viernes, 16 de diciembre de 2016

LA TENTACIÓN A JESÚS ÉL FUE TENTADO EN TODO.

LA TENTACIÓN A JESÚS ÉL FUE TENTADO EN TODO.
ES TIEMPO DE VENCER EL PECADO.
“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca” (1 Juan 5:18).
¿Sabe por qué el diablo no pudo vencer a Jesús durante los 40 días de ayuno cuando Él estaba hambriento? Él estaba ya satisfecho. Verá, Jesús no tenía ninguna comezón que el diablo pudiese rascar. La tentación se resume en: Una tentación es una incitación del diablo para satisfacer un deseo legítimo de una forma ilegítima. Eso es todo lo que es. Tome un deseo dado por Dios y satisfágalo en una forma prohibida por Dios. El diablo dice: “Mira, tú tienes una necesidad y yo puedo satisfacerla.” Cuando sea tentado, a usted se le da una opción. ¿Es su necesidad satisfecha por el diablo o por el Señor? Verá, el diablo es un pervertido. Él no tiene materia prima. Todo lo que él puede hacer es tomar lo que Dios ha creado y pervertirlo.
¿Tiene una tentación que es más difícil de vencer que otras? Busque la forma legítima de satisfacer ese deseo, así usted no necesitará la forma ilegítima.
TENEMOS UN DIOS FUERTE.
“Dios, Dios mío eres Tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas” (Salmo 63:1).
El Diablo tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan. He estado en Palestina y he visto piedras que asombrosamente parecen bollos pequeños de pan. En mi mente puedo ver al diablo mirando el suelo sabiendo que Jesús había estado ayunando por 40 días y él le tienta: “Bueno, mira aquí. ¡Sencillamente convierte esto en pan!” Ahora, no hay nada de malo con comer pan. De hecho, Jesús nos enseñó que oráramos por el pan de cada día. Sin embargo, Jesús fue guiado al desierto a ayunar, orar y buscar el rostro de Dios. El diablo trataba de poner el pan por sobre la voluntad de Dios, diciendo: “¡Consiente a tu carne!” No obstante, lo que él estaba verdaderamente diciendo fue: “Comete suicidio espiritual.” Jesús rehusó. Jesús venció la carne y usted también lo puede hacer.
¿Sabía que cada minuto que usted entretiene pensamientos negativos que van en contra de lo que Dios ha mandado se está arrodillando ante Satanás? Es correcto. La próxima vez que empiece a pensar en algo que Dios desaprueba, mire el segundero del reloj, es tiempo que nunca recuperará, por lo tanto, ¿por qué seguir botándolo?
TENEMOS UN FUERTE SACERDOTE: ES JESUCRISTO.
“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
UN SACERDOTE Y DIOS, QUE FUE TENTADO EN TODO.
Cuando la gente lee que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”, algunos lo cuestionan. Quizás usted no dice nada en voz alta, pero piensa: “¿Fue Él verdaderamente tentado en toda forma? ¿Fue tentado a tener sexo? No leí donde Él fue tentado a pasarse una luz roja... o fumar marihuana.”  Con todo, la Biblia es muy clara al decir que Él fue tentado en todo. De hecho, existen sólo tres tentaciones y Jesús fue tentado en las tres. Primera Juan 2:16 las menciona: “los deseos de la carne” (la tentación para que hagamos algo: nuestras pasiones), “los deseos de los ojos” (la tentación para que tengamos algo: nuestra posesiones), “y la vanagloria de la vida” (la tentación para que seamos alguien: nuestro orgullo). Si usted lo duda, entonces lea acerca de la tentación que Él enfrentó en Luc as 4:1-13. Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
4:2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
4:3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
4:4 Jesús, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
4:5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
4:6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
4:7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
4:8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
4:9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
4:10 porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
4:11   y,   En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
4:12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
4:13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
Alabe a Dios que su Hijo fue el sacrificio perfecto por sus pecados
 (Lea Efesios 5:2). Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
E Isaías 53:4-5). Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
 Alabe a Dios que usted posee su Espíritu para liberarlo
 (Lea Hebreos 2:18). Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Alabe a Dios que usted posee su Palabra para vencer a Satanás
(Lea Hebreos 4:12). Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.














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