EL PODER DE
LA ORACIÓN Y LA RESPUESTA DE DIOS A NUESTRAS NECESIDADES.
EL PODER DE
LA ORACIÓN.
Pero tú,
cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará. - San Mateo 6:6
Cuando Jesús
estuvo físicamente en la tierra, su prioridad siempre fue pasar tiempo a solas
con su Padre. Aunque Jesucristo era completamente Dios, también era enteramente
humano. Se vio sometido a una vida de impresionante presión y de continuas
persecuciones. Al llevar a cabo su ministerio tuvo que enfrentarse con una
creciente oposición, continuamente acosado e incluso teniendo hambre y sed.
Pero para poder manejar todo esto: Jesús se apartaba a orar. Él se retiraba a
solas para buscar a su Padre y tener comunión con Él.
Cada vez que
tengas que tomar decisiones importantes en tu vida, sigue su ejemplo, porque
solo de esa manera lograrás la victoria. Si se te hace difícil separar un
tiempo para estar a solas con nuestro Padre Celestial, recuerda que Él está
deseando y esperando estar contigo ¡No lo dejes esperando! porque ¡Nuestro
corazón se embellece en las manos del Señor!
Para llegar
a Dios solamente necesitas tres cosas muy importantes:
1. Doblar
tus Rodillas.
2. Cerrar tus Ojos.
3. Levantar tu Clamor.
En menos de "un minuto" puedes
llegar a alguien que está más allá del sol y más allá de todo. “Clama a mí y yo
te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.
Jeremías 33:3.
Charles
Spurgeon dijo: “La oración tira de la soga desde abajo, y la gran campana suena
arriba en los oídos de Dios”. Algunos difícilmente hacen sonar la campana,
porque oran con desánimo; otros sólo dan un tirón ocasional a la soga. Pero el
que se comunica con el cielo es el hombre y la mujer que toma la soga vigorosamente
y tira continuamente de ella con todas sus fuerzas”.
1. La Oración,
es para el Enfermo el Toque de Sanación.
2. Para el Necesitado,
La Chequera de Provisión.
3. Para el
que está Atemorizado una Segura Protección.
Un día sin
Oración es un día sin Bendición, y una Vida sin Oración es una Vida sin Poder!!
Autora:
Brisna Bustamante.
NO DEJEMOS
DE ORAR.
“Más el fin
de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro
4:7).
G. Campwell
Morgan fue un gran expositor de la Palabra de Dios, y alguna vez dijo: “Nunca
recuesto mi cabeza en la almohada sin pensar que tal vez antes de despertar, mi
mañana final haya llegado. Nunca comienzo a trabajar sin pensar que Él puede
interrumpir mi trabajo para hacer el Suyo.”
Cada noche,
al irnos a acostar, deberíamos decir: “Jesús puede venir esta noche.” Y cada
día al ir a nuestros respectivos trabajos, deberíamos pensar que ese día
pudiera ser el último día de trabajo para nosotros. Debemos estar apercibidos
para Su regreso.
¿Está usted
orando por el retorno de Jesús? Si usted le ama, debería estar anhelando Su
regreso y orando: “Sí, ven, Señor Jesús”(Ap. 22:20)
Si éste
fuera su último día sobre la tierra, ¿qué es lo que haría diferente? ¿Cómo
invertiría su tiempo? ¡Piénselo! Luego viva como si Jesús fuera a venir
cualquier momento. ¿Y sabe qué? ¡A lo mejor lo hace!
QUE CADA DÍA
HAGÁMOS NUESTRA TAREA PARA EL SEÑOR EN FORMA FIEL.
“¿Quién es,
pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que
les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su
señor venga, le halle haciendo así” (Mateo 24:45-46).
¡Oh!, que
Dios nos encuentre fieles y sin avergonzarnos de lo que hacemos en Su nombre.
Porque Dios es
digno de su lealtad.
Primera
Corintios 4:2: “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno
sea hallado fiel.”
¿Es usted
fiel? Cuando los tiempos se ponen difíciles, ¿es usted alguien con quien se
puede contar? Hoy en día, existe una gran carestía de integridad genuina y de
fidelidad entre los hijos de Dios. Es una burla. En la actualidad las palabras
de un hombre significan muy poco, ya sea en un pacto matrimonial o en un
contrato de negocios. Incluso los tratados entre naciones no parecen ser
fidedignos.
Nuestra
fidelidad es la base fundamental de nuestro carácter. Nunca conoceremos las
bendiciones de Dios si nuestro caminar carece de fidelidad.
Cuando usted
muera, ¿dirá la gente que usted fue fiel? ¿Fiel a su familia? ¿A sus amigos? Y
primordialmente ¿fiel a Dios?.
DIOS SIEMPRE
HA SIDO FIEL, SU MISERICORDIA NUNCA FALTA.
“Por la
misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus
misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones
3:22-23).
¿Sabe el
significado de Lamentaciones 3:22-23? Significa que a Dios nunca se le acaba la
compasión. ¿Alguna vez ha estado en las cataratas del Niágara? ¿Ha observado su
turbulenta y torrencial fuerza?
Cuando el
pastor Rogers las vio por primera vez pensó: “De seguro esa agua algún día se
secará.” Pero no ha sucedido así.
Amigo, más
grande que las cataratas del Niágara es la compasión del Señor. Su compasión
nunca falla.
En 1923,
Tomás O. Chisholm escribió uno de los grandes himnos de todos los tiempos. Esta
estrofa es un reflejo de esta verdad: “Oh Dios eterno, tu misericordia ni una
sombra de duda tendrá, Tu compasión y bondad nunca fallan, y por los siglos el
mismo serás.”
Alabe a Dios
cantando el himno “Grande Es Tu Fidelidad”, y medite en esta gran verdad.
“Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones” (Deuteronomio 7:9).
Cuando el
pastor Rogers hablaba acerca de la seguridad eternal, inevitablemente escuchaba
a alguien decir: “Bueno, tal vez sus pecados no podrán separarle de la mano de
Dios, pero Satanás sí puede.” Con todo respeto él respondía: “Perdóneme, pero
eso es una tontería. Si Satanás puede separarle de la mano de Dios, ¿por qué no
lo ha hecho ya? ¿No ha sido él “bueno” con usted?”
Sería una muy
extraña doctrina el decir que usted va a ir al cielo por la gracia del diablo,
¿no le parece? Dios nos salva. Dios nos guarda. Lo que ha sido sellado en la
eternidad jamás puede ser deshecho por los intentos de los hombres ni por las
artimañas del diablo.
¿Tiene usted
la seguridad en su corazón de que cuando muera, se irá al cielo? Si no la
tiene, pase algún tiempo hablando con Dios, ahora mismo. Pídale que le dé el
regalo de la fe, ahora mismo, para creer en la seguridad de lo que hizo Jesús
por usted, en la cruz, hace más de 2.000 años.
“Me postraré
hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad;
porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas” (Salmos
138:2).
Había un
hombre que amaba estudiar la Biblia, cuando encontraba algo que no entendía, le
preguntaba a su amigo Carlos: “¿Qué significa este versículo?” Un día, durante
su estudio bíblico, el Espíritu Santo le dijo: “¿Por qué no me preguntas a Mí?
Yo soy el que le enseño a Carlos.”
Gracias por
los eruditos que enseñan la Palabra de Dios, pero el mismo Dios que enseña a esos hombres y
mujeres, quiere enseñarle a usted también. Cuando lea la Biblia, pídale a Dios
que le ayude a contestar las siguientes preguntas:
1) ¿Hay una lección que debo aprender?.
2) ¿Hay
algún pecado que debo evitar?.
3) ¿Hay una bendición que disfrutar?.
4) ¿Hay alguna promesa que reclamar?.
5) ¿Hay algún nuevo pensamiento que debo
llevar?.
Lea el Salmo
138. Luego conteste dichas preguntas relacionadas con las Verdades en ese pasaje.
DEBEMOS
VIVIR EL DÍA A DÍA EN JESUCRISTO.
“Pelea la
buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos” (1
Timoteo 6:12).
Algunos de
los mayores fracasos espirituales que sufrirá se presentarán después de algunas
de sus mayores victorias espirituales. Jonás, Moisés y Elías lo aprendieron.
¿Por qué sucede esto? Porque estamos cansados y sentimos que podemos
deslizarnos cuesta abajo sin motor. Pensamos:“¿Acaso Dios no me bendijo y me
dio una gran victoria?”
Nos
olvidamos que el diablo es astuto. Él sabe exactamente cuándo hacernos una
zancadilla. Permítanos darle un consejo: Aunque el efecto residual de las
bendiciones de ayer le bendecirá, no puede viajar con las bendiciones pasadas.
Dios le creó de tal forma que no puede vivir por medio de experiencias; usted
debe vivir a través de Jesucristo un día a la vez.
¿Le ha
bendecido Dios con una victoria extraordinaria? ¿Qué va a hacer hoy para vivir
una vida digna de esa bendición y en lealtad a Aquel que le bendijo?
VIVIR
SIEMPRE EN LEALTAD CON DIOS.
“De modo que
los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel
Creador, y hagan el bien” (1 Pedro 4:19).
Permítame
hablarle de tres reacciones que usted necesita tener cuando enfrenta el
sufrimiento.
1. Primero,
debe regocijarse (vea 1 Pedro 4:13).
2. Segundo,
debe revisar su vida (vea 1 Pedro 4:17-18). “¿Estoy sufriendo por algo que he
hecho?” Si el Espíritu Santo le convence que su sufrimiento es el resultado de
su pecado, entonces necesita arrepentirse.
3. Tercero,
cuando revisa su vida y descubre que sus sufrimientos son por la causa de
Cristo, entonces, sencillamente confíe, descanse en Él (vea 1 Pedro 4:19).
Ya no es su problema, sino el problema de
Dios. En ese versículo vemos la palabra “encomienden”. Ese es un término
bancario que significa el poner algo en las manos de alguien más como depósito
seguro. Tenga plena seguridad que Dios cuidará de usted.
¿Cómo
reacciona usted, generalmente, cuando está enfrentando sufrimientos? Pídale a
Dios que le dé un plan para estar listo cuando el sufrimiento llegue: ¿qué
incluye eso? ¿Qué debe o no debe hacer?
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