jueves, 27 de septiembre de 2018


UNA PALABRA TAN SIGNIFICATIVA PARA EL CRISTIANO ES  LA  RECONCILIACIÓN.
“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado” (Colosenses 1:21-22).
Un equilibrista extendió una cuerda floja de una orilla a otra en las Cataratas del Niágara y empujó una carretilla sobre la cuerda hasta cruzar. Luego, llenó la carretilla con 200 libras de cemento y la empujó cruzando de nuevo. Los espectadores estaban atónitos. Entonces, el equilibrista preguntó a la muchedumbre: “¿Cuántos de ustedes creen que podría hacer esto con un hombre en la carretilla?” Cantidades de manos fueron levantadas. Él dirigiéndose a un hombre con su mano levantada le dijo: “Muy bien caballero. Usted entre a la carretilla primero.” Bueno, el hombre desapareció sin dejar rastro. No es suficiente que usted diga que cree en Dios. ¿Está dispuesto a actuar según su creencia? Dios le llama a una relación personal con Él.
¿Responderá usted su llamado si Él le llama a servir en una choza en medio de África? ¿Qué si Él le manda a abrir su casa a los desamparados? ¿Qué si Él le llama a cuidar de huérfanos o viudas en una región remota de la China? ¿Qué si Él le llama a vender todo lo que tiene y mudarse al área más pobre de su ciudad para que aquellas personas puedan llegar a conocerle a Él? Si no está dispuesto a hacer estas cosas, pídale a Dios que le ayude a morir a sí mismo y vivir para ÉL.
NUESTRA SANTIDAD ES LA RESPUESTA A LA RECONCILIACIÓN CON EL SEÑOR.
“Porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo” (1 Pedro 1:16).
¿Por qué usted y yo debemos escoger el vivir una vida santa? Una razón es que anticipamos la segunda venida de Jesucristo. Cuando estamos esperando el regreso de Cristo en cualquier momento, debemos anhelar el ser limpios y santos, en preparación para verle. Por ejemplo, si usted supiera que Cristo regresa esta tarde, ¿piensa que se pondría en paz con Él? ¿Habría alguna persona con quien usted está disgustado, y desea reconciliarse? ¿Habría algunos pecados en su vida de los cuales debe arrepentirse?
Si su respuesta es afirmativa a cualquiera de esas preguntas, entonces actúe en fe, trayendo gloria a Dios por su obediencia.
GRACIAS SEÑOR POR SU PERDÓN, POR LA RECONCILIACIÓN.
“JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en Ti hay perdón, para que seas reverenciado” (Salmos 130:3-4).
Sansón, el poderosos hombre del Antiguo Testamento aprendió tres cosas acerca del pecado que compartiremos con usted hoy.
 1. Primero, el pecado le llevará más lejos de lo que quiere ir.
2. Segundó, el pecado lo mantendrá por más tiempo del que quiere quedarse
3 Tercero, el pecado le costará mucho más de lo que quiere pagar.
 Nunca ha habido un fracasado tan grande como Sansón, pero en su remordimiento, él empezó a pensar en el gran Dios que le amaba. Y pensó en el hecho de que Dios siempre está dispuesto a perdonar. No importa cuán grande, ni cuán horrible sea el pecado, Dios es mayor.
¿Tiene usted algún pecado al que no quiere renunciar? ¿Quiere tener victoria? ¿Desea perdón? Pídale a Dios que perdone su espíritu de rebeldía. Pídale fortaleza para arrepentirse. Deje que su Santo Espíritu trabaje su convicción, y entonces busque su perdón. Usted puede reconciliarse con Dios hoy. Hágalo ahora mismo.
DIOS NOS PIDE QUE NOS RECONCILIEMOS CON NUESTROS HERMANOS.
“Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” - (Mateo 5:24).
Jesús nos dice que debemos dejar nuestra ofrenda a un lado y hacer la paz con algún hermano enojado, antes de que podamos adorar. Nadie puede estar “bien con Dios”, y conscientemente estar mal con su hermano. Pero note que Jesús no está diciendo que usted necesita dejar su ofrenda e ir y reconciliarse con su hermano si es que usted tiene algo en contra de él (o ella), (vea Mateo 18:15-20). Aquí Jesús está diciendo que usted necesita “hacer la paz” con algún hermano o hermana que tiene algo en contra suya. Antes de que cante, antes de que ore, antes de que enseñe, antes de que ofrende, antes de que adore, la Biblia dice que primero debe reconciliarse con su hermano (a). No hay ofrenda sobre la tierra que pueda substituir el estar en paz con los otros.
De lo que usted sabe, ¿hay alguna persona que está guardando sentimientos negativos en su contra? Entonces, el Señor le dice: “Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano.”
Antes de que usted haga ninguna otra cosa, ahora mismo, este minuto, pídale a Dios que le enseñe si hay alguien con quien usted necesita reconciliarse. Luego, ¡vaya y hágalo!
LA CRUZ ES EL INSTRUMENTO UTILIZADO POR DIOS PARA QUE JESUCRISTO NOS RECONCILIARA CON SU PADRE.
JSECRISTO ES EL PUENTE DE AMOR.
Efesios 2:16: “Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.”
Arriba en el cielo está Dios Santo, abajo en la Tierra está el hombre pecador. Y el pecado es el abismo que nos separa. El hombre posee un vacío, por ello constantemente trata de alcanzar a Dios, mas él continúa rebotando en la muralla del pecado. Dios, al ver la situación conmovedora del hombre pecador, en su misericordia dijo: “Haré algo.” Dios envió a su Hijo el Señor Jesús, para abrir un camino. Y sobre los toscos troncos de la cruz, Jesús entregó su vida para que usted y yo pudiésemos vivir eternamente y vivir perdonados.
EL PUENTE DE LA RECONCILIACIÓN.
1. Jesús construyó un puente entre el hombre y Dios.
2. Es un puente que el hombre jamás hubiese podido construir.
3. Es un puente que el hombre nunca podrá derribar.
 Dios edificó una entrada que nosotros no podíamos construir... para nosotros... y para usted.
Dado que el Señor Jesús erigió un puente de amor para que usted se reconciliara con Dios, es su turno de construir un puente de amor para alguien que está perdido y busca el camino a Cristo.
TODA LA CREACIÓN FUE RECONCILIADA POR MEDIO DE JESUCRISTO.
BENDITA SANGRE DE JESUCRISTO EL SEÑOR.
 Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1: 120.
Hay gente que cree que la sangre de Cristo no nos salva. Vea 1 corintios 1: 18 “Porque la palabra de la cruz…” pablo predicaba de la cruz “… es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”
Cristo murió por nosotros. Pero por qué? ¿Qué debemos seguir viviendo en pecado? No; pero para que muramos al pecado y vivir a partir de ahora no a nosotros mismos, sino para él.
ES TIEMPO DE VIVIR PARA CRISTO, EN OBEDIENCIA, EN SANTIDAD Y BUSCANDO CADA DÍA SU PERDÓN.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).
La manera de enfrentar sus pecados es confesándolos. Eso quiere decir que usted comienza a estar de acuerdo con Dios en lo que Él dice acerca de su pecado. También usted necesita confidencialmente enfrentar su pecado. ¿Qué quiere decir esto? Usted tiene su propio abogado cuando va al despacho del Juez para ser sentenciado. De acuerdo a la Palabra de Dios, usted tiene un Abogado defensor. El diablo es el abogado acusador quien nos señala acusadoramente y dice, refiriéndose a nosotros: “¡Mírelo!” “¡Mírela!” Y Jesús, nuestro Abogado defensor, estando junto a nosotros dice: “Pero, Padre, mírame a Mí. Yo derramé mi sangre por él, por ella.”
Porque Jesús murió, nuestra deuda está ¡cancelada!¡Aleluya!
“Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
Lea Colosenses 3:5-10. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
3:6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
3:7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
3:8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
3:9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
3:10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
¿Hay algunos pecados en esta lista que debe confesarlos y arrepentirse? Si es así, ¡hágalo ahora mismo!

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