EL NACER DE
NUEVO NOS PROVEE UNA NUEVA NATURALEZA EN
CRISTO.
Ser
cristiano es recibir una nueva naturaleza — la naturaleza de Dios. «Os es
necesario nacer de nuevo» (Juan 3:7). Entonces el Espíritu Santo que mora en
nosotros nos capacita para dejar que Cristo controle nuestras vidas en vez de
controlar nuestras propias vidas bajo nuestro viejo dueño Satanás.
Es nuestro
culto racional el querer vivir cada día manifestando la vida de la resurrección
de Cristo, libres del control de Satanás. El apóstol Pablo escribió: «Así que,
hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:1-2).
Mientras que
leemos por toda la Biblia y la obedecemos, la Palabra de Dios llega a ser
nuestra comida espiritual y nuestra fuente de fuerza y discernimiento
espiritual para cumplir la voluntad de Dios. Tal y como la comida física se
asimila por nuestros cuerpos para proveer una buena salud y fuerza física, así
mismo el Espíritu Santo que mora en nuestras vidas fortalece nuestra vida
espiritual por medio de Su Palabra para que podamos estar saludables en nuestra
vida espiritual. El Espíritu Santo solo puede guiarnos: «a toda la verdad»
(Juan 16:13). Sin embargo, Él no nos guiará a «toda la verdad» si nos negamos a
leer «toda la verdad» desde Génesis hasta Apocalipsis. Nosotros somos esclavos
del pecado y bajo la influencia de Satanás o somos hijos de Dios y cautivos
sólo a Él por Su control sobre nuestras vidas. Esta es la verdadera libertad.
La Palabra de Dios ilumina, entonces después nos da el poder para vencer el
viejo estilo de vida. «(Y) conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (8:32).
Cada día
vivimos en medio de muchas voces que llaman a nuestra atención. En esta vida
siempre tendremos la tentación de satisfacer nuestros deseos carnales. También
diariamente necesitamos de estar en guarda para no permitir que las «buenas
cosas» o ni aun las «buenas personas» ocupen nuestro tiempo y nos roben de lo
mejor que Dios tiene para nosotros. La vida es muy corta para permitir que las
posesiones materiales y el deseo de cumplir con las metas mundanas dominen
nuestras vidas. Nuestras oportunidades para servir al Señor y estar preparados
para ver al Señor pronto terminarán. «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis,
no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos» (Efesios 5:15-16).
¿SE HA
PREGUNTADO USTED CÓMO AGRADAR A DIOS?
Cuando
estamos controlados por el Espíritu Santo que mora en nuestras vidas es que
verdaderamente estamos agradando a Dios.
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