sábado, 7 de noviembre de 2015

LA ORACIÓN EXTRAORDINARIA DE INTERSECCIÓN DE JESÚS POR TODOS SUS SIERVOS.

LA ORACIÓN EXTRAORDINARIA DE INTERSECCIÓN DE JESÚS POR TODOS SUS SIERVOS.
Después de la cena de la Pascua, Jesús empezó a orar: «Padre, la hora ha llegado; glorifica (honra) a Tu Hijo. . . Yo Te he glorificado (honrado) en la tierra. . . He manifestado (dado a saber) Tu nombre a los hombres que del mundo Me diste. . . y han guardado Tu Palabra» (Juan 17:1,4-6). Todos los verdaderos creyentes deben unirse para glorificar al «Padre» y a Cristo nuestro Señor, y para cumplir con Su Palabra.
Jesús continuó orando por todos los que iban a creer en Él «para que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en Mí, y Yo en Ti» (17:20-22). Jesús y los once discípulos entonces fueron al Monte de los Olivos. Jesús sabía que Judas pronto llegaría con los líderes religiosos los cuales guiarían al tumulto hostil y a los soldados romanos hasta el punto de crucificarle. Sólo unos minutos después todos los seguidores de Jesús dejándole, huyeron.
Satanás es «el acusador de nuestros hermanos» (Apocalipsis 12:10); pero es un gran consuelo saber que Jesús puede ver mucho más en Sus seguidores que nosotros podemos ver en nosotros mismos o en otros. Jesús sabía que Sus discípulos le iban a dejar, pero Jesús los amaba tanto que los perdonó.
La diferencia entre los más débiles de los discípulos de Jesús y una persona mundana, que no está salva es revelada en la oración de Jesús a Su Padre en el cielo: «porque las Palabras que Me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de Ti, y han creído que Tú Me enviaste» (Juan 17:8). Notemos el orden: «las Palabras que Me diste, les he dado; y ellos las recibieron». Esto nos muestra «que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios» (Romanos 10:17). La fe y el discernimiento espiritual nos son dotados al leer y meditar en la Palabra de Dios diariamente. El salmista registró: «Buen entendimiento tienen todos los que practican Sus mandamientos» (Salmo 111:10).
Jesús también le oró al Padre Celestial, diciendo: «Padre Santo, a los que Me has dado, guárdalos en Tu nombre» (Juan 17:11). Es una buena consolación saber que Su oración incluye a todos nosotros cuando Él oró: «Yo les he dado Tu Palabra. . . No son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos (santos para el servicio de Dios) en Tu verdad; Tu Palabra es verdad. . . .Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos» (Juan 17:14,16-20).
LOS QUE COMPARTEN EL AMOR DEL SEÑOR VIVEN EN GOZO.

Recibimos el gozo del Señor mientras que compartimos Su amor.

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