EL EJEMPLO
EN EL TRABAJO DE LOS DIÁCONOS HERMANOS Y SIERVOS DEL SEÑOR.
EL INICIO DE
LA IGLESIA TRAE PROFUNDOS Y EXTRAORDINARIOS CAMBIOS.
La
predicación de Esteban y su martirio; la persecución de los cristiano por
Saulo; Simón el hechicero; Felipe y el etíope.
Esteban era
un diácono en la iglesia de Jerusalén que conocía bien las Escrituras del
Antiguo Testamento. Valientemente él les recordó a los incrédulos que estaban
en autoridad: «Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros
padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros
padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de
quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores» (Hechos 7:51-56).
UN MÁRTIR
QUE DA SU SANGRE AL SERVICIO DE LA IGLESIA.
Con el mismo
odio que habían tenido durante la crucifixión de Cristo, las autoridades
furiosamente sacaron a Esteban, «Y echándole fuera de la ciudad, le
apedrearon». Mientras que él moría «puesto de rodillas, clamó a gran voz:
Señor, no les tomes en cuenta este pecado» (7:57-60). Esteban podía haber
evitado su muerte si hubiese callado, pero él les dejó saber bien claro que
ellos eran responsables por haber crucificado a Jesús, «el Justo». La fe de
Esteban y su actitud de poder perdonar al enfrentarse a la muerte fue la misma
que la de su Salvador en la cruz, y seguramente tuvo un gran impacto en todos
los que fueron testigos del amor de Esteban para con sus asesinos. En ese mismo
espíritu de amor, todos nosotros necesitamos orar por esas personas que nos
maltratan. Esos que hoy en día parecen ser nuestros enemigos puede que algún
día encuentren la salvación si les mostramos el amor de Cristo tal y como
Esteban lo hizo con los que le perseguían.
LA
PERSECUCIÓN PRODUCE ENTUSIASMO Y ÁNIMO EN LOS HERMANOS.
«En aquel
día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén» (8:1).
En vez de desanimar a los creyentes, la persecución trajo un gran movimiento
misionero mientras que los seguidores de Jesús fueron dispersos por toda la
región. Felipe, que también era un diácono en la primera iglesia, fue guiado
por el Espíritu Santo a encontrar un oficial etíope que estaba en camino a su
tierra natal. Mientras que él leía el libro de Isaías, Dios guio a Felipe para
explicarle a este oficial de Etiopía que la profecía de Isaías 53:7-8 se había
cumplido en Jesús de Nazaret. Al reconocer que Jesús era el Salvador-Mesías, el
etíope pidió: «¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo
corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de
Dios. . . . (Y) le bautizó. . . . (Y) el eunuco no le vio más, y siguió gozoso
su camino» (Hechos 8:36-39).
JESUCRITO SE
HACE CARGO DE LOS PENSAMIENTOS Y DE LA VIDA DEL CRISTIANO.
Cristo desea
controlar todos nuestros pensamientos cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario