jueves, 18 de febrero de 2016

LO MÁS INCREÍBLE ES QUE DIOS NOS DICE QUE SOMOS SACERDOTES SANTOS ¿LO CREES TU?

LO MÁS INCREÍBLE ES QUE DIOS NOS DICE QUE SOMOS SACERDOTES SANTOS ¿LO CREES TU?
“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” - (1 Pedro 2:5).
Jesús no sólo es la piedra angular de la iglesia, sino también es quien edifica cada bloque individual por medio de cada creyente. ¿Ha escuchado alguna vez la expresión: “De tal palo, tal astilla”? Significa el compartir la naturaleza del progenitor. En un sentido, cada hijo de Dios es una “astilla” del árbol. Por nosotros mismos no somos mucho que digamos. ¿Cuántos edificios ha visto usted, construidos con un solo ladrillo? Una piedra puede fácilmente ser lanzada de un lado al otro, pero si usted junta muchas de ellas, habrá fortaleza. Nuestro Señor nos construye juntos para que ganemos fuerza el uno del otro. Es increíble lo que puede suceder cuando el cuerpo de Cristo está unificado.
Salga de su “zona de seguridad” en sacrificio al trabajo del Señor. Vaya más allá de las fronteras culturales, socioeconómicas o raciales para traer unidad al cuerpo de Cristo. ¿Cómo hará eso? Ore, y Dios le mostrará cómo hacerlo.
JESUCRISTO ES NUESTRO GRAN SACERDOTE Y CAPAZ DE AYUDARNOS Y BENDECIRNOS.
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” - (Hebreos 7:25).
Si usted es hijo de Dios, ¡tenemos muy buenas noticias para usted! Porque Jesús vive, usted vive. Porque usted es parte de Él y Él nunca morirá, usted nunca morirá. Jesucristo es más que un Salvador, Él es Intercesor y Sumo Sacerdote.
El pastor Adrián Rogers solía decir: “Me preocuparé de perder mi salvación, cuando Jesús muera, y ¡Él no va a morir!”
¿Dónde está Él hoy? A la diestra de Dios, “viviendo siempre para interceder por” usted.
Usted puede estar seguro en este mundo porque su salvación está arraigada en la misericordia del Padre, obtenida por la obediencia del Hijo, y hecha posible por el poder renovador del Espíritu Santo.
 Por favor lea Hebreos 7:26-27 y 8:1-2.
Alabe a Dios por la provisión de su Hijo como su Salvador y Sumo Sacerdote.
“La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho Sumo Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Hebreos 6:19-20).
El templo del Antiguo Testamento tenía tres partes: el atrio exterior, el atrio de adentro, y el atrio interno. Este patio más íntimo era llamado “el lugar santísimo”, y únicamente los sacerdotes podían entrar allí. Una vez al año, el Sumo Sacerdote entraba en el lugar Santísimo para hacer expiación por el pueblo. Levantaba una esquina del pesado velo que separaba el lugar Santísimo, y entraba para rociar con sangre el propiciatorio. Si alguien entraba a ese lugar sin la sangre, moría súbitamente. Cuando el velo del templo se rompió al morir Jesús, se rasgó de arriba hacia abajo, para que nadie pensara que alguna persona lo hizo. Dios lo hizo. Con su muerte, Jesús estaba diciendo que ya no eran necesarios más sacrificios de animales. Ahora, cada creyente puede entrar en el lugar Santísimo.
¿Ha estado usted hoy allí? Es tiempo de entrar y alabar a Dios por haber enviado a su Hijo para que sea la expiación de sus pecados. Es tiempo de arrodillarse delante de Su propiciatorio y agradecerle por Su gracia para con usted, que le ha salvado de la eterna separación de la presencia de Dios.
TENEMOS UN GRAN Y SUMO SACERDOTE, JESUCRISTO.
“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” - (Hebreos 4:15).
Cuando la gente lee que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”, algunos lo cuestionan. Quizás usted no dice nada en voz alta, pero piensa: “¿Fue Él verdaderamente tentado en toda forma? ¿Fue tentado a tener sexo? No leí donde Él fue tentado a pasarse una luz roja… o fumar marihuana.”  Con todo, la Biblia es muy clara al decir que Él fue tentado en todo. De hecho, existen sólo tres tentaciones y Jesús fue tentado en las tres. Primera Juan 2:16 las menciona: “los deseos de la carne” (la tentación para que hagamos algo: nuestras pasiones), “los deseos de los ojos” (la tentación para que tengamos algo: nuestra posesiones), “y la vanagloria de la vida” (la tentación para que seamos alguien: nuestro orgullo). Si usted lo duda, entonces lea acerca de la tentación que Él enfrentó en Lucas 4:1-13.
Alabe a Dios que su Hijo fue el sacrificio perfecto por sus pecados (lea Efesios 5:2 e Isaías 53:4-5). Alabe a Dios que usted posee su Espíritu para liberarlo (lea Hebreos 2:18). Alabe a Dios que usted posee su Palabra para vencer a Satanás (lea Hebreos 4:12).
ES TIEMPO DE ACUDIR AL TRONO DE LA GRACIA.
Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Cuando está siendo tentado, recuerde que no es un pecado el ser tentado. La tentación no es pecado. Si la tentación fuese pecado entonces el Señor Jesús es pecador. Hebreos 4:15 enseña: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Cristo fue tentado en todas las áreas tal y como nosotros lo somos, más Él no pecó. Jesucristo sintió lo que usted siente. Él fue completamente hombre como si no hubiese sido Dios. A su vez fue totalmente Dios como si no hubiese sido hombre. Él fue el Dios Hombre. ¡Gloria a Dios! Cristo nunca pecó, aunque sí fue tentado.
¿Está enfrentando actualmente una tentación y piensa que nadie jamás la ha enfrentado? Acuda al Señor y Él le ayudará a vencerla.
UN SUMO SACERDOTE QUE FUE TENTADO EN TODO.
Hebreos 4:15: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino UNO que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Cuando algo malo nos pasa, a veces nos preguntamos: “¿Qué hice? Debí haber hecho algo terrible.” Y luego continuamos por el camino de la introspección mórbida o lo que el pastor Rogers llamaba “clavar la mirada en el ombligo”. Miramos hacia abajo y nos observamos internamente. Nos despedazamos parte por parte, examinándonos y re-examinándonos una y otra vez. Luego, nos volvemos a reconstruir con el fin de encontrar en qué fallamos. Puede ser que usted no ha hecho absolutamente nada incorrecto y que simplemente Dios esté probando su fe. Verá, si no entendemos esto, podemos desanimarnos porque las semillas de la duda y desmoralización germinan en el suelo de la ignorancia.
Clame las promesas de 1 Pedro 1:3-9 para que adquiera fortaleza en medio de la tribulación.




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