lunes, 2 de enero de 2017

¿CÓMO ESTÁ DESARROLLANDO SU SERVICIO A DIOS?

¿CÓMO ESTÁ DESARROLLANDO SU SERVICIO A DIOS?
“Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:14-15).
SIERVOS Y ESCLAVOS DE CRISTO.
Téngannos los hombres por servidores de Cristo. 1 Corintios 4:1
El apóstol Pablo era un "siervo" de Cristo. Era una función que escogió por amor, no por temor.
Había tal vez millones de esclavos en el Imperio Romano. En su mayor parte, no se les trataba como a personas, sino como objetos. Si un amo quería matar a un esclavo, podía hacerlo sin temor al castigo. Aunque era un vocablo negativo para los romanos, la palabra esclavo significaba dignidad, honor y respeto para los hebreos, y los griegos lo consideraban un término de humildad. Como siervo de Cristo, por tanto, Pablo paradójicamente se considera exaltado y envilecido. Esa es la ambivalencia que afrontará todo representante de Jesucristo.
GRACIAS SEÑOR POR EL PRIVILEGIO DE SERVIRLE.
Cuando pienso en el honor que se me ha dado de predicar el evangelio de Jesucristo, me siento a veces abrumado. No hay más alto llamamiento en la vida que proclamar el evangelio desde el púlpito y poder enseñar la Palabra de Dios bajo el poder del Espíritu Santo. Pero hay también una paradoja que exige que un ministro de Cristo comprenda que no merece servir. Debe tener la debida perspectiva de ser un esclavo indigno que tiene el privilegio incomprensible de proclamar el evangelio.
NUESTRO SERVICIO A DIOS ES POR GRATITUD.

Creo que la salvación se obtiene por gracia, mediante la fe. Esto no es retórica religiosa. Es doctrina bíblica. Pero, ¿sabe usted lo que algunas personas hacen con eso? Dicen: “¡Estupendo! No tengo que hacer nada para ser salvo. Puedo simplemente ir tranquilo en un carro, chupándome el dedo, hasta que lleguemos a la nueva Jerusalén.” Como quien dice, sólo súbase en el próximo vehículo a la gloria. A estas personas no les gusta la idea de que nosotros, como creyentes, un día estaremos ante el tribunal de Cristo. Y todos tendremos que dar cuentas de cómo hemos utilizado nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestra fe. No nos salvamos por obras, pero seremos recompensados por lo que hemos hecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario