viernes, 25 de diciembre de 2015

¿ POR QUÉ NACIÓ JESÚS?

¿POR QUÉ NACIÓ  JESÚS?
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45.
He aquí un aspecto de la historia de la Navidad que casi nunca se cuenta: aquellas suaves manitas, formadas por el Espíritu Santo en el vientre de María, fueron hechas para que los clavos las atravesaran. Aquellos pies pequeños color de rosa que no podían andar un día caminarían hasta una colina polvorienta para ser clavados a una cruz. Aquella linda cabecita con ojos chispeantes y una boca impaciente estaba formada para que algún día los hombres pusieran sobre ella una corona de espinas. Aquel tierno niñito, amoroso y apacible, envuelto en pañales, un día sería desgarrado violentamente por una lanza.
Jesucristo nació para morir.
No piense que estoy tratando de apagar su entusiasmo navideño. Lejos de eso, ya que la muerte de Jesús, aunque planificada y llevada a cabo por hombres con malvadas intenciones, no fue de ningún modo una tragedia. En realidad, representa la mayor victoria sobre el mal que alguien haya logrado.
No piense que estoy tratando de apagar su entusiasmo navideño. Lejos de eso, ya que la muerte de Jesús, aunque planificada y llevada a cabo por hombres con malvadas intenciones, no fue de ningún modo una tragedia. En realidad, representa la mayor victoria sobre el mal que alguien haya logrado.
La Navidad se deletrea A-M-O-R. ¿Cuál es el mensaje de Navidad? Juan 3:16, Dios nos obsequió el regalo de amor en la primera Navidad. Correctamente se dice: “Lo que el mundo necesita es amor.” Yo lo necesito. Usted lo necesita. Su cónyuge lo necesita. Su hijo (a) lo necesita. Un anciano o anciana sentada sola en un asilo lo necesita. Un niño abandonado y solo en un orfanato lo necesita también. Dios envió a su único Hijo como el Salvador. Él sabía que no podíamos salvarnos a nosotros mismos. Así que mandó a su Hijo a nacer en un pesebre, a morir en la cruz, a resucitar en gloria, y a regresar otra vez a redimir su iglesia.
¿Dónde pasará su Navidad? Quizás usted pueda sacar un momento para compartir el regalo de amor divino con alguien que esté solo.







jueves, 24 de diciembre de 2015

EL TIEMPO OPORTUNO DE CRISTO.

 EL TIEMPO OPORTUNO DE CRISTO.
Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo.
Gálatas 4:4.
La primera Navidad ocurrió en el momento oportuno. Gálatas 4:4-5 dice: "Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley". ¿Qué era "el cumplimiento del tiempo"? El tiempo soberano de Dios. Él ordenó los acontecimientos mundiales para que todo estuviera preparado para la venida de Cristo y la subsiguiente evangelización de los apóstoles.
Al hacer un análisis de la iglesia primitiva, nos asombra la rápida difusión del evangelio en menos de un siglo. La mano soberana de Dios se destaca con toda claridad. La venida de Cristo no pudo haber sido en un tiempo más propicio.
NUEVAS DE GRAN GOZO PARA TODOS.
Lucas 2:10: “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo.”
El ángel anunció que hemos recibido “nuevas de gran gozo, que [son] para todo el pueblo” .Dios desea que su mensaje se dé a conocer por todo el mundo. Ahora bien, sé que quizás usted no sea un predicador, pero sí puede ser uno que alcanza almas. ¿Qué sucedería si todo creyente saliese a su vecindario y proclamara: “¡Jesús es Señor!”? ¿Cómo va el mundo a conocerle si no se lo decimos? Debemos ser valientes al llevar el mensaje de Jesús. Amigo (a), los cielos se abrirán y las trompetas sonaran. Y los muertos en Cristo resucitarán. Y una vez más se escuchará al ángel. ¡Él ha regresado! El Salvador que llegó a nacer en un pesebre, regresa como Monarca a gobernar y reinar.
¿Está usted compartiendo gozosamente las Buenas Nuevas de Cristo esta Navidad? ¿Será valiente y compartirá con alguien estas Buenas Nuevas hoy?










HOY ES TIEMPOS DE PRUEBA PARA LA VERDADERA IGLESIA DE JESUCRISTO.

HOY ES TIEMPOS DE PRUEBA PARA LA VERDADERA IGLESIA DE JESUCRISTO.
Los mensajes de nuestro Señor a las iglesias de Sardis y de Filadelfia; la iglesia de Laodicea es desaprobada; el libro sellado.
Las personas en la iglesia en Sardis podían haber estado muy orgullosas de que ellos no tenían falsos maestros, ni enseñaban falsas doctrinas; pero aún tenían un gran mal igualmente serio. El Rey que sabe bien todas las cosas les anunció: «Escribe al ángel de la iglesia en Sardis. . . Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir. . . y arrepiéntete» (Apocalipsis 3:1-3).
«Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere. . . no borraré su nombre del libro de la vida» (3:4-5). Durante Su ministerio aquí en la tierra, Jesús también había dicho: «Si guardareis Mis mandamientos (obedeciéndolos), permaneceréis en Mi amor» (Juan 15:10).
Jesucristo recomendó a la iglesia en Filadelfia por su fidelidad, diciendo: «Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque. . . has guardado Mi palabra, y no has negado Mi nombre. . . . Yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero» (Apocalipsis 3:8,10).
La mayoría de los miembros en Laodicea probablemente se felicitaban por ser moderados y de mentes bien tolerantes a los de ideas liberales. Ellos seguro tenían lástima de los creyentes en otras iglesias que eran intolerantes. Los creyentes en Laodicea estaban bien orgullosos de su habilidad de hacer amigos y aceptar a los que odiaban a Cristo. Pero Jesucristo severamente condena a esta iglesia: «Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca» (3:16). Nuestro Señor nos explica que Él disciplina a todos los que Él ama y les dice: «sé, pues, celoso, y arrepiéntete» (3:19). El comprometerse con el mundo trae el engaño y la destrucción.
Jesús, el Señor de Su iglesia, todavía está tocando en las puertas de los corazones de los hombres con las mismas Palabras de amonestación: «He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en Mi trono, así como Yo he vencido, y Me he sentado con Mi Padre en Su trono» (Apocalipsis 3:20-21).
TESOROS ASEGURADOS POR DIOS PARA NOSOTROS.

Nadie ni nada en la tierra ni en los cielos puede quitarnos nuestros tesoros celestiales.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

PARA COMPONER EL MUNDO...

PARA COMPONER EL MUNDO...
Por Carlos Rey.
Se cuenta la historia de un muchacho al que se le hacía difícil la geografía. Por más que estudiaba, le costaba trabajo ubicar los continentes, las naciones y las capitales del mundo.
Un día, su padre, a fin de ayudarle, encontró un mapa del mundo en una revista. Arrancó la página y dijo:
—Mira lo que voy a hacer, hijo.
Con una tijera cortó la página en unos cincuenta pedazos, y le dijo al muchacho:
—Ahora quiero que compongas este mapa.
El padre salió, y regresó a los quince minutos. ¡Cual no sería su sorpresa al ver que su hijo había terminado de componer el mapa!
— ¿Cómo pudiste terminarlo tan pronto? —le preguntó.
—La verdad es que fue fácil —contestó el hijo—. Recordé que al otro lado de esa página había el retrato de un hombre, así que para componer el mundo, sólo tenía que componer al hombre.
Aquel muchacho tenía razón, no sólo en sentido literal sino también en sentido figurado. Porque no hay duda de que el mundo está descompuesto moral y espiritualmente. Los interminables conflictos nacionales e internacionales nos tienen desmoralizados a todos. Las tensiones políticas en el medio oriente nos tienen los nervios de punta. Bien sabemos que un enfrentamiento bélico pudiera convertirse en la guerra más terrible que el mundo jamás haya visto. Los déficits económicos del mundo nos tienen consternados. Y por si todo eso fuera poco, la deplorable condición moral que impera en el mundo —la deshonestidad, la deslealtad, el descaro y el desenfreno en las pasiones y en los vicios— nos tiene a todos descontrolados. Es innegable que el mundo se encuentra en una condición deplorable. Está descompuesto por fuera y por dentro. ¿Acaso hay alguna forma de componerlo?
Sí, la hay. La forma está en la solución que halló el muchacho de la anécdota: para componer el mundo hay que componer al hombre. El mal no radica en la geografía ni en el medio ambiente sino en el género humano y en su herencia. El hombre heredó su naturaleza pecaminosa de su progenitor Adán. Fue por el pecado de Adán que comenzó a descomponerse el mundo. De ahí que ahora, para que se componga el mundo, es necesario que el hombre permita que Dios lo componga a él individualmente. Tiene que reconciliarse con Dios, pidiéndole perdón por el pecado que practica a raíz de haber heredado esa naturaleza pecaminosa.
Cuando nos reconciliamos con nuestro Creador, Él nos transforma a tal grado que nos hace una nueva creación. Nos compone desde adentro hacia afuera mediante un renacimiento espiritual. No comencemos por nuestro vecino; comencemos, más bien, por nosotros mismos. Invitemos a Jesucristo, el Hijo de Dios, a que tome posesión de nuestro ser. Él compone a todo el que le da la oportunidad de hacerlo.
HOY ES EL DÍA DE LA RECONCILIACIÓN. RECONCILIARSE CON DIOS.
DIOS QUIERE COMPONER AL HOMBRE. COMPONER SU VIDA ESPIRITUAL.



DIOS ESTÁ RECONCILIANDO AL MUNDO Y USTED ES SU EMBAJADOR. 2 Corintos 5: 16- 21.

DIOS ESTÁ RECONCILIANDO AL MUNDO Y USTED ES SU EMBAJADOR. 2 Corintos 5: 16- 21.
5:16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
"De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según los criterios de este mundo; y aun si a Cristo conocimos según esos criterios humanos, ya no lo conocemos así".
EMPECEMOS CON RECONCILIARNOS CON DIOS, CON LAS PERSONAS A NUESTRO ALREDEDOR Y AHORA EMPECEMOS A RECONCILIAR EL MUNDO.
Ahora, estimado oyente, nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo. Ahora no vemos a los seres humanos desde el punto de vista que solíamos tener cuando pertenecíamos al sistema del mundo. En ese sistema mundano, sola hay personas perdidas. En otras palabras, no evaluamos a las personas por sus antecedentes raciales, sociales o intelectuales. Sabemos que de acuerdo a la vieja naturaleza humana, están perdidas al estar sin Cristo. Pero Cristo murió por todos ellos, indiferentemente del nivel que ocupen en la sociedad y de lo que de ellos se piense desde un punto de vista humano.
TODOS ESTAMOS EN EL MISMO NIVEL: EL DE LOS PECADORES.
El apóstol Santiago escribió sobre esto en el segundo capítulo de su epístola. Dijo que estaba mal dar en una congregación el lugar de honor a una persona adinerada que se acercase con un anillo en su mano y vestida con ropa cara, mientras que a una persona pobremente vestida se la colocaba en un lugar poco visible. ¿Por qué? Porque como hijos de Dios tenemos que ver a la totalidad de la familia humana como pecadores por quienes Cristo murió. Incluso la línea entre judíos y no judíos ha sido borrada. Todos los miembros de la raza humana son pecadores delante de Dios. La única solución para todos es aceptar el mensaje del Evangelio de Jesucristo. Así que todos están en el mismo nivel.
¿CUÁL ES LA NUEVA IMAGEN DE CRISTO PARA USTED?
Luego Pablo dijo, y aun si a Cristo conocimos según esos criterios humanos, ya no lo conocemos así. Ahora, creemos que el apóstol Pablo conoció a Cristo físicamente. Creemos que estuvo presente en la crucifixión del Señor Jesucristo. No podemos imaginarnos que un fariseo tan brillante como este joven Saulo, no hubiera estado presente en Jerusalén en la crucifixión.
ÉL AHORA ESTÁ A LA DIESTRA DEL PADRE CELESTIAL.
Jesucristo caminó por esta tierra hace más de 2.000 años. Nació en Belén, se crió en Nazaret, caminó por Galilea, comenzó su ministerio en Caná de Galilea, fue a Jerusalén, murió allí en una cruz, fue sepultado fuera de la ciudad en la tumba de José, resucitó al tercer día, apareció a los suyos, y regresó al cielo. Y ya no le conocemos más como el hombre de Galilea.
HOY NO PODEMOS CONTEMPLAR A JESÚS COMO UN HOMBRE, SINO COMO DIOS.
Al llegar la Navidad, muchas personas hacen un viaje a Belén. El lugar está atestado de gente. ¿Qué están buscando allí? ¿Al niño Jesús? Él ya no se encuentra allí. Y Jerusalén también está aborrajada por el público en Semana Santa. Pero nuestro Señor resucitado ya no se encuentra allí. Aunque su historia está vívidamente relatada en las páginas de la Biblia y continuamos aprendiendo de ella, ya no podemos pensar en Él de acuerdo con los criterios humanos, que constituyen la única manera en que muchos hoy le contemplan.
JESUCRISTO ESTÁ EN SU TRONO CELESTIAL.
En este momento, Jesucristo se encuentra en la gloria del cielo, a la derecha de Dios. Por ello, hoy preferimos contemplarle allí, y sentirnos identificados con su resurrección, con su victoria. Por ello el apóstol Pablo dijo que nos hemos identificado con Él en Su muerte, y con Su resurrección, y ahora se encuentra en los lugares celestiales.
HOY ES TIEMPO DE RECONCILIARSE CON JESUCRISTO.
Pablo pronunció una gran declaración aquí en el versículo 17, que leeremos a continuación
TODO ES AHORA NUEVO EN CRISTO.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas".
ES EL TIEMPO DE LOS VERDADEROS CAMBIOS.
Permítanos cambiar esa palabra criatura por "creación". Reconocemos que este versículo es un versículo que se menciona muchísimas veces en la actualidad. Lo hemos escuchado mencionar en reuniones en las que personas dan testimonio de su fe, contando acerca de su conversión a Cristo. Dicen que ellas ya no satisfacen ciertos hábitos malos a los cuales se entregaban antes de su conversión, y que consideran este cambio de conducta como un cumplimiento de este versículo.

Si usted y yo somos una nueva creación en Cristo Jesús, ¿cuáles son las cosas viejas que han pasado? Recordemos que utilizamos una ilustración sobre la caída del hombre desde la cima de la montaña hasta el pie de la misma, donde vivimos todos nosotros, que somos pecadores. Ahora que hemos confiado en Cristo, aquellas relaciones que teníamos antes han quedado atrás. Nosotros ya no nos identificamos con Adán, aquel que cayó desde la cima de la montaña. No estamos identificados más con el sistema mundano de relaciones y valores. Ahora estamos identificados con Cristo Jesús. Hemos sido bautizados, introducidos en el cuerpo de los creyentes y pertenecemos al Señor de ese cuerpo. Éstas son las cosas viejas que han pasado, y el elemento nuevo ahora es la nueva relación que tenemos con el Señor Jesucristo, que se encuentra en la gloria celestial.
AHORA HAY VIDA ETERNA Y YA NO HAY CONDENACIÓN PARA USTED.
Seamos bien prácticos en este aspecto. Hablemos de las cosas tal como son en la realidad, estimado oyente. Ahora, alguien quizá diga: "Éste es un gran versículo, pero, ¿cómo puedo conocer de verdad si yo soy una nueva creación en Cristo?" Pues bien, escuchemos lo que dijo el Señor Jesucristo, en el evangelio según San Juan, capítulo 5, versículo 24; dijo el Señor: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida". ¿Ha creído usted en el Señor Jesucristo, estimado oyente? ¿Confía usted en Él? ¿Está usted seguro? Pues bien, si usted así lo ha hecho, Él le asegura que usted tiene vida eterna y no será condenado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Esto le convierte a usted en una nueva creación, que ya no está sujeta a la condenación ni a la muerte. Usted ha pasado a la esfera de la vida.
LA VIEJA CREACIÓN YA NO EXISTE, HOY ES TODO NUEVO.
No trate usted de basar su confianza en la experiencia. Usted es ya una nueva creación porque Jesucristo así lo afirmó. La base de su nueva posición se encuentra en la Palabra de Dios. Usted ya no pertenece a la vieja creación que cayó con Adán. La nueva creación está firme en Cristo, y usted, estimado oyente, está en Él, está unido a Él, si está depositando su confianza en Él. Usted y yo estamos en un lugar de peligro y de tentación, y podemos fracasar de muchas maneras. Pero, la maravillosa verdad es que el Señor Jesucristo nos ha redimido y que somos en Él una nueva creación. Ahora, Pablo se disponía a hablar de ello, y dijo aquí en el versículo 18, de este capítulo 5 de la Segunda epístola a los Corintios:
DIOS NOS RECONCILIÓ Y AHORA NOS NOMBRA COMO SUS RECONCILIADORES PARA EL MUNDO.
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación:"
DIOS LO QUIERE ALLÍ. RECONCILIANDO. ÉSTE ES UN GRAN MINISTERIO.
Este ministerio de la reconciliación es en realidad el encargo de proclamar un anuncio, el llamado de Dios a los seres humanos perdidos, en todas partes, para que vengan a Él con todos sus pecados; con todas sus cargas y problemas, con todas sus dificultades, para que sean reconciliados con Dios.
ORE A DIOS Y DELE GRACIAS POR EL NOMBRAMIENTO QUE LE HA HECHO.
Quisiéramos detenernos aquí para examinar este tema de la reconciliación. Esta palabra se utiliza dos veces aquí en el versículo que hemos leído, también dos veces en el próximo versículo, en el 19, y una vez más en el versículo que sigue, en el versículo 20, y el versículo 21 no la menciona específicamente, pero resume todo este concepto.
¿QUÉ SIGNIFICA RECONCILIACIÓN?
En primer lugar diremos que reconciliación no es lo mismo que salvación. La reconciliación avanza un paso más adelante. Es más que tener los pecados perdonados y la justicia divina satisfecha. La reconciliación implica una relación cambiada, completamente cambiada. Significa cambiar algo de adentro hacia afuera, de arriba hacia abajo. De modo que si alguno está en Cristo, es una nueva creación.
DIOS RECONCILIO AL MUNDO CON ÉL MISMO.
Veamos ahora que hay un aspecto de la reconciliación desde el punto de vista de Dios. Él es el que efectuó la reconciliación: recordemos la frase Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, frase repetida en el versículo siguiente, el 19, que dice:
EL MOMENTO DEL GRAN PERDÓN HABÍA LLEGADO.
"Dios estaba en Cristo reconciliando consigo mismo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación".
¿SABE USTED QUÉ SIGNIFICA CAMBIAR COMPLETAMENTE?
La reconciliación es el ministerio de cambiar completamente. ¿Pero quién está cambiando completamente? Dios nunca cambia. Él es el mismo ayer, hoy y por siempre. Pero aquí dice que Él nos ha reconciliado consigo mismo. Literalmente dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo mismo al mundo. Es el mundo el que ha sido reconciliado. Dios ha reconciliado al mundo. Al observar al mundo vemos que continúa como siempre, por su camino pecaminoso. Cada persona se apartó de Dios siguiendo por su propio camino, según dijo el profeta Isaías. Pero es por medio de Cristo que el mundo es reconciliado con Dios, es decir, es reconciliado con Dios, por la muerte de Cristo. Este maravilloso ministerio de la reconciliación es la obra que Él ha hecho.
DIOS HIZO LA PAZ EN EL CIELO Y EN LA TIERRA.
Creemos que probablemente sería bueno observar otro pasaje de las Escrituras en relación con este tema. Vamos a leer los versículos 20 al 22 de la epístola a los Colosenses, capítulo 1. Dice allí: "y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos, habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprochables delante de él". Comparemos esto con Filipenses 2:10, donde se nos dice que ante el nombre de Jesús todos caerán de rodillas, todos los que están en los cielos, en la tierra, y debajo de la tierra, lo cual se refiere al infierno. Hay que destacar que en este pasaje de Colosenses, al hablar de reconciliación, solo se mencionan al cielo y a la tierra. Porque el infierno no está reconciliado con Dios. Aunque en el infierno todos se arrodillarán, solo aquellos que estén en el cielo y en la tierra son reconciliados. Ahora, ¿de qué manera son reconciliados? La respuesta se encuentra en los versículos 21 y 22, de Colosenses 1, que acabamos de leer. Es decir, que la muerte de Cristo es lo que ha reconciliado el mundo con respecto a Dios.
DIOS HACE UN JUICIO JUSTO, PERO AHORA LE AGREGA UN INGREDIENTE QUE ES EL PERDÓN.
Observemos que Dios no es reconciliado; Él no ha cambiado. Pero, el mundo ha sido colocado en una posición diferente. ¿Por qué? Porque Cristo murió. Es que cuando Adán pecó, cuando se encontraba en el jardín de Edén, un Dios santo no podía alcanzarlo y salvarlo. Dios tenía que hacer algo acerca de ese pecado. Es decir, que Dios tenía que juzgar al hombre. En el libro del profeta Ezequiel 18:20, figuran estas palabras: "El alma que pecare, esa morirá". Y Dios le había dicho a Adán que el día en que él comiera de ese fruto prohibido, moriría. Pues bien, él murió espiritualmente ese mismo día. Y 900 años después murió físicamente. Cuando murió espiritualmente, quedó alejado y separado de Dios. Y ésa es la misma condición en la que se encuentra el mundo. Y Dios lo tiene que juzgar por ello.
DIOS EXTIENDE AHORA SUS BRAZOS PARA SALVARNOS.
Pero ahora que Cristo murió, la posición del mundo ha cambiado. Dios, en el día de hoy, tiene Sus brazos abiertos para un mundo perdido, con una actitud de invitación a venir hacia Él. El peor pecador en el mundo, puede acercarse hoy a Él. No hay ninguna diferencia en cuanto a quien sea usted; usted puede venir a Él. Como Cristo murió, un Dios santo ya no se muestra dispuesto a condenarnos, sino que se acercó para salvar a todos aquellos que vinieran a Él. Jesucristo llevó sobre sí mismo el juicio y condenación del pecado, de manera que el mundo ha sido reconciliado con respecto a Dios. Usted no tiene que hacer nada para ganarse el favor de Dios. Él no está enfadado con usted ni le detesta. Por el contrario, Dios le ama. Cristo no vino al mundo para cargar los pecados del hombre en su cuenta, sino para pagar la deuda del hombre.
NO ES JUZGAR AL OTRO, SINO PERDONAR AL OTRO.
¿Recuerda usted lo que ocurrió con esa mujer que fue llevada ante el Señor Jesucristo, según el capítulo 8, del evangelio según San Juan? ¿Recuerda usted lo que el Señor le dijo a ese grupo de líderes religiosos hipócritas? El Señor les dijo: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella". Y entonces Jesús se inclinó y escribió algo con el dedo en la tierra. Éste es un detalle muy interesante porque Jeremías en el capítulo 17, versículo 13, dijo: "¡Oh Señor. . . todos los que se apartan de ti serán escritos en el polvo, porque abandonaron al Señor, fuente de aguas vivas!"
FRENTE A JESUCRISTO, NUESTRA  ACTITUD DEBE SER CALLAR Y ACEPTAR EL PERDÓN.
Y el relato de Juan nos contó que aquellos fariseos, comenzando con los más ancianos y continuando hasta los más jóvenes, se retiraron. Los de más edad quizá tenían un poco más de sentido común que los jóvenes, que se quedaron allí más tiempo. Quizás algunos de los más ancianos habían tenido relaciones con esa mujer; pensaron que nadie se había enterado pero, por supuesto, el Señor lo sabía. Quizá lo único que hizo Jesús fue escribir el nombre de la muchacha; y cuando algunos de los fariseos lo leyeron, recordaron que tenían algo que hacer en otro lugar y salieron apresuradamente. Antes de que pasara mucho tiempo, todos se habían retirado, con la excepción de una persona; y ¿quién era esa persona? El Señor Jesucristo. El único que podía haber arrojado una piedra contra ella, pero no lo hizo. Y entonces preguntó: "¿Dónde están los que te acusaban?" Y ella le contestó: "Todos se han ido, no quedó ninguno". Y entonces Jesús le dijo: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más". Por ello Pablo pudo decir en este pasaje de Segunda de Corintios 5:19, que estamos considerando, que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados. Él había realizado la reconciliación. Jesús no estaba cerrando Sus ojos al pecado, ni mirando para otro lado, pero por causa de aquel pecado, para morir por todos aquellos pecados, Él se dirigía hacia la cruz. La condena iba a caer sobre Él, y como aquella mujer confió en Él, Jesús pudo despedirla sin condenarla. Veamos ahora lo que Pablo dijo en el versículo 20, de este capítulo 5 de su Segunda epístola a los Corintios:
¿QUÉ DIOS ESTÁ ROGANDO POR MEDIO DE NOSOTROS?
"Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".
¿Hay, agitándose en su corazón, un espíritu de rebeldía? A lo mejor usted ni siquiera lo reconoce. Pero si lo hace, le rogamos que haga algo al respecto, ahora mismo. Pídale a Dios que le limpie de su deseo de rebeldía. Que desarraigue toda rebeldía en usted, puesto que Él no la quitará hasta que usted renuncie a ella. Es su decisión. Clame a Dios que le perdone por las necias y descuidadas palabras que ha pronunciado. Ruegue que le quite ese espíritu de rebeldía contra las autoridades. Pídale que le enseñe cómo amorosamente respetar a las personas cuando están equivocadas.
Amigo (a), una de dos: o usted corona a Cristo, o lo crucifica. ¿Está usted con Jesús hoy, o está en su contra?
CONSULTE SOBRE LO QUE SIGNIFICA SER UN EMBAJADOR DE SU PAÍS Y AHORA QUE LO SABE, ¿QUÉ PIENSA AL SABER QUE DIOS LO HA NOMBRADO SU EMBAJADOR?
¿Qué es un embajador? Es un agente diplomático de primera clase que representa al Estado, al jefe del Estado y al Gobierno que lo nombra cerca de otro Estado. Nosotros somos embajadores de Cristo. Estamos en un país extranjero. Pedro dijo que nosotros somos peregrinos y extranjeros en esta tierra. Pablo en su epístola a los Filipenses, capítulo 3, versículo 20, dijo: "Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo". O sea que, ya que nuestra ciudadanía está en los cielos, nosotros somos embajadores aquí en la tierra.
¿CÓMO ESTÁ CUMPLIENDO SU PAPEL DE EMBAJADOR?
Cuando un gobierno envía a un embajador ante otro gobierno, quiere decir que ambos países mantienen relaciones amistosas. Dios aún está manteniendo relaciones amistosas con este mundo y ha enviado a Sus embajadores. Pero algún día Él llamará a Sus embajadores a Su país, y entonces comenzará el juicio.
DIOS MANIFESTÓ SU AMOR Y ¿DE QUÉ MANERA? USTED LO SABE.
Cuando el hombre pecó, Dios, en Su Santidad, tuvo que apartarse del mundo. Pero Dios amó al hombre; y envió a Su propio Hijo a morir en la cruz. Ahora Dios puede extender sus brazos abiertos al mundo para decir: "Tú puedes venir". Y como nosotros somos Sus embajadores debemos anunciar a la gente que Dios puede salvarles. Todo lo que Dios le está diciendo al ser humano es que acuda a Él. Dios no está tratando de desquitarse, de vengar una ofensa. Él no quiere castigarle. No quiere colocar sobre las personas el peso de Su mano. Dios invita a todas las personas, en todos los lugares, para que vengan a Él.
¿SE RECONCILIARÁ USTED HOY CON DIOS?
Éste es, pues, un gran día. Y tenemos el privilegio de poder decirle a usted: ¡Reconcíliese con Dios! Todo lo que le pide es que se vuelva usted a Él. ¿Y por qué puede Dios adoptar esa actitud? Porque Cristo llevó nuestro pecado y recibió el castigo en lugar nuestro.
HOY ES EL DÍA DE RECONCILIACIÓN, HOY ES EL DÍA DE SALVACIÓN.
Dios está en una actitud de reconciliación. Usted no necesita adoptar ninguna actitud para ganar su favor, para ponerle de parte suya. No tiene usted que derramar lágrimas para ablandar el corazón de Dios. Él le ama. Él quiere salvarle. ¿Y por qué? Leamos, finalmente por hoy, el versículo 21 de 2 Corintios 5:
DIOS YA LO HIZO TODO, ¿QUÉ HARÁ USTED AHORA?
"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él".
¿QUÉ LE PARECE LO QUÉ HIZO JESUCRISTO?
Otra versión reciente dice: "Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecado, para que en él recibiéramos la justicia de Dios".

Él me ha dado Su lugar. Me ha vestido con Su justicia. Podríamos decir que Él tomó mi infierno aquí abajo, en la tierra, para que yo pudiera tener Su cielo allá arriba. Lo hizo por mí.
EMPIECE SU TRABAJO COMO UN BUEN Y FIEL EMBAJADOR.

Estimado oyente cristiano, ¿ha podido usted hacer llegar esta Palabra divina a alguien más? Quienquiera que usted sea, dondequiera que usted esté y cualquiera sea la condición en que se encuentre, ¿qué está usted haciendo para comunicar este mensaje de reconciliación a un mundo perdido? Como dijimos anteriormente, Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. En el pasado, en el presente y en el futuro. Él se siente hacia usted de la misma manera en que se sintió el día en que Cristo murió por usted, por mí y por toda la humanidad. Éste es el mensaje que el mundo necesita escuchar de usted. El mundo ha sido reconciliado con respecto a Cristo, pero las personas tendrán que cambiar de camino, tendrán que volverse a Él por la fe. Por lo tanto, debemos difundir esa invitación. Y por ello, estimado oyente no cristiano, si usted aún no ha dado ese paso de fe de aceptar al Señor Jesucristo como Salvador, le extendemos esta invitación a hacerlo hoy mismo, sabiendo que tal invitación no fue ideada ni creada por nosotros, sino que proviene del mismo Dios y de Su Palabra.

ES NECESARIO GRITARLO A LOS CUATRO VIENTOS SÍ SÍ ES EL SEÑOR.

ES NECESARIO GRITARLO A LOS CUATRO VIENTOS SÍ SÍ ES EL SEÑOR.
Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! San Juan 21:7.
Una variedad de pensamientos y sentimientos traspasan nuestros corazones y mentes en estos pocos días antes de la Navidad, pero hay uno que se me resalta hoy: porque  Jesús vino a la tierra como un Bebé hace aproximadamente 2,000 años, vivió y amó entre nosotros, murió por nuestros pecados y se elevó otra vez, Él ha establecido nuestra identidad.
Después de la caída del hombre en el Huerto del Edén, la humanidad perdió su comunión cercana con Dios. Aunque todavía amados por su Creador, Adán y Eva habían cortado la unión de la que ellos habían disfrutado antes de que cedieran a la tentación. La humanidad entonces comenzó a experimentar un  largo lapso de amnesia, desperdiciando  sus vidas tratando de encontrar la realización aparte de Dios porque ellos han olvidado quienes son.
Jesús vino a restaurar la unión que se había separado del Padre y recordarnos de nuestra verdadera identidad: los hijos de Dios, los discípulos que Él amó.
¿No es esto un pensamiento asombroso? No era solamente el discípulo Juan a quien se podría referir como “el discípulo que Jesús amó,”, pero todos y cada uno de nosotros que ha permitido la unión a Dios y ser restaurados a la obra expiatoria  de Cristo en la Cruz. Esto es quizás uno de los aspectos más poderosos de la encarnación, algo que no acentuamos lo suficiente.
Mientras anda usted durante estos días antes del Advenimiento y durante Navidades pasadas, considere esta gran verdad en su corazón, como Maria lo hacía tan a menudo. Entonces, la próxima vez que tenga la oportunidad de describirse a alguien, considere incluso la declaración, “soy el discípulo que Jesús ama.” Quizás usted tendrá hasta la posibilidad de abrirle los ojos a alguien más a esa  gran verdad en su propia vida también.
¡Tengan una bendecida Navidad, mis queridos amigos!

POR. KATHI MACIAS.

EL LIBRO DE APOCALIPSIS O DE LA REVELACIÓN TRAE ENSEÑANZAS PODEROSAS.

EL LIBRO DE APOCALIPSIS O DE LA REVELACIÓN TRAE ENSEÑANZAS PODEROSAS.
EMPIEZA UN RELATO SOBRE LAS IGLESIAS.
TAMBIÉN HAY ADVERTENCIAS SOBRE FALSAS DOCTRINAS Y FALSOS PROFETAS.
Los saludos a las siete iglesias; la visión del Hijo del Hombre; Sus mensajes a las iglesias.
Cada una de las siete iglesias en Asia Menor recibió una carta dictada por Cristo y registrada por el apóstol Juan mientras que él estaba en la isla de Patmos. Desde que el carácter y la conducta en las iglesias y en los creyentes son iguales en cada generación y cultura, el mensaje entonces es tan indispensable y valioso para nosotros tal y como fue para ellos.
Cristo le da palabras de ánimo a la iglesia en Éfeso por su sana doctrina. Sin embargo, Cristo le dijo: «Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor» (Apocalipsis 2:4). La devoción a Cristo casi siempre se pierde gradualmente. Hay personas que llegan a estar tan involucrados en sus negocios, en sus pasatiempos, o aun en sus responsabilidades religiosas que la adoración a Cristo llega a ser mecánica y meramente una formalidad. Esta acusación es muy seria: «Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido» (2:5). Dos veces en un versículo Jesús les advierte de arrepentirse.
La carta que fue dedicada a la iglesia en Esmirna reconoce sus sufrimientos: «Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)» (2:9). Esta iglesia parece que estaba destituida de las comodidades de la vida. Algunos fueron encarcelados, otros sufrieron persecución. Pero por su fiel devoción, el Señor les prometió: «No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte» (2:10-11).
La carta que Jesucristo le mandó a la iglesia en Pérgamo dijo que ellos estaban viviendo: «donde está el trono de Satanás; pero retienes (eres fiel a) Mi nombre, y no has negado Mi fe» (2:13). Sin embargo, algunos «retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel. . . y a cometer fornicación» (2:14). Jesús les advirtió: «Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de Mi boca» (2:16).
Los falsos profetas como Balaam parecen tener algo en común; ellos todos son motivados por la avaricia. Hay otros hoy en día que dicen que ellos han recibido una «revelación especial de la verdad» la cual tiene que ser el patrón por el cual interpretar la Biblia en la iglesia. En la epístola del apóstol Pablo a los hermanos en Galacia, somos advertidos de tales peligros: «Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema» (Gálatas 1:8-9).
NO SE CONFUNDA POR LOS SUFRIMIENTOS, NO LE FALTARÁN.

Nuestros sufrimientos del presente pueden a veces parecer intolerables, pero el Señor siempre nos muestra el camino para sobrellevarlos.