LA
INMORALIDAD Y TODO TIPO DE PECADO, NI AUN SE NOMBRE ENTRE VOSOTROS.
JUICIO POR
PECADO EN LA IGLESIA DE CORINTO.
El apóstol
Pablo recibió las malas noticias que uno de los miembros de la iglesia en
Corinto estaba viviendo en fornicación o en adulterio con «la mujer de su
padre» (I de Corintios 5:1), esto parece decir que estaba en una continua
relación sexual con su madrastra. No se sabe si su padre estaba vivo todavía o
ya había muerto. Pablo les amonestó a que excomulgaran al miembro ofensivo
inmediatamente: «En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y
mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a
Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el
día del Señor Jesús» (5:4-5).
La mayor
consideración no es solamente cómo es que nuestras vidas afectan nuestra
relación con Dios, pero de igual importancia es cómo afectan la relación con
nuestros amigos cristianos en nuestras iglesias y en nuestras familias.
Cuando los
líderes del cuerpo de una iglesia permiten los pecados obvios que se practican
continuamente entre sus miembros, esto les anima a los pecadores a excusar sus
propios pecados y continuar inculcando a otras personas a seguir su estilo de
vida inmoral.
Si nosotros
creemos lo que Dios ha dicho en Su Palabra sobre el pecado, veremos que hay
consecuencias por ello. Consiguientemente, la decisión de no decir ni hacer
nada, meramente por razón de mantener «la armonía», está en oposición a lo que
el Espíritu Santo le guio a escribir: «Más bien os escribí que no os juntéis
con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o
maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. . . . Quitad,
pues, a ese perverso de entre vosotros» (5:11-13). «Y esto erais algunos»
(6:11). La palabra clave aquí es «erais», porque todos los que verdaderamente
han recibido a Jesucristo como Salvador y Señor tienen el deseo de abandonar
sus pecados.
Por el resultado inevitable del
pecado, Pablo continuó su escrito: «¿No sabéis que los injustos no heredarán el
reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones,
ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores,
heredarán el reino de Dios» (I de Corintios 6:9-10).
¿CUÁNDO NOS
OLVIDAMOS DE DIOS?
Si
descuidamos la Palabra de Dios estamos olvidando al Dios mismo.
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