JESUCRISTO
NOS SALVÓ POR SU MISERICORDIA.
“Nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo” (Tito 3:5).
LO ÚNICO
IMPORTANTE AHORA, ES JESUCRISTO MI SEÑOR.
Pablo
testificó: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”
(Filipenses 3:7-8). ¿Qué quiere decir Pablo con “pérdida”? Él quiere decir que
aún las cosas buenas pasan a ser malas si llegan a ser substituto de lo mejor.
Suponga que vuela y su avión se va a estrellar y usted agarra su mochila en
lugar del paracaídas y brinca. ¿Es su mochila algo malo? No, simplemente no es
la mejor decisión si quiere salvar su vida. La peor forma de maldad puede ser
la piedad humana cuando ésta llega a ser substituto del nuevo nacimiento.
MI VIDA LE
PERTENECE A JESUCRISTO.
Piense en
todo lo maravilloso que ha realizado para Dios esta semana. ¿Cómo se siente? Si
está recibiendo alguna gloria por lo que efectuó, lea Isaías 64:6-8. Póstrese
ante Dios. Muera a sí mismo y entréguese completamente a Él, para que su gloria
―la de Él únicamente― pueda ser conocida al mundo a través de su vida.
ÉL ES EL
HIJO DEL DIOS VIVIENTE.
“Y nosotros
hemos creído y conocemos que Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”
(Juan 6:69).
Jesucristo
es un hecho histórico. Todo historiador secular que posee algún mérito
independientemente de lo que creen acerca de Él, admite que ¡Jesús vivió! No
existe forma de explicar la Iglesia Cristiana si no es por el hecho que
Jesucristo estuvo aquí. ¿Qué predicaba la iglesia neotestamentaria? No sólo que
Jesús estuvo aquí, sino que Él salió de la tumba. ¿Cómo lo explica usted?
Alguien dijo: “Bueno, ellos seguramente inventaron esa historia. Ellos dijeron
que lo tocaron, que comieron con Él.” Estamos hablando de hombres que murieron
por su fe. ¿Piensa que ellos morirían gustosamente sabiendo que morían por una
mentira?
UN SÍ Y SOLO
SÍ, DEBE SER NUESTRA RESPUESTA.
¿Está
dispuesto a morir por la causa de Cristo? Este hombre que murió por usted...
¿está usted dispuesto a morir por Él?
ÉL NO
CONOCIÓ PECADO, Y AUN ASÍ DIO SU VIDA POR MÍ.
“Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).
¿ESTÁ USTED
PERSIGUIENDO A DIOS?
¿Alguna vez
se ha acostado al final de un largo día y satisfecho se dice: “Bien, hoy fui
una buena persona, así que si muero esta noche iré al cielo?” Si lo ha hecho,
no está solo. Me atrevo a afirmar que la mayoría de personas creen que si van a
la iglesia, diezman su dinero y hacen bien a otros, que Dios les permitirá
entrar al cielo. Con todo, si ser religioso nos puede llevar al cielo, por qué
fue un hombre tan religioso como Pablo confrontado cuando viajaba camino a
Damasco y el Señor le preguntó: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos
9:4b). Aún más importante, si pudiésemos salvarnos a nosotros mismos realizando
buenas obras Dios no tenía necesidad de enviar a su Unigénito al mundo como
sacrificio substituto por usted y por mí. No, es la justicia de Jesús lo que
nos salva.
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