NUESTRO
PADRE CELESTIAL NOS CONSUELA EN MEDIO DE LAS DIFICULTADES.
¿CUÁNDO HAY
NECESIDAD DE CONSUELO?
¿Está usted
plagado (a) de dudas? ¿La depresión, la soledad y la inferioridad se mantienen
sobre usted como una nube tenebrosa? ¿Crea la tensión diaria de la vida un pozo
de ira en lo íntimo de su ser? ¿Se encuentra paralizado (a) por el temor? ¿Está
experimentando la enfermedad de la amargura?
Nuestro
Padre es misericordiosamente amoroso y bondadosamente sabio para darnos siempre
lo que necesitamos en nuestras vidas. Y a veces necesitamos su mano amorosa de
consuelo y a veces su mano de disciplina.
Hebreos
12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo.”
Cuando era
niño (a), ¿alguna vez le dieron una paliza inmerecida? Quizás en ocasiones su
mamá o su papá andaban con ganas de dar palizas, y le daban a todo el que le
pudiesen poner la mano encima. ¡Qué ofensa! No hay nada peor para un niño (a)
que darse cuenta: “Me pegaron y no lo merecía.” ¿No es algo chistoso? En
aquellos tiempos nunca nos detuvimos para pensar en todos las otras ocasiones
que sí merecíamos la paliza y no la recibimos. Nuestro Padre es
misericordiosamente amoroso y bondadosamente sabio para darnos siempre lo que
necesitamos en nuestras vidas. Y a veces necesitamos su mano amorosa de
consuelo y a veces su mano de disciplina.
Dele gracias
a Dios que su mano de misericordia se la extiende cuando usted no lo merece. Y
que su mano de disciplina la extiende cuando sí.
EL PADRE DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES UN DIOS DE CONSOLACIÓN.
Segunda
Corintios 1:3-4: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en
todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los
que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros
somos consolados por Dios”.
Alguien bien
dijo que el desánimo es un aposento sombrío donde los negativismos del temor y
el fracaso se desarrollan. Existen los que son alentadores y los que son
desalentadores. ¿Ha conocido a un desalentador? Son como un trago de agua a un
hombre que se ahoga. Ellos pueden iluminar un salón con sólo salir de éste. Le
dejan debilitado y deprimido. Por el contrario, una persona alentadora le deja
lleno y renovado. Dios ha acaparado el mercado del ánimo. Todo el ánimo y consuelo
proviene de Dios. Nunca se parece usted más a Dios que cuando motiva a otros. Y
nunca se parece más al diablo que cuando desanima a la gente.
NUESTRO
TRABAJO EN LA OBRA ES CONSOLAR AL QUE SUFRE.
Encuentre
una persona necesitada y enriquézcala, una persona solitaria y tómela en
cuenta, una persona mal juzgada y afírmela, una persona con potenciales y
desarróllela, una persona que ha fallado y restáurela.
SU CONSUELO
DEFINITIVO VIENE PRONTO.
EL COMENZÓ
UNA OBRA EN USTED Y LA TERMINARÁ.
Filipenses
1:6: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
Dios no le
ha prometido un viaje tranquilo, pero sí ha prometido un aterrizaje seguro. Él
tiene un propósito al permitir cada circunstancia en su vida. Usted puede
contar con ello. Él estará con usted en toda tormenta de la vida. Andrew Murray
dijo: “Dios está dispuesto a asumir completamente la responsabilidad de la vida
que totalmente se entrega a Él.”
Uno de estos
días, su destino será alcanzado. Y pronto, muy pronto, Él bajará de la montaña
de su gloria y la trompeta sonará. Y nuestra pequeña embarcación zarpará de las
aguas del tiempo y llegará inmediatamente a las orillas de la eternidad. Cuando
Él venga, ¡Él vendrá por usted! ¡Él viene por nosotros!
Primera
Tesalonicenses 4:16-18 nos dice que nos alentemos unos a otros con las palabras
acerca del regreso de Cristo. ¿Tiene un amigo que está pasando por un problema?
Llévele consuelo con estas palabras.
JESÚS ES
NUESTRO CONSUELO EN MEDIO DE LA SOLEDAD.
Juan 14:18:
“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.”
El fallecido
Dr. Paul Tournier, un gran siquiatra creyente suizo, escribió que la soledad es
el mal más devastador de esta era.
¿Qué es la
soledad? Muchos la confunden con estar solo. Más usted puede estar solo y no
sentir soledad. Su soledad no tiene que abrumarlo. Después de todo lo que se
dice y se hace, verdaderamente su único consuelo se encuentra en Jesús. ¿Por
qué? Porque Él comprende. Juan 1:10-11 nos dice que el mundo no le recibió ni
le conoció. En muchos aspectos, Él vivió una vida solitaria.
Usted dirá:
“¡Pero yo necesito a alguien real!”
Escuche:
¡Jesús es real! Él está más cerca de usted que lo que nadie puede o podrá
estarlo jamás.
¡Cuán gran
amigo tenemos en Jesús! ¡Nunca estaremos separados de Él!
¿Se siente
solo (a)? Las probabilidades son que una persona que usted conoce también se
sienta igual. ¿Por qué no llama a alguien ahora y le invita a hacer algo?
EL ESPÍRITU
SANTO ES EL CONSOLADOR.
San Juan
14:26: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he
dicho.”
El Señor
Jesús llamó al Espíritu Santo el Consolador. Cuando la paz entra a su corazón
en medio del pesar. Cuando el gozo entra a su corazón en medio de una
tribulación. Cuando usted ve evidencia de la vida de Cristo en su propia vida,
puede estar seguro que el Espíritu Santo está obrando en su vida. ¿Puede el
Espíritu olvidarlo? Nunca. El sello del Espíritu Santo, el Consolador, está
sobre su vida si usted es hijo de Dios. Cuando usted pasa por un salón o camina
entre una muchedumbre, ¡el óleo de alegría del Consolador aromatiza el aire con
un dulce aroma de Cristo!
Por favor
lea2 Corintios 1:3-5. ¿Cómo puede usted mostrar el consuelo de Cristo a alguien
que está sufriendo?
SI ABUNDAN
LAS AFLICCIONES EN CRISTO, ENTONCES TAMBIÉN ABUNDA LA CONSOLACIÓN.
1:3 Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación,
1:4 el cual
nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios.
1:5 Porque
de la manera que abunda en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda
también por el mismo Cristo nuestra consolación.
ESTOY SEGURO
QUE ÉL ES PODEROSO PARA CONSOLARME.
“Por lo cual
asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y
estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” - (2
Timoteo 1:12).
Escuché de
una dama que memorizó tantos versículos de la Escritura, que ella los recitaba
al Señor en alabanza a su nombre. Cuando ella envejeció y empezó a perder su
memoria, ella sólo recordaba un versículo: “Porque yo sé a quién he creído, y
estoy seguro que [Él] es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.”
Ella lo citaba una y otra vez. Pronto su memoria se deterioró más y todo lo que
ella podía recordar era una frase: “Estoy seguro que [Él] es poderoso.” Esto le
dio mucho consuelo. Finalmente, ella llegó a tal punto que sólo podía decir:
“Él.” Usted pude destilar la Biblia en sólo esa palabra: “Él.”
Pase los
siguientes cinco minutos apaciguando su mente, calmando su corazón y
depositando toda su vida en esa nota de alabanza: “Él.”
BENDITO EL
DIOS Y PADRE QUE NOS BENDICE Y NOS CONSUELA.
“Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
¿Sabía que
el temor puede hacer que usted olvide cosas? No hablamos de olvidar un número
telefónico o el nombre de una persona, aunque eso puede suceder también. Más
bien nos referimos al temor que causa que usted se olvide de las bendiciones,
del ungimiento, del poder de Dios, y de todas las posesiones que usted tiene
porque ya es salvo. Le sucedió a Timoteo, quien fue poderosamente dotado por
Dios para el ministerio que Él mismo le había dado, y sin embargo, en medio del
temor, se olvidó de esto, y Pablo tuvo que recordárselo (vea 2 Timoteo 1:6).
Timoteo había apartado sus ojos de Dios, y se enfocó en el temor tanto, que no
podía ver nada más.
Permítanos
decirle algo: usted ha sido tremendamente bendecido. Pero si usted tiene su
mente turbada por el temor, entonces no podrá ver sus bendiciones en Cristo. El
temor expulsará cada rayo de luz de su alma, diluirá el azul de su cielo, y
sacará el gozo de su vida.
Es tiempo de
despertar y contar sus bendiciones. Pablo nos dice que los creyentes son
bendecidos con toda bendición espiritual. Amigo (a), es tiempo de reclamar lo
que ya tiene en Cristo. Invierta unos minutos repasando el alfabeto y
agradeciendo a Dios por algo que comience con cada letra. Por ejemplo: el Amor
de Dios; la Belleza del Creador; el Consuelo del Espíritu Santo; la Dádiva de
su gracia, etc.
AUN EN EL
PEOR DÍA SEREMOS AMADOS, PROTEGIDOS Y CONSOLADOS POR DIOS.
AUN EN EL
PEOR DÍA.
… Hablaré en
la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma. Job 7:11
En mayo de
2011, una joven se refugió en una bañera durante un tornado que devastó la
ciudad donde vivía. Su esposo la cubrió con su cuerpo y recibió los golpes de
los escombros que volaban. Él murió, pero ella sobrevivió gracias al heroísmo
de su marido. Como es natural, ella lucha con la pregunta: « ¿Por qué?». Pero
un año después de lo ocurrido, dijo que encontraba consuelo pensando que, aun
en su peor día, se sintió amada.
Cuando
pienso en «los peores días», de inmediato me viene a la mente Job. Aunque amaba
a Dios, ¡perdió sus animales, sus criados y sus hijos en un solo día! (Job
1:13-19). Se lamentó profundamente y se preguntó el porqué. Exclamando: «Si he
pecado, ¿qué puedo hacerte a ti […]? ¿Por qué me pones por blanco tuyo…?» (Job
7:20). Sus amigos lo acusaron de haber pecado y pensaban que merecía sufrir,
pero Dios les dijo: «… no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job»
(42:7). El Señor no le explicó a Job porque sufría, pero lo escuchó y no lo
culpó por sus cuestionamientos. También le aseguró que tenía el control de todo
y que podía confiar en Él (42:1-6).
Quizá el
Señor no nos explique las razones de las pruebas, pero debemos estar
agradecidos de que, aun en nuestro peor día, podemos saber con certeza que Él
nos ama (Romanos 8:35-39).
Reflexión:
El amor de Dios no nos exime de las pruebas, pero nos ayuda a sobrellevarlas.
ESTAS SON
LAS CARACTERÍSTICAS DEL AMOR DE DIOS.
1. Es un
amor incondicional. No está condicionado por ser amado. Aunque a uno no le amen,
debemos seguir amando. Sin embargo, no podríamos amar si Cristo no nos hubiera
amado primero. (1 Juan 4:11)
2. Es un
amor responsable. Cumple fielmente sus deberes. No hace las cosas de mala gana.
(1 Corintios 16:14)
3. Es un
amor diligente. Busca, con todo interés, alcanzar los propósitos santos. Y por
ello es un amor que toma la iniciativa. (Romanos 12:11)
4. Es un
amor puro. Es decir limpio, bien intencionado. No hará ningún mal. Nace de un
corazón limpio. (1 Timoteo 1:5)
5. Es un
amor sincero. Sincero quiere decir transparente; no esconde nada. No es
intrigante ni misterioso. Es un amor sencillo. "Todo lo cree". (1
Corintios 13:7)
6. Es un
amor honesto. No traiciona ni juega un doble papel. No es de apariencia. Es
auténtico en sus alegrías y en sus tristezas. (2 Corintios 2:4)
7. Es un
amor entrañable. Entrañable quiere decir profundo, porque viene desde dentro
del corazón. (1 Pedro 1:22)
8. Es un
amor intenso. Involucra al ser. Jesús nos enseñó a amar con el alma, con la
mente, con el corazón, con la voluntad, con todas las fuerzas. (Marcos 12:30)
9. Es un
amor creciente. No estático. Cada día es mejor. No decae, ni se enfría.
(Filipenses 1:9)
10. Es un
amor abundante. Es un amor grande. Tiene suficiencia, no se escasea. Esta
abundancia viene de Dios que es la fuente del amor. (2 Corintios 2:4; 1 Juan
4:8; 2 Tesalonicenses 3:5).
Autor:
Eliseo Mirón.
NO OLVIDES
DE DÓNDE VENDRÁ TU SOCORRO, TU AYUDA TU PROTECCIÓN Y TU CONSUELO. SALMO 121. 1- 8.
121:1 Alzaré
mis ojos a los montes;
¿De dónde
vendrá mi socorro?
121:2 Mi
socorro viene de Jehová,
Que hizo los
cielos y la tierra.
121:3 No
dará tu pie al resbaladero,
Ni se
dormirá el que te guarda.
121:4 He
aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que
guarda a Israel.
121:5 Jehová
es tu guardador;
Jehová es tu
sombra a tu mano derecha.
121:6 El sol
no te fatigará de día,
Ni la luna
de noche.
121:7 Jehová
te guardará de todo mal;
El guardará
tu alma.
121:8 Jehová
guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora
y para siempre.
¿A QUIÉN
DEBEMOS RECURRIR PIDIENDO CONSUELO, CUANDO NOS HALLAMOS EN DIFICULTADES? ISAÍAS
61: 1. 2ª Corintios 1:3- 4. 2ª Tesalonicenses 2: 16- 17.
61:1 El
Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la
cárcel;
1: 3 Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación,
1:4 el cual
nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios.
2:16 Y el
mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio
consolación eterna y buena esperanza por gracia,
2:17
conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
UNA
REFLEXIÓN: Ya que Dios es nuestra máxima consolación, su Palabra es nuestra
mayor fuente de aliento.
¿CUÁNDO NOS
CONSUELA DIOS?
Salmo 23: 4.
23:4 Aunque ande en valle de
sombra de muerte,
No temeré
mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu
cayado me infundirán aliento.
Salmo 138:
3. El día que clamé, me respondiste;
Me
fortaleciste con vigor en mi alma.
Salmo 145:
14. Sostiene Jehová a todos los que caen,
Y levanta a
todos los oprimidos.
Salmo 147:
3. El sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus
heridas.
Isaías 43:
2- 3. Cuando pases por
las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases
por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
43:3 Porque
yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por
tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.
Mateo 5: 4.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos recibirán consolación.
Juan 16: 33.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
1ª Pedro 5:
7. 5:7 echando toda
vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
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