jueves, 20 de septiembre de 2018

NOS ACOSTUMBRAMOS A ESTARNOS QUEJANDO Y DEJAMOS DE ACTUAR.


NOS ACOSTUMBRAMOS A ESTARNOS QUEJANDO Y DEJAMOS DE ACTUAR.
¿RECLAMAR O ACTUAR?
« ¡Nací en el infierno!»
Por Carlos Rey.
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:
«Llega una al punto de no saber qué está bien o que está mal. Al oír sus mensajes, yo veía un mundo posible en donde Dios es amor y todo el que ama a Dios es un ser humano nuevo, o por lo menos eso hacen creer.
»Yo nací en una familia cristiana... que se supone que su vida cambió al conocer a Dios.... Pero en los veintiocho años que tengo no he visto ningún cambio... ¿Cómo puedo creer en Dios cuando veo que mis padres son cristianos, pero no [en el trato] conmigo? Yo creo que Dios es amor, pero no veo ese amor en mis padres.... ¡Creo que, en vez de haber nacido en un hogar, nací en el infierno!»
Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga:
»Tiene usted toda la razón. Dios, nuestro Padre celestial, es amor, y se supone que todos los que dicen ser hijos suyos son seres humanos nuevos. Dios envió a su único Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz a fin de pagar el castigo que nosotros merecemos por nuestros pecados. Quienes deciden aceptar y seguir a Cristo van cambiando poco a poco. Se debe a que el Espíritu Santo, la tercera persona en la familia de Dios, viene a vivir dentro de nosotros. A medida que oramos y escuchamos a Dios hablándonos por medio de la Biblia, el Espíritu Santo nos cambia desde adentro hacia afuera.
»¿Entonces por qué no fueron cambiados sus padres? ¿Por qué a todos los demás les dieron la impresión de ser cristianos, mientras que usted sabía por experiencia personal que ellos en realidad no lo eran? ... ¿Por qué hay hipócritas, que dicen una cosa, pero hacen otra muy diferente? ... ¿Por qué hay personas en las iglesias en todas partes que pretenden ser algo que no son?
»... El solo hecho de entrar en una juguetería no es prueba de que uno tiene hijos. A todo el mundo se le permite entrar, y no sólo a las personas que tienen hijos. Así mismo, a todos se les permite entrar en una iglesia cristiana, aun cuando algunas de las personas no tengan una auténtica relación con Cristo.
»Su niñez fue una tragedia. ¡Cuánto siento que usted haya sufrido esa experiencia! Sin embargo, no se debió a que Dios decidiera que usted llevara esa vida. Fueron sus padres quienes decidieron cada día permitir o no permitir que el Espíritu Santo los cambiara. Ellos decidieron no orar personalmente y no buscar la voluntad de Dios mediante la lectura de la Biblia. Y decidieron no permitir que el Espíritu Santo los llenara del amor de Dios.
»Usted no está condenada a seguir el ejemplo de sus padres. Sí puede ser cambiada. Y sí puede experimentar el amor de Dios. Le pedimos a Dios que así sea.»
Y TÚ ¿QUÉ HARÁS?
Si describiéramos el mundo en el que vivimos, estoy segura que ninguno de nosotros utilizaría adjetivos como: justo, compasivo, amoroso, equitativo, pacífico, etc. Esas no son características de nuestras sociedades, sin importar donde vivas, seguramente no es un lugar perfecto.
Es cierto que el ser humano tiene el corazón endurecido, cegado por el pecado y se ha alejado de Dios y como consecuencia el sufrimiento es una de las características de nuestro mundo. Nada de eso es una novedad, pero ¿Nos conformaremos sólo con ver o reclamarle a Dios?
Hay una fábula árabe que cuenta que un día un hombre paseaba por el bosque cuando se encontró con un zorro herido. El pobre animalito se había roto las cuatro patas mientras intentaba huir de un cazador y estaba tal malherido que ni siquiera podía moverse para encontrar comida.
El hombre sintió lástima por el animal y decidió acercarse a él. Pero mientras lo hacía vio un gigantesco oso que se asomaba entre los árboles, arrastrando los despojos del animal que acababa de devorar. El oso pareció no estar  interesado el zorro y de hecho, dejó caer los restos y se dio media vuelta en busca de otro animal que llevarse a la boca. Los desperdicios cayeron junto al zorro, que se lanzó sobre la poca carne que quedaba con enorme ansiedad.
Al día siguiente, el hombre volvió al bosque. Una vez más, el oso había dejado un apetitoso bocado cerca de donde estaba el hambriento zorro y éste, nuevamente se había abalanzado sobre la comida. El tercer día, al volver al bosque, la escena era la misma.
El hombre reflexionó detenidamente sobre lo que había visto.
-Si Dios se preocupa tanto por el zorro - se dijo a sí mismo-, ¿cuánto más se preocupará por mí? Mi fe no es lo suficientemente fuerte, debo aprender a confiar en Dios con la misma intensidad que el zorro.
Acto seguido, el hombre se arrodilló en el bosque y, con la mirada puesta en el cielo, exclamó:
-Señor, el zorro me ha demostrado lo que es tener fe en ti. A partir de este momento me entrego a ti en cuerpo y alma. Confío en que cuides como el oso asiste al zorro. Dicho esto, el hombre se tumbó en el suelo a la espera de que Dios se ocupara de él. Transcurrió un día y no sucedió nada. El hombre empezó a tener hambre. Pasó otro día y seguía sin ocurrir nada. El hombre empezó a inquietarse. El tercer día, cuando aún no había ni rastro de Dios, el hombre se enfadó.
- Señor, quieres a ese zorro más que a mí. ¿Por qué no te preocupas de mí con lo mucho que yo confío en ti? ¿Por qué no me alimentas?.
Por fin, el hambre obligó al hombre a volver al pueblo. En una de las calles del pueblo, se topó con un niño hambriento. No pudo contenerse y le manifestó a Dios su ira:
-¿Por qué no haces nada para ayudar a este pobre niño?.
- Ya lo he hecho, respondió Dios. Te he creado a ti. Pero has decidido seguir el ejemplo del zorro y no el del altruista oso. Nosotros somos los responsables de cambiar nuestro entorno. Conocemos la verdad, somos libres, Dios nos ha provisto de habilidades, talentosos, dones y nos dará la fortaleza para hacer algo por los demás.
Si bien es cierto que Dios siempre provee y de formas milagrosas, como sucedió con Elías que fue alimentado por cuervos, en el caso de la fábula, un oso alimentaba al zorro herido, nosotros somos sus representantes en la tierra, debemos ser sal y luz para las personas, no podemos conformarnos con compadecernos del sufrimiento de la gente.
Es verdad que es una tarea difícil pero si no empezamos por nuestra casa, nuestro entorno, entonces será imposible. No necesitas decir nada, con tu testimonio, mostrando el amor de Cristo en tu vida puedes transformar a alguien.
Ya hay mucha gente culpando y reclamando a Dios por los males que aquejan a la humanidad, es hora de mostrar que el amor de Cristo cambia vidas y transforma realidades y que nunca se ha olvidado de nosotros.
Dios se ocupará de tus necesidades, tú ocúpate de mostrar el amor de Dios a otros.
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. Hechos 20:35.
Autora. Ana María Frege Issa.
Coordinadora Call Center.
SOMOS LLAMADOS A DAR FRUTO.
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” (Juan 15:1).
Cuando Salomón construyó el templo, utilizó 8.000 picapedreros. Ellos cortaron y cincelaron, dieron forma a las piedras, en las mismas canteras, antes de traer cientos y cientos de piedras al monte del templo. ¿Por qué? Porque Salomón no quería que se escuchara el sonido de martillos y cinceles en el sitio de la construcción del templo. De la misma manera, usted es parte de las “piedras vivas” de Su templo, y Dios lo está formando aquí, en esta cantera llamada Tierra. Y parte de ese “cincelar” llega en forma de persecución. Así que, no mire a sus perseguidores como a enemigos, sino como a picapedreros de Dios.
La próxima vez que alguien le critique, se burle de usted, o le insulte, ofrezca a Dios la siguiente oración: “Gracias, Señor, por traer a mi vida otro picapedrero.”
Amigo (a), le podemos asegurar que no es nada fácil el decir, sinceramente, una oración así. Pero recuerde: Dios le está cincelando para que sea lo que debe ser.
¡!BASTA LA GRACIA DE DIOS!!.
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” - (2 Corintios 12:9-10).
¿Alguna vez se ha sentido demasiado débil como para ganar la batalla? Amigo (a), pudiera ser que usted no sea lo suficientemente débil. Dios se identifica con nuestra debilidad obediente. Es cuando dejamos de “tratar” y comenzamos a “confiar”, que el poder de Dios se podrá manifestar.
Verá, su debilidad no es una desventaja; es, más bien, una ventaja. La batalla no es suya, ¡es del Señor! Si tan sólo pudiéramos aprender que Dios no necesita nuestra fortaleza. ¡Dios quiere nuestra obediencia! Dios tiene la fortaleza, y Dios quiere darle esa fortaleza sobrenatural en lugar de la suya. No es nuestra habilidad la que cuenta, sino nuestra “disponibilidad”. No es cuestión de su fama, sino de su fe. No es asunto de quién es usted, sino de a quién usted pertenece.
Usted puede pensar que hacer algo en sus propias fuerzas debe llenarlo de orgullo. No obstante, lea 1 Corintios 1:26-31. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1:30 Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
¿De quién o de qué debería usted ufanarse?
NO ES TIEMPO DE HACER JUICIO, SINO DE AMAR AL PRÓJIMO, COMO ASI MISMO.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1).
¿Qué cree usted que significa “la viga” en la pregunta que hizo Jesús: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3). ¿Cree usted que Jesús se refería a pecados tan horrendos como el adulterio o el asesinato? Si usted hubiera conocido a la multitud a la cual Jesús hablaba, sabría que éstas no eran las tentaciones con las cuales ellos luchaban. Verá, Él estaba hablando a los fariseos. “La viga” en sus ojos era su actitud hacia “la paja” que estaba en el ojo de su hermano. Eran arrogantes, orgullosos e hipócritas. Dios no quiera que nosotros nos volvamos como esos fanáticos religiosos que nada sabían de la amorosa humildad de nuestro Señor. Que Dios nos ayude a remover el aserrín de nuestros ojos antes de pensar jamás en juzgar a otros.
¿Quiere usted tener hacia los demás, la actitud de Cristo? Lea y obedezca Filipenses 2:1-16.
EL PENSAMIENTO ESTÁ UNIDO AL CORAZÓN.
Proverbios 23:7: “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.”
Había un letrero en un negocio que decía: “No somos lo que pensamos que somos; lo que pensamos, eso somos.” ¿Qué es lo que usted permite que entre en su mente y que por consiguiente controle su corazón, sus acciones y sus palabras? Dios lo hizo de tal manera que usted no puede pensar en dos cosas a la vez. Si usted está pensando en lo que es correcto, no puede pensar en lo incorrecto. Y cual sea su pensamiento, tal será usted. Guarde su mente. Concéntrese en el Señor Jesús. No permita que Satanás le quite su devoción total por el Señor Jesucristo. Permanezca enamorado de Jesús y de esa manera no habrá lugar en su mente para esos pensamientos sucios, pecaminosos, inicuos, lujuriosos y tentadores, llenos de orgullo, que nos bombardean a todos nosotros.
Empiece hoy activamente a organizar sus pensamientos y traerlos en obediencia a Cristo. Use (2 Corintios 10:5) derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
 Use Filipenses 4:8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
 Como un filtro por el cual usted pasa todo pensamiento.
“PUESTO LOS OJOS EN JESÚS”.
QUITE SU MIRADA DE LOS ANTIVALORES.
Salmos 25:15: “Mis ojos están siempre hacia Jehová.”
Una historia cuenta que Satanás subastaba sus herramientas. Tenía un precio bastante alto para el orgullo, la holgazanería, la arrogancia, el odio, la envidia y los celos. Sin embargo, había una herramienta bajo la cual puso un letrero que leía: “No está a venta.” Alguien le preguntó: “¿Cuál es esa herramienta y por qué no está a la venta?” Satanás le explicó: “Ésta me es imprescindible, no puedo venderla. Es mi herramienta principal, EL DESÁNIMO. Con ella, puedo abrir corazones y una vez dentro de éstos, puedo hacer casi todo lo que me plazca.”
¿Quiere que le digamos porqué se llega usted a desanimar? Se lo diremos en pocas palabras: porque, ¡HA QUITADO SUS OJOS DEL DIOS!
¿Está desanimado? Si no lo está, ¡alabe a Dios! Mas busque a alguien que lo esté y dele el ánimo que necesita en Cristo Jesús. Tal vez sea un vecino, un colega, o su cónyuge.
DIOS ES SUFICIENTE PARA SATISFACER TODAS LAS NECESIDADES DEL HOMBRE.
“Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmos 91:16).
Un día el pastor Rogers, estaba comiendo en un restaurante en Nueva York, cuando de pronto se abrió la puerta del restaurante y un hombre corrió hacia una mesa que recién había sido desocupada, y comenzó a comer desesperadamente las sobras dejadas por los clientes, antes de que los empleados del restaurante se dieran cuenta. El hombre se escapó, veloz como una ardilla. Sin orgullo. Sin que le importara lo que la gente pensara. Un hombre que se muere de hambre se desespera por conseguir alimento. Su enfoque es eso. Tiene un solo pensamiento en mente: dónde conseguir su próxima comida. A él no le preocupa la popularidad, posición social o posesiones materiales. Cuando una persona tiene suficiente hambre o sed, hará cualquier cosa para satisfacerse.
¿De qué tiene hambre usted, hoy día? ¿Es Jesús suficiente para satisfacer su apetito?
“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y a los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (Isaías 55:1).

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