RESPONDA
COMO BUEN ATLETA AL LLAMADO DE
JESUCRISTO.
“Prosigo a
la META, al premio del supremo LLAMAMIENTO de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses
3:14).
EL APÓSTOL
PABLO, RESPONDIÓ AL LLAMADO DE JESUCRISTO.
Pablo no
quería fracasar. Él se esforzó con cada pulgada, con cada onza, con cada
nervio, en fin, con cada parte de su cuerpo para ganar el PREMIO. Tenía
ambición, pero era una ambición justa, santa. Dijo: “Quiero ganar el PREMIO, y
voy a hacerlo. Voy a ser como un atleta que se niega a tener placeres mundanos.
Voy a entrenarme como un atleta. Voy a estar en forma para el Señor Jesús. Voy
a hacer todo lo que sea necesario para GANAR.”
LA RAZÓN DEL
VERDADERO CRISTIANO ES JESUCRISTO.
La Biblia
claramente enseña que debemos ser ambiciosos, pero por la razón adecuada, y
ésta es Jesús.
ÉL ES
NUESTRA MAYOR Y MEJOR AMBICIÓN.
¡Que Dios
nos libre de tener ambiciones diminutas y aspiraciones de corta duración!
QUIERO SER
HOY UN VERDADERO ATLETA DE JESUCRISTO.
Lea 1
Corintios 9:24-27. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la
verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo
obtengáis.
9:25 Todo
aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una
corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
9:26 Así
que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no
como quien golpea el aire,
9:27 sino
que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido
heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
¿Quiere usted
ganar el PREMIO del cual habla Pablo? Entonces, ¿qué está esperando? Golpee su
cuerpo, y hágalo su esclavo. Tenga cautivo cada mal pensamiento. Póngase la
armadura y salga a la batalla.
¿SE HA
PREGUNTADO USTED, QUÉ SIGNIFICA CORRER?
“¿No sabéis que los que corren en el estadio,
todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal
manera que lo obtengáis” - (1 Corintios 9:24).
El pastor
Rogers corrió su carrera. Asimismo Dios le ha dado a usted una carrera para
correr. Cada persona corre su propia carrera. No estamos compitiendo unos
contra otros para alcanzar la corona del vencedor. Estamos juntos en un
peregrinaje. No tratamos de ir delante del otro. ¡Y estas son buenas noticias!
Dios tiene un plan para su vida con particulares límites de velocidad, desvíos,
y vallas que cruzar. Y usted tiene que permanecer en esta carrera hasta que la
termine. Pero no está solo. Aunque no estamos en la misma carrera, estamos en
los viajes juntos, para animarnos mutuamente para ganar. ¡Y deseamos que usted
gane la corona de la victoria hoy¡ ¡Corra, mi amigo (a), corra!
Pídale a
Dios que cubra sus pies con la preparación que proviene del evangelio de la paz
(ver Efesios 6:15). y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Para que pueda correr la carrera con
confianza. Ruéguele a Dios que dirija sus pasos para ir a lugares en donde
pueda declarar el plan de salvación de Dios (vea Romanos 10:15). ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Y agradezca a Dios por la corona que le espera
al final de la carrera, debido a Su poder en su vida.
AL CORRER
COLOQUE SUS OJOS EN JESÚS.
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” - (Hebreos 12:2).
¿Qué
significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe? La palabra griega
para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el
Príncipe de nuestra fe. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y
significa que Él es quien “completa” nuestra fe. Jesús pagó el precio, para que
usted pudiera ser salvo.
¿QUIERE
SABER CÓMO CORRER LA CARRERA?
Jesús es su ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él
es el Salvador que no sólo le enseña cómo correr la carrera, sino que entra en
usted por medio del Espíritu Santo, y corre la carrera a través de usted.
¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos solos!
ES HORA DE
ADORAR Y DAR GRACIAS A DIOS.
Adore a Dios
en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como
un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar
su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
EL QUE
COMENZÓ LA BUENA OBRA, TERMINARÁ LA BUENA OBRA.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
PABLO QUERÍA
ACABAR LA CARRERA Y CUMPLIR CON SU MINISTERIO.
“Pero de
ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que
acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios” - (Hechos 20:24).
LA MEJOR Y MAYOR
CARRERA DEL MUNDO DEBE SER PARA DARLE GLORIA AL SEÑOR.
¿Alguna vez
ha visto una competencia de triatlón? Un programa televisivo presentó una que
involucraba 2.4 millas de natación, 112 millas de ciclismo y 26.2 millas
corriendo. Una joven mujer lideraba el grupo, pero de pronto, sólo a unos pocos
metros de la línea de llegada, ella se cayó. Sus piernas parecían fideos. Esta
atleta trató de ponerse de pie y caminar, pero cayó otra vez. Ella terminó la
carrera en agonía; literalmente se arrastró hasta la línea de llegada, pero no
llegó en primer lugar. Si estos hombres y mujeres se entregan a esta agotadora
y dura prueba atlética para ganar una corona corruptible, Dios no quiere que
nosotros seamos menos que los fuertes y espirituales atletas que Dios nos llamó
a ser. Estamos hablando de muerte y vida, cielo e infierno, y la gloria de
Dios.
DEBEMOS SER
FIELES Y CORRER HONESTAMENTE LA CARRERA.
¿Cómo le va
en la carrera? ¿Es usted lo suficientemente fiel para correr, aunque las cosas
se pongan difíciles? ¿Se unirá a Pablo diciendo Filipenses 3:13-14? Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
3:14 prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Pida a Dios que le haga fuerte y fiel hasta el
fin.
FIEL Y
LEGÍTIMO EN MI CARRERA, SIN DOPING, NI TRAMPAS.
“Todas las
cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas,
más yo no me dejaré dominar de ninguna” - (1 Corintios 6:12).
SELECCIONE
LAS COSAS QUE NO LE CONVIENEN EN LA CARRERA.
Hay ciertas
cosas que un atleta resuelve dejar de lado. Estas cosas no son malas para otras
personas, pero son muy negativas para el atleta, son una pesada carga. En el plano
espiritual, es lo mismo con los creyentes. Pablo claramente dice que no todas
las cosas convienen. Verá, los creyentes nos dirigimos hacia un lugar, y si
algo NO nos ayuda a ir más rápidamente, entonces eso es exceso de equipaje.
Debemos deshacernos de todo lo que no es conveniente.
¿QUÉ NO ES
LEGÍTIMO EN MI CARRERA?
Pregúntele a
Dios: “¿Tengo alguna cosa legítima que puede ser usada de mejor manera, y que
me está impidiendo correr una mejor carrera por Ti? Si es así, revélame qué es,
para que pueda vivir una vida completamente entregada a la causa de Cristo.”
Pudiera ser un vehículo, una casita vacacional en la playa, un anillo de
diamantes, arte o colecciones antiguas. Estas cosas no son malas en sí mismas,
pero hable con Dios acerca de ellas. Tal vez Él quiera que usted las venda y
utilice ese dinero para ayudar a las misiones.
NECESITAMOS
TENER LA FE EN JESUCRISTO, PARA CORRER CON SEGURIDAD.
Marcos
11:22: “Respondiendo Jesús, les dijo: “Tened fe en Dios.”
JESUCRISTO
ES EL CREADOR DE LA CARRERA Y ÉL ES LA META A LA QUE USTED CORRE.
Se le
preguntó a algunos creyentes: “¿Cómo están?” Ellos respondieron: “Bueno, bajo
las circunstancias...” ¿Cómo se metieron allí? Las circunstancias son como un
colchón. Se supone que usted debe estar arriba, no debajo de éste. Bajo las
circunstancias, usted se sofoca; sobre ellas descansa bastante bien. La única
manera en que usted puede correr la carrera es quitando sus ojos de las cosas o
las personas a su alrededor y poniéndolos en Jesús. Él es el creador de la
carrera. Él es la meta a la que usted corre. Si pone su mira en Jesús para que
Él le provea toda necesidad en su carrera, usted encontrará que la fe crece en
su corazón y en su vida. Verá, lo que se requiere no es una gran fe en Dios;
sino fe en un gran Dios.
CORRER Y
GANAR Y DAR LOS RESULTADOS ESPERADOS.
Juan 12:24:
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
CORRER CON
PACIENCIA, PERO CON SEGURIDAD.
Usted puede
ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que
nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y
esta palabra “paciencia” no se usa en el sentido que actualmente nosotros la
usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un
corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia.
Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente
que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo,
no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted
nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna
ganancia.
DIOS NOS
EQUIPA PARA CORRER BIEN.
¡Dele
gracias a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar
la corona del vencedor!
TRES
PALABRAS DEL VERDADERO CRISTIANO: PELEADO, ACABADO Y GUARDADO LA FE.
Segunda
Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado
la fe.”
JESÚS
TAMBIÉN PELEÓ, ACABÓ Y GLORIFICÓ AL PADRE CELESTIAL.
Cuando Jesús
llegó al final de su vida dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado
la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Él se mantuvo en el camino. Lo
mismo hizo Pablo. Ellos lograron lo que Dios les había mandado hacer. Todo
hombre tiene una carrera que debe correr. Toda mujer tiene una carrera por
delante. Dios sabe el curso. Y todo lo que Dios demande de usted, Él le dará el
poder para llevarlo a cabo. Ya sea que usted tenga nueve o noventa años, sea joven
o viejo, rico o pobre: ¡Dios posee un plan para su vida! ¡Dios tiene una
carrera que quiere que usted corra!
¿DE CUÁNTOS
KILÓMETROS ES SU CARRERA?
¿Cuál es la
carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le
da para terminar la trayectoria.
EL QUE
QUIERE SER VENCEDOR EN LA CARRERA, DEBE DEJAR COSAS QUE LE GUSTAN, PERO LE
PESAN.
Primera
Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas
las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”
QUERER Y
TAMBIÉN TRABAJAR PARA LOGRARLO.
Si usted
quiere ser un vencedor en la carrera que Dios tiene para usted, debe aprender
la disciplina de poner a un lado sus pesas. En muchas ocasiones, estas pesas
son cosas buenas en nuestras vidas. Con todo, las cosas buenas son malas cuando
éstas nos impiden hacer lo mejor. La vida sería simple si fuese una opción
entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, generalmente, es una opción entre lo
bueno y lo mejor. Nuestro versículo enseña: “Todas las cosas me son lícitas,
mas no todas convienen.” Cuando medite en la palabra “convienen”, piense en una
expedición, puesto que usted va hacia algún lugar, y si algo le retrasa en su
caminar, es exceso de equipaje y usted necesita deshacerse de éste, puesto que
no conviene.
LA
DISCIPLINA ES NECESARIA EN UNA CARRERA LARGA.
Pregúntele a
Dios: “¿Existen cosas lícitas, permisibles en mi vida que están impidiéndome
correr la carrera que me has dado?” Si el Señor le revela algo, pida disciplina
para poder hacerlas a un lado.
DESPOJÉMONOS
DEL PECADO, QUITEMOS LAS CARGAS Y CORRAMOS.
EL SEÑOR
JESUCRISTO NOS DICE: ¡! CORRAN, CORRAN!!
Hebreos
12:1: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande
nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.”
EL DIOS
TODOPODEROSO NOS DICE: ¡! CORRAN HIJOS MIOS, CORRAN HIJOS MIOS!!
Una mujer
quien era muy callada fue a un juego de fútbol americano de una escuela
secundaria. Ella había estado en silencio todo el partido hasta que alguien
dejó caer la pelota en la cancha. Luego el “quarterback” (o capitán) suplente,
un delgaducho y pequeño joven, la recogió y empezó a correr dejando atrás a los
otros jugadores al dirigirse hacia la meta. ¡Y esta pequeña señora explotó!
Ella saltó y gritó: “¡Corre, hijo, corre!” Él era su hijo. Eso es lo que los
santos están exclamando al vernos en la cancha de la vida. Ellos están
animándonos, desde la gradería celestial, a seguir corriendo “con paciencia la
carrera que tenemos por delante”.
¿QUÉ LO
MOTIVA A USTED A SEGUIR ESTA CARRERA?
¿Necesita
ánimo el día de hoy? ¡Imagine a los santos, una gradería del tamaño del cielo,
que le motiva a seguir adelante hacia la victoria!
MUCHAS
PERSONAS, NOS ESTÁN MIRANDO CORRER.
“Por tanto,
nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia
la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe” (Hebreos 12:1-2ª).
CAMPEONES,
QUE VAN POR LA DE ORO.
Existen
muchos atletas con habilidad natural, pero ¿qué es lo que convierte a un atleta
mediocre en un campeón de medalla de oro? Este atleta está dispuesto a sufrir
más que los otros. Cuando usted no puede dar otro paso, sus músculos están
adoloridos y su cuerpo está molido, es lo que significa correr la carrera con
perseverancia como lo menciona Hebreos 12:1. Usted actúa bajo tremenda presión.
Corre para desarrollar resistencia. Hoy, quizás esté sufriendo porque un
familiar, compañero laboral o compañero de estudios ha sido injusto con usted.
Tal vez se le ignoró para un ascenso. Edificar una fe que aguante la distancia
toma paciencia.
¡! CORRE,
CORRE, QUE LA META ESTÁ ADELANTE Y MUY CERCA!!
Hoy es el
día de superar las injusticias de la vida. En lugar de sentir que está siendo
injustamente tratado, es tiempo de poner los ojos en Aquel que fue tratado MÁS
injustamente sobre una cruz para que usted fuese perdonado. Corre, creyente,
corre: la victoria aún está por ser ganada.
LA MAYOR
BENDICIÓN ESTÁ POR LLEGAR.
“Bendito el
que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os bendecimos” (Salmo
118:26).
LOS HÉROES
DE LA FE, NOS ANIMAN A CORRER
El cielo
está atentamente interesado en lo que sucede aquí sobre la tierra. Existe en el
cielo una gradería o tribuna llena de héroes de la fe. Ellos nos ven y nos
animan a continuar. Nosotros somos los corredores; ellos son los espectadores.
Si los corredores de aquella época fueron inspirados cuando corrían su carrera,
¿cuánto mayor debería ser nuestro esfuerzo hoy al contar con los santos que nos
motivan? ¿Se siente inspirado? ¡Yo sí! Me anima saber que no estoy solo en la
carrera y que tengo hombres y mujeres que corrieron la carrera sabiendo que
existen peligros ahí afuera. Amigo, espero que se sienta motivado e inspirado a
correr la carrera específica que Dios ha puesto delante de usted hoy.
AQUÍ ESTÁ LA
LISTA DE LOS GANADORES DE DIOS.
Por favor
lea Hebreos 11 acerca de los héroes de la fe; que su fe le inspire a dejar su
zona de comodidad y haga grandes y poderosas cosas para la gloria de Dios.
Hebreos 11.1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se
ve.
11:2 Porque
por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
11:3 Por la
fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de
modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
11:4 Por la
fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó
testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto,
aún habla por ella.
11:5 Por la
fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso
Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
11:6 Pero
sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
11:7 Por la
fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con
temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo,
y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
11:8 Por la
fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir
como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
11:9 Por la
fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando
en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
11:10 porque
esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es
Dios.
11:11 Por la
fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a
luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había
prometido.
11:12 Por lo
cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del
cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
11:13
Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino
mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
11:14 Porque
los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
11:15 pues
si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían
tiempo de volver.
11:16 Pero
anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de
llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
11:17 Por la
fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las
promesas ofrecía su unigénito,
11:18
habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
11:19
pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde,
en sentido figurado, también le volvió a recibir.
11:20 Por la
fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.
11:21 Por la
fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado
sobre el extremo de su bordón.
11:22 Por la
fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento
acerca de sus huesos.
11:23 Por la
fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le
vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.
11:24 Por la
fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
11:25
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los
deleites temporales del pecado,
11:26
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los
egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
11:27 Por la
fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al
Invisible.
11:28 Por la
fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a
los primogénitos no los tocase a ellos.
11:29 Por la
fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo
mismo, fueron ahogados.
11:30 Por la
fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
11:31 Por la
fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo
recibido a los espías en paz.
11:32 ¿Y qué
más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón,
de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;
11:33 que
por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon
bocas de leones,
11:34
apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de
debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos
extranjeros.
11:35 Las
mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección;mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
11:36 Otros
experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
11:37 Fueron
apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron
de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados;
11:38 de los
cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por
las cuevas y por las cavernas de la tierra.
11:39 Y
todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo
prometido;
11:40
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros.
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