miércoles, 12 de septiembre de 2018

CRECE CADA DÍA MÁS LA INMORALIDAD EN EL MUNDO.


CRECE CADA DÍA MÁS LA INMORALIDAD EN EL MUNDO.
EL RETO PARA LOS CRISTIANOS ES MANTENERNOS FIRMES EN NUESTROS PRINCIPIOS Y VALORES.
“Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” - (1 Pedro 2:12).
Frecuentemente escucho a creyentes quejarse por la inmoralidad en las películas y en la televisión, pero ¿quién está haciendo algo al respecto?¿Es usted parte de la solución? ¿Tiene en su lista de oración los nombres de productores, directores, escritores, actores o periodistas? ¿Testifica usted a estas personas? ¿Las ama en el Señor Jesucristo? ¿Está escribiendo cartas a los productores, en respaldo por su buena programación? ¿Respalda usted a los patrocinadores que promueven programas morales? Debemos ser sal y luz. Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Hágase la siguiente pregunta: “¿Cómo impacta mi vida la inmoralidad en el mundo? ¿Cómo sacrifico mi propia vida a fin de que otros puedan conocer la salvación que Jesús ofrece?” ¡Entregue su vida para la gloria de Dios!
Romanos 4:16: “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.”
Existen casi seis billones de personas sobre la faz de la tierra. Si usted extrae las mejores características de cada individuo, y las ponemos en una sola persona, ésta aún tendría que postrarse ante Dios y suplicar misericordia para ser salvo. Tenemos que abandonar el concepto de alcanzar la salvación mediante buenas obras o por llevar una vida moral... o por tratar de obedecer los Diez Mandamientos. La ley ordena: “Si hace esto o aquello”, mientras que el evangelio enseña: “Por tanto, es por fe.” La ley dice que debe ganarse la salvación; el evangelio, por el contrario, asegura que es un regalo de Dios. La ley demanda santidad, el evangelio la provee. La ley dice: “Corre”, pero no te da piernas para hacerlo. El evangelio afirma: “Vuela”, y nos da alas de gracia para remontarnos.
Por favor, lea Romanos 10. ¿Qué aplicación puede obtener de éste que le sea de beneficio para su vida?
BUSCANDO VIVIR LA PUREZA MORAL.
“Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” - (2 Corintios 10:5).
Jóvenes creyentes me preguntan cuáles son las cosas específicas que ellos deben hacer para practicar la pureza moral. Les digo que:
1. Primero, tengan cuidado del grupo con el que se juntan; que escojan sabiamente a sus amigos (ver Proverbios 13:20).
2. Segundo, que tengan cuidado con lo que ponen en sus mentes por medio de libros, películas y música (ver Salmo 101:3ª; Proverbios 6:27).
3. Tercero, que controlen sus pensamientos (ver Proverbios 23:7ª; Filipenses 4:8). El pensamiento es el padre de las acciones. Alguien lo dijo muy bien: “No podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas, pero sí podemos impedir que hagan su nido en nuestro pelo.”
Camine con Dios hoy, como nunca lo ha hecho antes. Vaya valientemente hacia territorio desconocido. Eso bien puede ser el ir y cuidar de una persona enferma. Hasta pudiera ser su propio vecino. O hacer algo bueno por un vendedor o vendedora, agotados por el tumulto. O tal vez decirle a alguien que Jesús le ama.
“Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (1 Tesalonicenses 4:7).
Un ex-presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría dijo: “Las relaciones prematrimoniales (físicas), resultantes de la así llamada “nueva moralidad”, en gran manera ha aumentado el número de gente joven en los hospitales mentales.”
El Dr. Billy Graham dijo que él habló con el Decano de la Facultad de Psiquiatría de una de nuestras grandes universidades, y que en ese tiempo más del 50% de los estudiantes en esa universidad sufrían de desórdenes psicológicos debido al problema de relaciones inmorales.
Amigo (a), ¿por qué Dios nos dice que debemos vivir una vida pura? No sólo es para que tengamos compañerismo con Él, sino también para nuestra propia salud mental. Dios sabe que la santidad trae vida a nuestros huesos, sanidad a nuestros corazones y gozo a nuestros pasos.
¿Qué piensa usted cuando escucha que necesita vivir una vida santa? Usted  tendrá un buen comienzo si empieza a aplicar la exhortación de la Palabra de Dios en Colosenses 3:12-14.
LA PALABRA DICE QUE NO HAY NI UNO BUENO.
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” (Isaías 64:6).
No existe ni uno bueno. Ni uno solo. Si usted pidiera a cada ser humano en el planeta tierra que ponga en una taza todas sus cosas buenas, no habría en esa taza ni siquiera lo suficiente para salvar a una sola persona.
Isaías 64:6 dice que “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” a los ojos de Dios. La cruz de Jesucristo es nuestra única esperanza. Sin Jesús, usted tendrá que enfrentar la ira de Dios. Jesús pagó la deuda de su pecado que la justicia de Dios requiere, y ahora, como Su hijo, usted comparte Su justicia.
En 1906 Jessie Brown Pounds escribió estas palabras: “Necesito ir al hogar por el camino de la cruz; no hay ninguna otra forma, sino ésta. Nunca podré ver las puertas de luz, si es que pierdo el camino de la cruz.”
 ¿Cómo se ve a usted mismo, este momento? ¿Digno? ¿O indigno? ¿Qué es lo que dice Juan 3:36, 5:24 y Romanos 3:23-26?
SIN DIOS, NADA SOMOS.
“Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras” (Romanos 4:6).
El mismo año que los Estados Unidos declararon su independencia de Inglaterra, Augustus Toplady escribió una canción declarando completa dependencia de Dios: Roca de la eternidad. Una estrofa declara: “Nada en mi mano traigo, Simplemente a la cruz me arraigo; Desnudo, a Ti por vestido vengo; Impotente a Ti gracia ruego; Sucio, a la fuente vuelo; Lávame, Salvador, o muero.”  En ocasiones es difícil soltar nuestros pecados y nuestras obras de justicia para poner completamente nuestra confianza en Dios para salvación. ¿Sabía que existe algo en la naturaleza humana que no quiere hacerlo? De alguna forma queremos ayudar a Dios con nuestras obras de justicia. Mas sin embargo “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” (Isaías 64:6b). Dios es quien nos hace justos.
Ore así: “Nada en mi mano traigo, Simplemente a la cruz me arraigo; Desnudo, a Ti por vestido vengo; Impotente a Ti gracia ruego; Sucio, a la fuente vuelo; Lávame, Salvador, o muero.”
UNA REFLEXION MUY SERIA.
¿QUIÉN GANARÁ?
Todo lo que hacemos, cómo nos comportamos, hablamos, lo que hacemos, a lo que dedicamos nuestras fuerzas, nuestro tiempo, responde a lo que tenemos dentro de nosotros.
Un viejo jefe de una tribu estaba conversando con sus nietos acerca de la vida, y les dijo: “Una vieja pelea está ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos; uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, competencia, superioridad, egolatría. El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y fe. Esta misma pelea está ocurriendo continuamente dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra”
Los niños se quedaron pensativos, y uno de ellos preguntó a su abuelo: ¿Cuál de los lobos ganará?
-"El que alimentes"- Respondió el viejo cacique.
Todos los seres humanos, por nuestra naturaleza, tenemos estos dos lobos en nuestro interior, sentimientos que luchan por dominarnos.
Antes de conocer a Dios el primer lobo era el que gobernaba nuestra forma de actuar, pensar, hablar, sentir, etc., pero una vez que aceptamos a Jesús en nuestros corazones y dejamos que Él tome el control de nuestras vidas, el segundo lobo empieza a crecer y a hacerle frente al que antes nos gobernaba.
Es una pelea constante, por lo que debemos asegurarnos de alimentar al lobo correcto. Es una decisión que se toma día a día, a cada instante estamos alimentando a uno de ellos y el resultado final sólo dependerá de nosotros.
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Lucas 6:45.
¿A qué lobo estás alimentando?
Autora. Ana María Frege Issa
Coordinadora Call Center.
NOTA: Esos dos lobos algunos los describen como: 1. Nuestra parte humana actuando y 2.El Espíritu Santo guiándonos.

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