viernes, 6 de noviembre de 2015

DEBEMOS OCUPARNOS DE NUESTRA SALVACIÓN CON TEMOR Y TEMBLOR.

DEBEMOS OCUPARNOS DE NUESTRA SALVACIÓN CON TEMOR Y TEMBLOR.
UN CAMINO HACIA LA SANTIFICACIÓN. RECUPERACIÓN Y SANIDAD TOTAL.
“Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer”. – Fil. 2:12-13 Una amiga mía se cayó de la bicicleta y sufrió un severo daño cerebral; los doctores no estaban seguros de si sobreviviría. Durante varios días permaneció entre la vida y la muerte.
UNA HISTORIA REAL DE LA RECUPERACIÓN FÍSICA. TAMBIÉN NECESITAMOS LA RECUPERACIÓN ESPIRITUAL.
La primera buena noticia llegó cuando abrió los ojos. Luego respondió a sencillas órdenes verbales. Pero la angustia permanecía ante cada pequeña mejoría. ¿Hasta dónde progresaría? Después de un duro día de terapia, su esposo se desanimó; pero a la mañana siguiente, compartió estas reconfortantes palabras: «Sandy ha vuelto!» Física y psicológicamente, su esposa estaba volviendo a ser «ella»: la persona que conocíamos y amábamos. El accidente de Sandy me recuerda a lo que los teólogos llaman «la caída» de la humanidad (Génesis 3). Y la lucha de mi amiga por recuperarse se compara con nuestra batalla por vencer el quebrantamiento del pecado (Romanos 7:18). La recuperación sería incompleta si funcionara sólo su cuerpo o su cerebro. La integridad implica que todas las partes trabajan juntas para un propósito. Dios está sanando a Sandy, pero ella tiene que trabajar duro con la terapia para recuperarse. A nosotros nos pasa lo mismo desde el punto de vista espiritual. Después que Dios nos rescata por medio de Cristo, debemos «ocuparnos» en nuestra salvación (Filipenses 2:12), no para ganarla, sino para armonizar nuestros pensamientos y acciones con Su propósito. Recuerda: Para recuperarnos, sigamos sometiéndonos al Espíritu Santo.
HERRAMIENTAS EN EL PROCESO DE LA SANTIFICACIÓN.
Herramientas para la Santificación.
1.     La Biblia: "lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino" (119.105). El Espíritu Santo ilumina lo que leemos, para que nos arrepintamos de nuestros pecados y crezcamos en nuestra fe.
2.     La iglesia. Como parte de nuestro aprendizaje están las enseñanzas del pastor y de los maestros que se preparan. La Comunión unos con otros (He 10.25), utilizándonos en el proceso de santificación de cada uno.
3.     El sufrimiento. Dios nos ofrece generoso consuelo y ayuda en tiempos de dificultades, pero también usa nuestras circunstancias dolorosas para moldearnos. Cuando nos sometemos a la obra que Él está haciendo, emergemos de nuestras luchas pareciéndonos más a Cristo.
VIVAMOS CADA DÍA Y CADA MOMENTO COMO SI FUERA EL ÚLTIMO DE NUESTRA VIDA.
Capturar el momento que está viviendo hoy.

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo”. - Efesios 5:15-16
A mi esposa Marta le gusta hacer compras, aunque no siempre puede hacerlas. Cuando compra alimentos, lee todas las etiquetas y se fija en el precio por unidad para determinar cuál conviene adquirir. Pero su mejor costumbre es mirar la fecha de «vencimiento». Ella no toma el primer envase de leche que ve, sino que se lleva el que tiene la fecha más tardía, de modo que pueda traer a casa la más fresca del supermercado.
En cierto modo, nuestra vida está marcada con una fecha de «vencimiento», excepto que nadie sabe exactamente cuándo se nos parará el corazón ni cuando respiraremos por última vez en este planeta. Ante esta realidad, ¿no deberíamos esforzarnos un poquito más por capturar los momentos que se nos han brindado? Capturar el momento significa que haremos cosas como amar más profundamente, perdonar con más rapidez, escuchar más atentamente y hablar de manera más positiva. Pablo nos da este buen consejo: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:15-16). También nos instruye, diciendo: «… andad como hijos de luz…, comprobando lo que es agradable al Señor» (vs. 8-10). Como ninguno de nosotros sabe cuál es su fecha de «vencimiento», ¡debemos aprovechar las oportunidades de iluminar hoy nuestro mundo con el amor de Cristo!
Reflexión: Vive cada día como si fuera el último de tu vida.
APRENDAMOS A DISCIPLINARNOS.
Aprendiendo a disciplinarse.
Tres áreas básicas:
La disciplina es el fuego purificador por el cual el talento se convierte en capacidad. (R. Smith)
   1. Aprenda a Disciplinar su Mente: Mantenga la mente activa, pensando lo bueno y correcto. Como alguien ha dicho, no se puede tener una mente cristiana, sin leer la Biblia con regularidad (Fil. 4:8 - Ro. 12:1-2 - Pr. 14:22 - ).
   2. Aprenda a Disciplinar su Corazón: Pida ayuda a Dios para poder controlar sus emociones o ellas le controlaran a usted. Cultive el dominio propio (2 Ti. 1:7).
   3. Aprenda a Disciplinar su Voluntad: Sus acciones son importantes, las mismas perjudican o benefician a aquellos que le rodean. No actúe por impulsos o solo por aquello que desea (Pr. 15:19 - 16:9 - 20:25 - 23:4 - 24:10).
¡Mantenga un equilibrio entre ser y hacer. Procure ser mejor cada día!
Examínese para ser más disciplinado:
   - Revise y analice sus prioridades personales, familiares y laborales. Vea si están en conformidad con la Palabra de Dios.
   - Revise sus hábitos de pensamiento. Qué ocupa su mente. Cuánto tiempo invierte en la meditación de la Biblia. Cuántos libros cristianos ha leído.
   - Revise sus hábitos de trabajo: Alguien dijo que disciplina es hacer las cosas correctas en el momento correcto y por la razón correcta. Por ejemplo: Analice, Cómo invierte su tiempo. Es diligente en su trabajo. Se coloca metas y las logra.
   - Revise sus relaciones. Invierta el tiempo suficiente especialmente con su esposa, hijos, suegros, padres, familia, amigos. etc.


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