martes, 14 de octubre de 2014

EL SEMBRADOR DE LA PALABRA EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE. MARCOS 4.

EL SEMBRADOR DE LA PALABRA EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE. MARCOS 4.
Jesucristo describe en una parábola cuatro tipos de respuestas de aquellos que oyen Su Palabra, diciendo: «Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron» (Marcos 4:1-4). Esto quiere decir que hay personas que solamente responden al evangelio con una gran indiferencia que les destruye. Ellos representan los oyentes que no expresan interés en los valores espirituales pero están bien interesados en los placeres y la satisfacción de sus propios deseos. Ellos oyen la Palabra de Dios, «pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la Palabra que se sembró en sus corazones» (4:15).
EL LUGAR MÁS PROPICIO PARA EL HOMBRE ES EL CORAZÓN.
Otras personas que oyen Su Palabra son como la semilla que «cayó en pedregales» (4:5). Al principio ellos parecen recibirla, pero muy pronto pierden el interés. «Estos son asimismo. . . los que cuando han oído la Palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego tropiezan» (4:16-17). Los «pedregales» significan un lugar con piedras sólidas debajo y muy poca profundidad de tierra encima. Estos «conversos» parecen estar llenos de vida y con un gran futuro; pero cuando son confrontados por un estilo de vida que no es consistente con la vida del creyente, o viene alguna persecución por haber seguido la Palabra de Dios, ellos inmediatamente huyen.
SI NO HAY UN CORAZÓN DISPUESTO, LA PALABRA NO HECHA RAÍCES.
Otros «conversos» son como las semillas «que fueron sembrados entre espinos. . . que oyen la Palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la Palabra, y se hace infructuosa» (4:18-19). Tales personas parecen reconocer el verdadero valor de caminar con Cristo y de la vida eterna, pero nunca han podido separarse de los pecados del pasado. Cuando las cosas del mundo que detienen a una persona en dedicarse a Cristo no son arrancadas, gradualmente toman el control de su corazón y los intereses espirituales son atropellados.
HIJO MÍO DAME TU CORAZÓN PORQUE DE ALLÍ MANA LA VIDA.
Pero un grupo de personas más serias que oyen bien la Palabra de Dios son como las semillas «que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la Palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno» (4:20). Por la fe, ellos aprenden a quebrantar sus lugares de «pedregales», quitando cada cosa que impide su crecimiento espiritual. Ellos saben desarraigar las hierbas malas y los espinos de la falsa motivación, y dan mucho fruto. Jesús nos ha dicho a todos: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer» (Juan 15:5).
¿ ESTÁ JESUCRISTO EN SU CORAZÓN?.
¿ QUIERE DECIRLE HOY, JESÚS VEN A VIVIR EN MI CORAZÓN?.
No es «lo que posee» una persona que es importante, pero lo más importante es «quién le posee».
UN CORAZÓN PURO PARA DIOS.
“Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo” - (Proverbios 23:7).
Una maestra le pidió a un niñito que terminara este proverbio: “La limpieza es próxima a…” Y él le contestó: “La limpieza es próxima a la imposibilidad.” Bueno, amigo, el niñito no estaba tan lejos de la verdad, ¿o lo estaba? Es asombroso lo que la gente hace con el fin de tratar de purificarse a sí mismos: ayunan, oran, se arrodillan, caminan, se auto-flagelan, invernan, se aíslan. Con todo, tristemente descubren que el esfuerzo humano no es el camino a la pureza porque continúan con una mente mundana. Antes de pretender poseer una vida de pureza, debemos tener una vida de pensamiento limpia. Dios trabaja de adentro hacia fuera. Él conoce que usted no puede purificar el agua contaminada con tan sólo pintar el pozo por fuera.

¿Lucha usted con pensamientos carnales? Entonces, pregúntese lo siguiente: 1) ¿Estos pensamientos me ayudan a amar más a Dios y a las personas?; 2) ¿Confío verdaderamente en Dios para que Él resuelva esta situación?; 3) ¿He clamado a Dios para que me ayude a tomar cautivo estos pensamientos y llevarlos a la obediencia de Cristo?.
UN EJEMPLO EXTRAORDINARIO DEL RESULTADO DE SEMBRAR LA BUENA SEMILLA, NO SE DESANIME, SIGA SEMBRANDO, UN DÍA RECOGERÁ.
“Más el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno (San Mateo 13:23 RV 1960).
ÉSTA PUEDE SER TAMBIÉN SU HISTORIA. ALGUIEN CONTÓ:( Kathi Macías)
Mi abuela, a quien  afectuosamente llamábamos “Omi,” creció en el Viejo Mundo -  Alemania, para ser exacta. Ella había quedado  huérfana a la edad de diez años y se fue a vivir con un pastor Luterano y su esposa. Mientras estaba con ellos aprendió mucho sobre el trabajo pesado, ya que  siempre hay  mucho que  hacer en una granja. Pero ella también aprendió sobre Jesús — "Yesus," como ella lo llamaba — y esto le cambió su vida, así como las vidas de muchos de nosotros que hemos sido bendecidos por ser descendientes  de esta maravillosa mujer quien nunca llegó ni a cinco pies altura. Y sin embargo  ella surge grande en mi memoria. Omi horneaba las mejores galletas de mantequilla del mundo, nos contó historias fascinantes de crecer en una tierra lejana y en otra era, y acentuó la necesidad en  nosotros de tener a “Yesus” en nuestro corazón.

También sé que Omni oraba por nosotros, deseando que todos nosotros llegáramos a ese lugar de recibir a “Yesus” como nuestro Salvador. Algunos de nosotros hicimos exactamente eso antes que ella se “graduara al cielo” en 1975, mientras otros aún no lo han hecho.

Uno en particular por quien ella oraba era mi papá. Mi abuela le enseñó sobre “Yesus” cuando él era un pequeño muchacho, pero él rechazó sus enseñanzas y su fe cuando se hizo un adulto. De todos modos, ella siguió orando por él y para el resto de los miembros de  la familia. No vivió el tiempo suficiente para ver que sus oraciones por mi papá contestadas  porque él no vino a Cristo sino  hasta en octubre de 1999, durante la última semana de sus 88 años en la tierra. ¡Pero ah, qué reencuentro debe de haber habido en el cielo!

La cosa importante consiste en que Omi siguió sembrando semillas buenas, confiando en Dios para traer  la cosecha, ya sea que ella estuviera aquí todavía para verla o no. Y así es. Muchos de nosotros hemos estado orando y dando testimonio  y sembrando buenas  semillas durante años, y tal vez viendo poco resultados o ninguno.  ¿Significa esto que Dios no nos oye? ¡Absolutamente no! Dios es fiel, y Él desea ver a la gente salvada más que nosotros mismos. Así es que  independientemente de las semillas que usted siembre hoy — y sin importar el tiempo que usted las ha estado regando  con sus  lágrimas  — no se rinda. La cosecha vendrá en el tiempo perfecto de Dios. "Yesus" es nuestra garantía.

Continúe Orando por su Familia, hágalo sin descanso, un día, tal vez mañana, él o ella llegarán a los pies de Nuestro Señor Jesucristo. El Salvador y Amoroso Dios, que nunca se cansa y sigue esperando que tomemos la Decisión más importante de nuestras vidas.

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