LA IRA DE
DIOS SE REVELA DESDE EL CIELO CONTRA TODA IMPIEDAD.
LIBRO DE ROMANOS.
EL JUICIO DE
DIOS, ES UNO DE LOS TEMAS RELEVANTES DE LA BIBLIA.
Los judíos y
los gentiles están todos bajo condenación.
Satanás y
todos los incrédulos serán echados al eterno «lago de fuego» (Apocalipsis 20:10,
13,15). Sin embargo, «la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. . .
Dios se lo manifestó. . . . (De) modo que no tienen excusa. Pues habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. . . y su
necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y
cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible . . . Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos» (Romanos 1:18-27).
Tres veces
leemos que Dios «los entregó a la inmundicia», a sus «pasiones vergonzosas», y
a una «mente reprobada» (1:24, 26,28). Hay personas que ven el sexo como no más
que un apetito físico que hay que satisfacer. Pero, Cristo nos ha dicho: «Pero
los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y
hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda» (Apocalipsis 21:8). La
relación sexual es un don de Dios que trae una satisfacción que dura y nos
llena sólo cuando está dentro de la relación matrimonial de un hombre con una
mujer.
Por casi
todo el mundo hay una gran ignorancia de la Biblia que nos inquieta porque aún
sigue creciendo, pues la Biblia es el único Libro que revela el pecado tal y
como es — una rebelión contra Dios. Dios solo tiene el derecho de establecer
las normas de la justicia.
Hay también
en la iglesia una gran negligencia que sigue creciendo en usar el día de reposo
y los diezmos del Señor para placeres egocéntricos. El hacer tales cosas
usualmente nos lleva a aceptar excusas por el pecado y nos quita todo
sentimiento de culpabilidad.
No hay
victoria sobre la perversión sexual hasta que se vea por lo que verdaderamente
es, no una enfermedad ni un estilo de vida alternativo, pero un pecado. Las
buenas nuevas nos dicen: «Pero ahora estamos libres de la Ley, por haber muerto
para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen
nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra» (Romanos 7:6).
EL PROPÓSITO
DE DIOS ES CUIDAR NUESTRAS VIDAS.
Dios desea
cuidar de nuestras vidas. Vamos a confiar en Él.
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