viernes, 21 de septiembre de 2018

LA FIDELIDAD DE DIOS EN EL PROCESO.


LA FIDELIDAD DE DIOS EN EL PROCESO.
"Roma no se construyó en un día." Escuché esto una y otra vez, debo haberlo oído cientos de veces en mi niñez, y la frase había empezado a disgustarme. Yo era joven e impaciente, con ansias de alcanzar mis metas. Pero ese fragmento de consejo siempre permanecía, como  un recordatorio contundente que las buenas cosas llevan tiempo y las cosas grandes exigen más tiempo todavía. A la larga finalmente estoy descubriendo que lo que dicen en cuanto a Roma es verdad. Y hablando de Roma, las palabras de Pablo a los creyentes del primer siglo que vivían allí son más ciertas que nunca: “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Romano 8:25). Dos palabras sobresalen al meditar en ese pensamiento: “esperamos. . . aguardamos. Y en esta área de la espera es que tenemos problemas. En cuanto a esto, varios ejemplos vienen a la mente.
- Criar hijos, pocos procesos exigen más paciencia, nosotros los padres, a menudo sentimos que repetimos instrucciones hasta perder el aliento. Muchas noches caemos en la cama y clamamos: “¡No funciona, Señor! ¿Por qué no podemos ver alguna mejora?” Y así, “esperamos. . . aguardamos.” Lo tomamos por fe, y sabemos que algún día la perseverancia rendirá sus frutos.
- Aceptar la derrota o fracaso, nuestro mundo está orientado hacia el triunfo; pero nuestro carácter se fortalece y cambia cuando tenemos que trepar la cima de un fracaso o derrota, mucho más que cuando flamea la bandera de la victoria. El dolor sigue siendo un maestro maravilloso, un profesor estricto pero fiel, si dejamos de lado y abandonamos el orgullo. Y así, de nuevo, “esperamos. . . aguardamos” en medio de nuestra derrota o fracaso, sabiendo que Dios está produciendo en nosotros una obra agradable.
- Vernos jóvenes, estoy completamente a favor de mantener la mente joven, el cuerpo fuerte y la percepción aguda, pero simplemente no puedo entender el enorme afán que hay en algunos de pretender y no aceptar que estamos envejeciendo. La última vez que lo examiné observe lo siguiente, la Biblia honra la edad (vivida en Cristo y con sabiduría) y habla con respeto de las canas. Cándidamente, es vigorizante pensar que estamos mucho más cerca de contemplar a nuestro Señor cara a cara: una verdad que “esperamos. . . aguardamos.”
Por lo tanto, si tiene problemas con sus hijos, está aceptando una derrota, o tiene que enfrentar alguna realidad en cuanto a la etapa de la vida en la que se encuentra, ¡Anímese! Mejor todavía, ¡Tranquilícese! Usted, como la Roma antigua, está todavía siendo edificado, está en proceso de construcción. La buena noticia es que usted, si dejo de lado el orgullo está ganando sabiduría en el proceso. Así que, compañeros romanos, sigamos esperando, sigamos aguardando, y con anhelo esperemos la fidelidad de Dios en el proceso.
Autor: Charles Swindoll.
ES BUENO SER MODELOS POSITIVOS, PARA LA IGLESIA Y TESTIMONIO PARA EL MUNDO.
- Consideré cada año de vida como una etapa diferente, no inferior. (Ec. 3:1, 11a)
- Reconozca  las ventajas de sus años vividos en Cristo, y decida con la sabiduría adquirida ayudar a otros, no se encierre en sí mismo/a  (Job 12:12 - Is. 32:8).
- Acepte los cambios físicos que le están ocurriendo y anhele cambios espirituales. (Is. 40:31 – 2 Co. 4:16)
- Haga una evaluación del propósito en su vida (Col 1:10). Si aun no lo ha hallado, persevere en su comunión y tiempo de oración.
- Colóquese metas para nuevos desafíos, especialmente espirituales. (1 Co. 11:1 – Ef.  5:1)
- Esfuércese por demostrar amor sincero en las relaciones interpersonales. (1 Co.  13:4–7)
- Concéntrese en demostrar amor a los demás de manera creativa. (Jn. 13:34)
- Decida aprovechar lo mejor posible el tiempo que Dios me da. (Sal. 90:12 – Ef. 5:16)
- Escuche la dirección de Dios diariamente en su devocional y a través de los mensajes en su iglesia. (Pr. 16:9)

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