcional como el titulado: Jesús, Amante de mi alma. Muchas anécdotas han
sido compartidas referentes al trasfondo inspirador de este himno, mas sean
verídicas o no, sin duda la letra de este himno es la ilustración de la jornada
emocional de un joven que encuentra el amor de su vida: Jesús. La tercera
estrofa de este gran himno empieza: “Tú, O Cristo, eres todo lo que deseo, más
que el todo en Ti encuentro.”
¿Cómo está
su corazón hoy? ¿Está sufriendo por la disolución de una relación o la pérdida
de un ser amado? Corra, no camine, a los brazos de amor de Jesús que le
esperan. Él quiere vendar sus heridas y traer esperanza a su corazón.
ERAMOS
ENEMIGOS Y AHORA SOMOS SUS HIJOS.
“Y a
vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra
mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado” (Colosenses 1:21-22).
Un
equilibrista extendió una cuerda floja de una orilla a otra en las Cataratas
del Niágara y empujó una carretilla sobre la cuerda hasta cruzar. Luego, llenó
la carretilla con 200 libras de cemento y la empujó cruzando de nuevo. Los
espectadores estaban atónitos. Entonces, el equilibrista preguntó a la
muchedumbre: “¿Cuántos de ustedes creen que podría hacer esto con un hombre en
la carretilla?” Cantidades de manos fueron levantadas. Él dirigiéndose a un
hombre con su mano levantada le dijo: “Muy bien caballero. Usted entre a la
carretilla primero.” Bueno, el hombre desapareció sin dejar rastro. No es
suficiente que usted diga que cree en Dios. ¿Está dispuesto a actuar según su
creencia? Dios le llama a una relación personal con Él.
¿Responderá usted su llamado si Él le
llama a servir en una choza en medio de África? ¿Qué si Él le manda a abrir su
casa a los desamparados? ¿Qué si Él le llama a cuidar de huérfanos o viudas en
una región remota de la China? ¿Qué si Él le llama a vender todo lo que tiene y
mudarse al área más pobre de su ciudad para que aquellas personas puedan llegar
a conocerle a Él? Si no está dispuesto a hacer estas cosas, pídale a Dios que
le ayude a morir a sí mismo y vivir para ÉL.
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