TODO LO QUE
DIOS HACE POR NOSOTROS.
“Y el que
nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios” - (2
Corintios 1:21).
¿Qué es lo
que Dios hará por usted, si se lo permite? Él lo establecerá. En otras
palabras, Él lo hará estable, seguro, confiable e inamovible para que no sea
zarandeado por todo viento de doctrina. Este verbo está en tiempo presente
participio, lo cual significa que su acción es continua. No significa que es
una sola vez y basta. Dios está en el proceso de establecerlo. Ahora, ¿en dónde
lo establece? En Cristo. Él le está moviendo cerca y más cerca a Cristo, la
Roca de su salvación. Cuando usted es salvo, Dios lo pone en Cristo y entonces,
días tras día, lo acerca más y más a Él.
Examine su
caminar con Dios. ¿Qué cosas específicas usted ve en su vida que son indicativas
que está más cerca de Dios que lo que estuvo hace un año atrás, o hace un mes,
o hace una semana o hace un día?
JESUCRISTO
FUE TENTADO EN TODO Y POR ESO TAMBIÉN PUEDE SOCORRER A LOS QUE SON TENTADOS.
“Pues en
cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados” (Hebreos 2:18).
Después que
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, “entonces fue llevado por el Espíritu
al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). Él no derrotó a
Satanás como Dios, sino como un hombre ungido por el poder de Dios. Él pudo
haber dicho: “Satanás, quiero que sepas que porque Yo soy Dios, voy a
aniquilarte en este momento.” Si Él hubiera ejercitado su poder como Dios,
entonces cuando nos pide que resistamos al diablo, bien podríamos decirle:
“¡Claro! Es fácil para Usted decirlo. Usted es Dios. No espere que yo haga lo
que Usted hizo.” Jesús no impone su rango sobre nosotros. Más bien, Dios ungió
a Jesús como hombre para hacer lo que nosotros –seres humanos- también podamos
hacer con su unción. Usted y yo tenemos lo que se necesita para enfrentar toda
tentación. Porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros.
LA HUMANIDAD
DE JESÚS ES REAL.
Descubra más
acerca de la humanidad de Jesucristo leyendo:
Hebreos 2:10-18. 2:10 Porque convenía a aquel
por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que
habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al
autor de la salvación de ellos.
2:11 Porque
el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no
se avergüenza de llamarlos hermanos,
2:12
diciendo:
Anunciaré a
mis hermanos tu nombre,
En medio de
la congregación te alabaré.
2:13 Y otra
vez:
Yo confiaré
en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo
y los hijos que Dios me dio.
2:14 Así
que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo,
2:15 y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida
sujetos a servidumbre.
2:16 Porque
ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de
Abraham.
2:17 Por lo
cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar
los pecados del pueblo.
2:18 Pues en
cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados.
y 4:14 -
5:10. 4:15 Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
4:16
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
He 5:
5:6 Como también dice en otro
lugar:
Tú eres
sacerdote para siempre,
Según el
orden de Melquisedec.
5:7 Y Cristo,
en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor
reverente.
5:8 Y aunque
era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
5:9 y
habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos
los que le obedecen;
5:10 y fue
declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
LAS COSAS DE
DIOS, SOLO LAS SABE EL ESPÍRITU DE DIOS.
“Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre
que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios” (1 Corintios 2:11).
LA SALVACIÓN
FUE ASEGURADA POR LA SANGRE EXPIATORIA DE JESUCRISTO.
Sidlow
Baxter una vez dijo: “Sus emociones son la parte más superficial de su
naturaleza. La salvación es el trabajo profundo de Dios. Y Él no va ha hacer su
trabajo más profundo en la parte superficial.” El Pastor Rogers solía decir:
“Usted puede pensar que me conoce porque escucha mi voz o lee mis palabras,
pero usted no puede mirar a lo profundo de mi espíritu. Desde el momento que le
di mi corazón a Jesucristo, hay un sello de autenticidad en mi corazón que
afirma: ‘Adrián, tú me perteneces’. No es un sentimiento emocional, porque las
emociones nada tienen que ver con mi salvación.” La salvación tampoco es algo
intelectual porque la salvación no puede razonarse. Ésta es un asunto de Dios.
Su salvación
fue asegurada por la sangre expiatoria de Jesucristo. Alabe a Dios por esta
verdad que permanece firme, independiente de sus sentimientos. Lea Colosenses
2:12-15 y agradezca a Dios por su Espíritu que le dio la vida en Cristo.
2:12
sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con
él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
2:13 Y a
vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
2:14 anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
2:15 y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.
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