RECUERDE
PIEDAD, OBEDIENCIA Y FE PARA AGRADAR A DIOS.
¿QUÉ CLASE
DE FE TIENE USTED?
“Aun en la
vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que ANUNCIE tu PODER a la
posteridad, y tu POTENCIA a todos los que han de venir” (Salmo 71:18).
Los primeros
cristianos “pusieron al mundo de cabeza”. Su RESPONSABILIDAD y la nuestra
actualmente es la misma: rescatar a los que perecen, cuidar de los moribundos,
ir a los desamparados y DECIRLES que JESÚS SALVA.
Una anécdota
cuenta de una pequeña niña que le dijo a su madre: “Mamá, ¿te acuerdas de ese
valioso jarrón que apreciamos mucho y que llegó a nuestra familia, pasando de
generación en generación?” La madre respondió: “Sí, claro que lo recuerdo.”
Entonces, la niña tímidamente confesó: “Bueno, esta generación lo dejó caer.”
Apreciado
(a) creyente, esta generación no puede dejar caer la fe. La FE de la cual
gozamos debe ser TRANSMITIDA de generación en generación. NO debemos dejar caer
esta invalorable herencia que Dios ha puesto en nuestras manos.
¿Qué es más
valioso para usted: sus posesiones o los más de dos billones de almas que no
conocen a Jesucristo? ¿En qué está usted invirtiendo sus talentos, riquezas y
tiempo? Pídale a Dios que le ayude a “morir para usted mismo” para que Él pueda
usarlo totalmente para su gloria.
¿EN QUIÉN
PONE USTED TODA SU FE?
“Y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
(Filipenses 2:11).
LA FE DEBE
SER PUESTA EN EL MÁS GRANDE DE TODOS, EN JESUCRISTO EL SEÑOR.
Los
capítulos 4 y 5 de Marcos nos dan una maravillosa ilustración de todas las
cosas que Dios ha puesto bajo la autoridad del Señor Jesucristo. Encontramos a
Cristo calmando la tormenta (Marcos 4:35-41), lo cual nos dice que Jesús es el
Señor sobre los desastres; lo vemos sanando a un hombre endemoniado (Marcos
5:1-20), lo cual significa que tiene autoridad sobre los demonios. Luego Jesús
sana a una mujer que por doce años había padecido de un flujo de sangre (Marcos
5:24-34), así que aún las enfermedades están bajo su dominio. La ilustración
final en estos capítulos sobre la autoridad de Jesús, es cuando resucitó a la
hija de Jairo (Marcos 5:38-43). Sobre lo que quiera que sea: desastres,
demonios, enfermedades y aún la muerte, ¡Jesucristo es Señor!
¿Está usted, o alguien en su familia,
sufriendo? Proclame a Jesucristo como Señor sobre ese problema. Pregunte a Dios
qué debe hacer usted, confíe en que Él proveerá, y por fe, crea que Él le
ayudará en todas sus necesidades.
¿ESTÁ USTED
DISPUESTO A PAGAR EL PRECIO POR SU FE?
“Tú, pues,
sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2:3).
Muchos de
nosotros sabemos hablar muy bien religiosamente. Somos como el jovencito que
llamó a su enamorada para decirle: “Cariño, tú eres preciosa para mí. Te amo
tanto que pelearía con bestias salvajes con tal de estar a tu lado. Caminaría
sobre vidrios rotos con tal de sostener tu mano…Y si es que no llueve, te iré a
ver mañana por la noche.” Muchos creyentes son intensamente sentimentales, pero
pobres en cuanto a sacrificio. No sabemos lo que es luchar por el Señor
Jesucristo. Si usted está buscando una manera fácil de servir al Señor,
¡olvídelo! Somos llamados a soportar penalidades como buenos soldados de la
cruz. ¿Cuántas penalidades soportaría usted?
He aquí una
pequeña prueba: ¿Cuándo fue la última vez que usted ayunó? ¿Cuándo fue la última
vez que usted pasó una hora en oración? ¿Cuándo fue la última vez que usted
pasó sus vacaciones en un corto viaje misionero? ¿Cuándo fue la última vez que
usted fue perseguido por su fe? ¿Cuándo fue la última vez que pasó una noche encarcelada
por haber compartido su fe?
NO TAN SOLO
PALABRAS, ES NECESARIO DEMOSTRARLO DELANTE DEL MUNDO.
“Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” - (1 Corintios
15:58).
¿QUIERE
HACER PARTE DEL GRUPO DE LOS VALIENTES.
¿Dónde están
los hijos valientes de Dios que hablarán de parte de su Padre? ¿Que hablen de
su verdad, su misericordia, su amor? El Salmo 119:46 dice: “Hablaré de tus
testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré.” En el campo existe un
decir: “Lo que hay en el pozo, sale en el balde.” ¿Qué sucede cuando se encuentra
contra la pared? ¿Permanece callado o niega su fe? ¿O se mantiene firme a pesar
de las agresiones verbales contra sus creencias?
¿Cuándo fue
la última vez que usted entabló una conversación profunda con alguien acerca de
Dios? ¿Qué le impide tener esa conversación esta semana? Si es porque no conoce
a nadie, entonces pídale a Dios que le envíe a alguien que necesita conocer a
Dios.
SEA COMO
SEA, NOSOTROS SEGUIREMOS ADELANTE.
Oseas 6:3:
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está
dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía
y temprana a la tierra.”
Usted quizás
estará preguntándose ¿qué pasará mañana? Hace años unos hombres estaban en un
viejo y agrietado barco en medio de un mar áspero y tormentoso. Uno de los
marineros le preguntó al capitán: “¿Estamos seguros?” Él respondió: “Bien, las
calderas están débiles y pueden explotar en cualquier momento. El agua está
entrando en la embarcación. Para serle muy sincero, podemos ascender, o podemos
descender, pero de todos modos, proseguiremos adelante.” En la misma posición
nos encontramos al enfrentar este Año Nuevo. Jesús puede regresar, podemos
ascender. Podemos morir, y descender y luego ascender, pero de todos modos
proseguimos adelante.”
Reflexione
acerca de este año pasado. Permita que el Espíritu Santo invada su corazón
poniendo convicción y atrayéndole a Él. Ore por sabiduría, valentía, y fe para
proseguir este año, pase lo que pase.
¿ES PARA
USTED LA FE UNA REALIDAD EN SU VIDA?
Hebreos
11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve.”
La gente se
hace miembro de las congregaciones con las expectativas erróneas. Piensan que
la membresía de la iglesia les garantiza bendiciones sin pesares. Algunos creen
que Dios es simplemente como una cafetería celestial. Más cuando no resulta
como ellos desean entonces se quejan: “Bueno, ¡no funciona! Yo pensé que si
entregaba mi corazón a Jesús, Él me supliría todo lo que deseo, sin tener más
preocupaciones.” Las personas se desvían del camino porque sus expectativas no
se realizan. Permítame decirle qué es la fe verdadera. La fe verdadera no es
recibir de Dios las cosas que usted quiere, sino aceptar de Dios lo que Él le
da.
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