viernes, 19 de febrero de 2016

USTED ES UN SACERDOTE DE DIOS Y DEBE CREERLO HOY.

USTED ES UN SACERDOTE DE DIOS Y DEBE CREERLO HOY.
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19).
Alguien una vez le preguntó al Pastor Rogers: “Dr. Rogers, los católicos y episcopales tiene sacerdotes. ¿Por qué los bautistas no los tienen?” El pastor Rogers respondió: “¡Los tenemos! Usted está hablando con uno. Cada creyente es un sacerdote.” Así lo afirma la Palabra de Dios en Apocalipsis 5:10: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes.” Es una extraordinaria verdad que tenemos acceso directo al Padre. No tenemos que hablar con alguien más para confesar nuestros pecados. Los podemos confesar directamente a Dios. ¿Sabe lo que usted y yo debemos estar haciendo como sacerdotes? Debemos estar dando a conocer a Dios a otros para que aprendan, crean y se arrepientan.
Lea 1 Pedro 2:1-12 para que aprenda lo que Dios quiere de usted como miembro de su sacerdocio real.
2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
2:4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa,
2:5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
2:6 Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
2:7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
2:8 y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
2:9 Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
2:10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
2:12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuren de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.


















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