viernes, 26 de febrero de 2016

LAS MARAVILLAS DE DIOS LAS PODEMOS VER TODOS LOS DÍAS Y LAS ANUNCIA EN SU PALABRA.

LAS MARAVILLAS DE DIOS LAS PODEMOS VER TODOS LOS DÍAS Y LAS ANUNCIA EN SU PALABRA.
¿QUIERE VER LAS MARAVILLAS DE DIOS HOY?
“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmos 119:18).
¿Alguna vez ha pensado que lo único que tiene que hacer es ir a la Biblia para sacar alguna verdad para su vida?
Bueno, usted no puede hacer eso. Es decir, su mente nunca comprenderá las cosas de Dios, a menos que el Espíritu Santo le ilumine. Si usted quiere comprender la Palabra de Dios, debe poner su intelecto en el polvo, y con brazos abiertos y un corazón con fe, acercarse a la Palabra de Dios buscando sabiduría, discernimiento y conocimiento. Entonces Él le enseñará. Se necesitó un milagro sobrenatural para escribir la Palabra de Dios. Se requiere de un milagro sobrenatural para que usted la entienda. Cuando Dios comience a escribir su Palabra en su corazón, usted empezará a vivir una vida sobrenatural.
Ore el Salmo 119:18 a Dios hoy. “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.” Con expectativa y un corazón abierto, espere respuesta, teniendo su Biblia frente a usted. Luego, comparta con alguien más lo que Él le enseñe.
¿QUÉ SABE USTED DE LA BONDAD DE DIOS?
“Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón” (Salmos 73:1).
Asaf, autor del Salmo 73, comienza hablando de la pureza del corazón de una persona, y la bondad de Dios. Luego dice: “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos” (Salmo 73:2). Él tenía la idea de que cuando estuviera bien con Dios, entonces no tendría más problemas. ¿Estaba él seguro de eso? Sí, porque dice: “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia; pues he sido azotado todo el día, y castigado todas las mañanas” (v.13-14).
Asaf dijo: “Estoy bien con Dios, y todavía tengo problemas.” Él tenía una expectativa falsa que la Biblia no necesariamente da. Los creyentes no tienen un tratamiento preferencial. La presencia de Dios es suficiente aún en medio de nuestros problemas.
¿Es esta creencia falsa algo bajo lo cual usted ha estado viviendo? Entonces, es tiempo de creer la verdad de Dios. Por favor, lea 1 Pedro 4:12-16. Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,
4:13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.
4:15 Así que, ninguno de vosotros padezcan como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno;
4:16 Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.
USTED DEBE TENER UN CORAZÓN DE RECONCILIADOR.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20).
¿Hay, agitándose en su corazón, un espíritu de rebeldía? A lo mejor usted ni siquiera lo reconoce. Pero si lo hace, le rogamos que haga algo al respecto, ahora mismo. Pídale a Dios que le limpie de su deseo de rebeldía. Que desarraigue toda rebeldía en usted, puesto que Él no la quitará hasta que usted renuncie a ella. Es su decisión. Clame a Dios que le perdone por las necias y descuidadas palabras que ha pronunciado. Ruegue que le quite ese espíritu de rebeldía contra las autoridades. Pídale que le enseñe cómo amorosamente respetar a las personas cuando están equivocadas.
Amigo (a), una de dos: o usted corona a Cristo, o lo crucifica. ¿Está usted con Jesús hoy, o está en su contra?
¿Hay alguien que le ha hecho daño, y usted busca vengarse? ¿Tiene la necesidad de que sus “derechos” sean exaltados sobre otros? Lea y aplique la verdad de Filipenses 2:3-11. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
AMAMOS CON TODO EL CORAZÓN, CON TODA LA MENTE Y CON TODAS LAS FUERZAS A DIOS Y NO PODEMOS DECIR QUE LO  AMAMOS MODERADAMENTE.
 “Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Filipenses 1:20).
La moderación es buena en cosas como el comer, el dormir, la recreación, los ejercicios y las finanzas. Pero cuando se trata de la guerra espiritual, la moderación es un pecado. Cuando se trata de creer la Biblia, la moderación es un pecado. Cuando se trata de amar al Señor, la moderación es un pecado. Suponga que una esposa le pregunta a su marido: “Cariño, ¿me amas?”, y que él responda: “Bueno, moderadamente.” ¡Ella le mandará a dormir con el perro!, ¿no le parece? Amigo, si el mundo le considera un “moderado” cuando se trata de su cristianismo, usted está bordeando la valla de la “tibieza”. Que Dios perdone a aquellos que no irán la segunda milla.
DEBEMOS SER ADORADORES Y EVANGELISTAS APASIONADOS.
Pídale a Dios que le ayude a ser un adorador apasionado y un osado evangelista en un mar de apática tibieza. Amigo, si algo vale su vida cristiana, entonces es valiosa en todo. Mire hacia la cruz. Tome lo que ve allí, y deje que eso encienda una llama de osada santidad en su corazón. Siga adelante y proclame las Buenas Nuevas: ¡Jesús salva!
CUANDO ESTAMOS AL CONTACTO DEL MUNDO, ESTAMOS CONTAMINADOS.
ES HORA DE LIMPIARNOS.
“Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmos 51:2).
Antes de que el sacerdote pudiera entrar en el lugar Santísimo, tenía que detenerse en el lavabo y lavarse las manos y los pies. Él ya se había bañado desde la cabeza hasta los pies, pero el piso del tabernáculo era de tierra. Tampoco había utensilios, así que sus manos estaban sucias. Esta preparación final antes de entrar en la presencia de Dios, era el despojarse de la contaminación del mundo, lavándose las manos y los pies. Cuando estamos en contacto con el mundo, estamos contaminados. No necesitamos bañarnos completamente. Ya somos salvos. Pero cada día debemos pedir a Dios que mire nuestros corazones y nos limpie de nuestros pecados. ¿No sería maravilloso si cada uno de nosotros viniera a la presencia del Señor con la seriedad con que lo hacían los sacerdotes en el Antiguo Testamento? ¡Deberíamos!
¿Se ha acercado usted al lavabo esta mañana? Si no lo ha hecho, arrodíllese delante de Dios ahora mismo, y haga del Salmo 139:23 y 24 su oración. Dios está esperando para perdonarle: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.”
EL GOZO QUE TENGO YO EL MUNDO NO ME LO DIO Y COMO NO ME LO DIO, NO ME LO PUEDE QUITAR.
“También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo” (Juan 16:22).
El pastor Rogers compartió que cuando era un muchacho y vivía en la costa de la Florida, su hermano y él en una ocasión estuvieron un tanto decepcionados cuando un huracán no llegó hasta la costa, porque querían sentir la emoción de enfrentar el viento y saborear el aire salado. Ellos podían recordar olas que a veces alcanzaban más de 20 metros de altura. ¡Qué espectáculo! Pero, ¿sabía que nunca ha habido una tormenta que mueva el fondo del mar? Habrá tormentas que cruzarán la superficie de nuestras vidas, con tremenda furia. Con todo, los hijos de Dios podemos experimentar un profundo gozo, que nadie puede robarnos. Si usted mantiene sus ojos en Jesús, Él le dará un gozo que ningún hombre podrá quitarle. Agradezca a Dios por la firmeza de Su poder, amor y misericordia.
¿Está su corazón lleno del gozo del Señor, hoy? Si no, ¿por qué no? ¿A quién o a qué le está usted permitiendo que le robe su gozo hoy? Confiese esto al Señor, y pídale que le limpie y que restaure Su gozo en usted.
SOLO A DIOS POR MEDIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DAMOS GLORIA.
“Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” (Éxodo 34:14).
El pastor Rogers afirmó: “Dios es un Dios celoso. Ahora, para usted y para mí eso puede sonar como un mal atributo. No obstante, para Dios es un atributo santo. Verá, yo no tengo que estar celoso de ningún otro predicador, porque yo no soy el único predicador en el mundo. El predicar no es mi propiedad. Por el contrario, sí existe sólo Dios.”
n Éxodo 20:2 y 3 leemos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de Mí.” Y cuando a Jesús le preguntaron cuál era el más grande mandamiento, contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37). Cuando usted muere a sí mismo, comenzará a experimentar la llenura de Dios, de una forma que transformará su vida.
¿Qué es un ídolo? Es cualquier cosa que usted ame, sirva o desee más que a Dios. Pídale a Dios que le redarguya acerca de los ídolos que puede tener en su vida. Luego, pídale perdón, y que le ayude a amarle a Él con todo su corazón, alma y mente.
DIOS NOS PIDE ALGO MUY RAZONABLE: NUESTRA VIDA PARA ÉL Y ÉL NOS DARÁ TODO.
“El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de Mí, la hallará” (Mateo 10:39).
En una ocasión el pastor Rogers afirmó: “Nosotros no tenemos nada que Dios necesite. Piense al respecto. Si yo fuera rico y quisiera dar mis riquezas a Dios, no lo haría más rico. Él es el dueño de todo. Si yo fuera sabio, y le diera mi sabiduría a Dios, no podría hacerle más sabio. Él es Omnisciente. Si yo fuera poderoso, y diese mi poder a Dios, no podría hacerle más poderoso. Él es Omnipotente, Todopoderoso. Dios quiere una sola cosa de sus hijos: nuestro corazón. Si oramos a Dios sin haberle entregado nuestro corazón, nos estamos burlando de Él. Si predicamos sin haberle entregado nuestro corazón, estamos predicando en ignorancia.”
Dios le está diciendo hoy: “Dame tu corazón.” ¿Cómo responderá usted?
Lea Lucas 9:23-27. ¿Qué es lo que le detiene para que rinda su vida completamente a Él?
9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
9:25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
9:26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
9:27 Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
¿NECESITA SABIDURÍ DE DIOS?
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).
Santiago 1:5 nos dice que si no tenemos sabiduría, debemos pedírsela a Dios. Permítanos decirle lo que eso significa literalmente. Si usted no tiene sabiduría, pídasela al Dios Dador. ¿Ha pensado en Dios como “el Dios Dador”? ¿Qué significa para usted que Dios anhela derramar sus bendiciones sobre usted? ¿Se dice a usted mismo: “¡Qué bueno! Entonces veamos qué puedo sacarle a Dios.”? ¿O le vuelve humilde saber que el Poderoso Dios, quien creó el aire que usted respira, el suelo por el que camina, y el cuerpo en el cual habita, éste es el Dios que le ama y que quiere bendecirle? Oramos que sea esto último, porque ése es el corazón de un hijo o hija de Dios.
 Pídale a Dios que le humille. Que ponga en usted un corazón como de niño, para que busque al Padre más que a ninguna otra persona o cosa.
LOS HIJOS DE DIOS, DEBEN RESPLANDECER COMO LUMINARES.
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” - (Filipenses 2:14-15).
¿Sabe cuál es el problema, con muchos de nosotros, cuando obedecemos a Dios? Murmuramos acerca del asunto mientras lo efectuamos. Y Dios toma nota de esa clase de actitud, porque “obediencia a medias” no es obediencia de ninguna manera. Recuerde: Dios mira el corazón, no la obra (vea 1 Samuel 16:7). ¿Sabe por qué murmuramos? Porque hemos desviado nuestros ojos del Calvario. Jesús no murmuró en su camino hacia la cruz. No lo hizo. ¿Agradece usted a Dios por las pérdidas en su vida? ¿O sólo lo hace cuando hay ganancias? ¿Cuándo se siente más cerca de Dios: durante las pruebas o durante los tiempos de calma?
¿Por qué debe dar gracias?
“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20).
SEÑOR, POR FAVOR VUELVEME EL GOZO DE TU SALVACIÓN.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de Ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmos 51:10-12).
Muchas personas tienen la idea que ser creyente es como tomar una medicina que tiene mal sabor: sabe horrible, pero usted se sentirá mejor algún día. Son como ese jovencito quien, durante una reunión de oración con pocas personas, oró de la siguiente manera: “Oh, Dios. Sé con nosotros, y ayúdanos, mientras el resto de las personas, allá afuera, se divierten.” ¿Alguna vez ha sentido que ir a la iglesia, o tener un tiempo personal e íntimo con el Señor, es como ir al dentista? Entonces, usted está obteniendo su satisfacción en la vida fuera de una relación con Dios.
Haga de la meditación bíblica de hoy, su oración.
TEME A JEHOVÁ Y ESCUCHA SU VOZ.
“¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios” (Isaías 50:10).
Podemos soportar casi cualquier cosa si sabemos por qué está sucediendo, ¿verdad? Pero no siempre tenemos el lujo de saber por qué suceden las cosas. Es inevitable para cualquier pastor el que le hagan preguntas, provenientes de corazones quebrantados: “¿Por qué murió mi bebé?”; “¿Por qué perdí mi negocio?”; “¿Por qué estoy tan enfermo?”, etc. Job se sintió de esta manera, y dijo: “Merezco una respuesta, ¿por qué me está pasando todo esto? Es como si  el mundo se puso en mi contra. ¡Y no sé por qué!” ¿Se ha encontrado alguna vez hundido en la oscuridad? No piense que si usted está bien con Dios, tendrá todas las respuestas. Pero escúcheme: Nunca dude en la oscuridad, lo que Dios le ha mostrado en la luz.
¿Está usted en medio de una angustia? Escriba sus sentimientos al Señor. Derrame su corazón ante Él. Ahora, doble ese pedazo de papel, y en la parte de afuera escriba: “Confiaré en Dios para que ayude. Me enfocaré en Él.” Mantenga ese pedazo de papel, y cada vez que piense en su angustia, repita esta promesa al Señor.
¿QUÉ REFLEJAS TÚ, TINIEBLAS O LUZ?
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas” (Lucas 11:34).
El capítulo 14 de Josué nos cuenta algo muy interesante sobre un hombre llamado Caleb. Tres veces el Espíritu Santo dice que Caled “cumplidamente siguió a Jehová Dios” (vs.8, 9, 14). Cada onza de Caleb estaba dedicada al Señor. Esta es la clase de corazón que deberíamos tener si es que nos identificamos como creyentes. El diablo va a intimidar a un hombre de corazón débil. Y sólo hay una forma de pararse contra el diablo: entregándose totalmente a Jesucristo. Por cierto, Dios no acepta “devoción a medias”. Sería mucho mejor para usted decir que Dios no existe, que decir que Dios no significa mucho para usted, o que Él no hace ninguna diferencia en su vida, o que no le provoca amarlo.
Lea Apocalipsis 3:14-18. ¿Puede usted sacar aplicaciones para su vida de esta admonición dada a la iglesia de Laodicea?
3:14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
¿LE ESTÁ PIDIENDO A DIOS QUE LE PRUEBE?
“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad” - (Salmos 26:2-3).
¿Cómo se aseguran los fabricantes de automóviles que sus vehículos son seguros para que la gente los maneje? Ponen a sus carros en un campo de pruebas. Los manejan cientos de kilómetros sobre caminos ásperos; los someten al agua, al frío y al calor. Ruedas rechinando, curvando bruscamente de un lado para el otro, frenando a raya y acelerando a toda velocidad. Quieren saber si el vehículo aguantará la prueba. Amigo, es lo mismo con nuestras vidas espirituales. Dios nos da la prueba primero, y la lección después. Lea las Escrituras y descubrirá que esto es verdad. José fue probado. David fue probado. Moisés y Pedro fueron probados. Cuando Dios está listo para probarle, no lo va a hacer en los tiempos buenos, porque eso no sería una prueba. Cualquiera puede servir a Dios en días soleados. La prueba no es cómo usted se comporta cuando la victoria le rodea; la prueba es cómo se comporta cuando Dios lo lleva hasta el desierto. Él quiere ver qué hay en su corazón. ¿Está usted completamente dedicado a Dios?
Ore el Salmo 26:2-3:“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad.”
ABORREZCA LO MALO Y SIGA LO BUENO.
“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos; de mano de los impíos los libra” (Salmos 97:10).
Esto puede ser una sorpresa para usted: el hecho de que sea un creyente no quiere decir que debe amar todo. Escuchamos decir que los creyentes son gente de amor, y eso es verdad. Pero, ¿sabía que si usted es un cristiano, no sólo debe aprender a amar, pero también debe aprender a odiar? Si usted ama a Dios, entonces debe odiar lo que Dios odia. Y eso es cierto a todo nivel. Si usted ama las flores,  seguro que odia la maleza. Si ama la salud, entonces odia los gérmenes. Si ama a Dios, entonces debe odiar lo diabólico. Es así de simple. Romanos 12:9b, nos dice en términos fuertes: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” Un hipócrita ―que es algo que ninguno de nosotros quiere ser―, es alguien que dice que ama a Dios, pero que no odia el pecado. No le diga a otros que usted a ama a Dios, si no odia aquello que clavó a Su Hijo en la cruz.
Pídale a Dios que quebrante su corazón con las cosas que quebrantan Su corazón. Pídale a Dios que le enseñe a odiar el pecado, pero amar al pecador.
CONFÍE EN DIOS TODOS LOS DÍAS.
“Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en Él” (Salmos 34:8).
En una ocasión el pastor Adrián Rogers testificó: “Estoy lleno de gozo, pero no puedo darme el crédito por eso. Es Jesús quien me da gozo y satisfacción. Yo no lo hubiera podido encontrar, aunque lo hubiera estado buscando. Pero al encontrar, conocer y crecer en Cristo, Él me ha llenado de gozo sobreabundante.”
¿Sabe lo que el diablo le dirá?
Que la santidad y la felicidad no van juntas. Le dirá que si usted se decide a vivir una vida santa, entonces no tendrá ninguna diversión.
Mi amigo (a), el diablo es un mentiroso. Usted nunca sabrá lo que es verdadera satisfacción y gozo hasta que los encuentre en el lugar apropiado. Usted nunca gozará las buenas cosas de la vida hasta que conozca a Jesús.
¡Oh, cuán dulce es conocer al Señor Jesucristo!
Pregúntese si el hambre de su corazón es conocer a Cristo. Si no lo es, pídale a Dios que el hambre de su corazón sea nuevamente Él.
TENGO TODO EL CONTENTAMIENTO.
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11).
Pablo llegó a un punto en su vida —no un punto físico, sino espiritual—, donde sintió contentamiento divino. Mucha gente piensa que sabe lo que esta palabra “contentamiento” significa, pero déjeme decirle lo que significa en la Palabra de Dios: “autonomía, tenerlo todo en uno mismo.” En el contexto de este pasaje, aprendemos que Pablo estaba agradeciendo a la gente por ayuda financiera que le habían dado, pero quería también que supieran que él no estaba “dependiendo” de ellos, porque Dios lo había traído hasta el punto de depender únicamente en Él. Esto es, Pablo podía decir: “He aprendido que no necesito de nada ni de nadie, sino del Señor. Lo tengo a Él y, por lo tanto, soy autónomo, pero no autosuficiente. Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo.”
Tal vez usted es soltero o soltera y quiere casarse. A lo mejor ya está casado o casada, y quiere tener familia. Pudiera ser que tenga un trabajo en el que siente que no va a ninguna parte. Busque al Señor con todo su corazón. Pídale que su presencia sea evidente en su corazón y en su mente, de tal manera que usted esté lleno de su contentamiento.
SOLO AMANDO A DIOS HAY FELICIDAD.
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” - (Deuteronomio 6:5).
Queremos que haga memoria de su viaje espiritual, por un momento. Recuerde los primeros días cuando estaba aprendiendo acerca de Dios. ¿Se acuerda del tiempo cuando primero entendió cómo orar? Ahora, permítanos preguntarle: ¿hubo un tiempo en su vida cuando amó al Señor Jesús más de lo que le ama este momento? Si es así, usted es un apóstata. Amigo, si usted no ama a Jesús ahora con un candente y resplandeciente entusiasmo, usted necesita recordar cómo era antes, y debe retornar a su primer amor. No tenga la idea de que la fiebre del amor lo ha picado, y que unas veces puede amar a Jesús y otras veces no. Cuando usted escoge amar a Jesús, lo ama cada día y en toda forma.
VERDADEROS ADORADORES DE DIOS.
“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).
El Padre desea tener comunión con usted en adoración. Él no busca ni su dinero, ni su gloria, ni su fortaleza. Él busca su corazón. C.S.Lewis dijo: “Es en el proceso de ser adorado que Dios comunica su presencia a los hombres.” Si usted no adora a Dios, pero le está sirviendo (o por lo menos así lo cree), usted está cometiendo un gran error. El orar sin adorar es una burla. El cantar sin adorar es como metal que resuena. El trabajar sin adorar es un insulto a Dios. El enseñar sin adorar es ignorancia. El servir sin adorar es hipocresía. El testificar sin adorar es perjurio. Dios quiere su genuina adoración.
Comience los siguientes siete días leyendo los Salmos del 95 al 101. El primer día lea el Salmo 95 y termine con el Salmo 101 en el séptimo día.
SEÑOR, YO AMO TU LEY.
“¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación” - (Salmos 119:97).
¿Sabe usted cuáles fueron las palabras de Pablo cuando se encontró con el Señor Jesús en el camino hacia Damasco? Dijo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). Note que él no dijo: “Señor, ¿qué es lo que los otros quieren que yo haga?” o “¿Qué quieres que los otros hagan?” Dios tenía un plan personal para su vida. El permaneció en su trayectoria y jamás disminuyó su pasión, aun cuando las cosas se pusieron muy duras. Nada pudo detener a Pablo. ¿Sería capaz de decir lo mismo acerca de usted? Los galgos infernales se burlan de usted ahora mismo. ¿Está firmemente enfocado en Jesús, de tal manera que nada puede detenerlo o desviarlo para cumplir la voluntad de Dios, para amarle con todo su corazón y para dedicar cada onza de quién es usted, para Él?
¿Cómo alguien puede saber que usted está firmemente enfocado en Jesús? ¿Qué hay acerca de su vida que testifica que usted tiene un amor apasionado por Dios?
ECHARÉ MI CARGA SOBRE TI SEÑOR.
“Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo” - (Salmos 55:22).
¿Alguna vez se ha preguntado por qué “Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de Él a la otra rivera” (Mateo 14:22), sabiendo que una tormenta se iba a levantar, poco después de que ellos zarparan? ¿Por qué les envió directamente a la boca de la tormenta? Porque Jesús quería que ellos supieran que Él era suficiente para ellos. Él quería que le adoraran. Amigo, sus tormentas no son más que autopistas para traerle a Jesús. Es el vehículo que lo lleva desde un conocimiento intelectual a una experiencia de entendimiento de que Dios es quien dice ser. Fue Andrés Crouch quien dijo: “Si nunca hubiera tenido un problema, nunca hubiera conocido que Dios puede solucionarlo. Y nunca hubiera sabido lo que la fe en su palabra puede hacer.”
¿Cuándo fue la última vez que usted le agradeció a Dios por los problemas en su vida? Hoy enfoque esos problemas y reajuste sus perspectivas para pensar en ellos como vehículos que lo llevarán al corazón de Dios.




No hay comentarios:

Publicar un comentario