EL AMOR
HACIA NUESTRO PADRE CELESTIAL, NOS ANIMA A SEGUIR ADELANTE.
“La lámpara
del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno
de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”
(Lucas 11:34)
ES TIEMPO DE ENTREGAR TODO AL SEÑOR.
El pastor
Rogers tuvo momentos en su vida cuando se sintió que se enfriaba
espiritualmente, sintiendo que el poder se escapaba de su vida y que Jesucristo
no era tan real como solía ser. En momentos así, a solas en su estudio, él
comenzaba a devolverle a Dios las cosas que sutilmente había ido quitando del
altar: “Te entrego mi cuerpo físico y mi derecho a la vida. Te entrego mi
salud, mi fortaleza y mi habilidad de predicar. Te entrego mi reputación y mis
hijos, mis carros, mi ropa, mi casa.” Y cuando honesta, seria y sinceramente lo
entregaba todo a Él, el gozo retorna a su corazón y sentía que su relación con
Dios había sido restablecida.
Pregúntese a
usted mismo: “¿Amo a Dios hoy más de lo que le amaba ayer? ¿Estoy sediento de
su justicia, como un hombre muriéndose de sed? ¿Estoy dispuesto a ir y hacer
cualquier cosa que Él me pida que haga?” Si usted no puede contestar
positivamente a esas preguntas, necesita orar para que, por fe, pueda hacer lo
que Jesús le llama que haga en Mateo 16:24-25. Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame.
16:25 Porque
todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario