jueves, 19 de enero de 2017

EL AMOR HACIA NUESTRO PADRE CELESTIAL, NOS ANIMA A SEGUIR ADELANTE.

EL AMOR HACIA NUESTRO PADRE CELESTIAL, NOS ANIMA A SEGUIR ADELANTE.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas” (Lucas 11:34)
 ES TIEMPO DE ENTREGAR TODO AL SEÑOR.
El pastor Rogers tuvo momentos en su vida cuando se sintió que se enfriaba espiritualmente, sintiendo que el poder se escapaba de su vida y que Jesucristo no era tan real como solía ser. En momentos así, a solas en su estudio, él comenzaba a devolverle a Dios las cosas que sutilmente había ido quitando del altar: “Te entrego mi cuerpo físico y mi derecho a la vida. Te entrego mi salud, mi fortaleza y mi habilidad de predicar. Te entrego mi reputación y mis hijos, mis carros, mi ropa, mi casa.” Y cuando honesta, seria y sinceramente lo entregaba todo a Él, el gozo retorna a su corazón y sentía que su relación con Dios había sido restablecida.
Pregúntese a usted mismo: “¿Amo a Dios hoy más de lo que le amaba ayer? ¿Estoy sediento de su justicia, como un hombre muriéndose de sed? ¿Estoy dispuesto a ir y hacer cualquier cosa que Él me pida que haga?” Si usted no puede contestar positivamente a esas preguntas, necesita orar para que, por fe, pueda hacer lo que Jesús le llama que haga en Mateo 16:24-25. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
16:25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.




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