martes, 18 de septiembre de 2018

EL SEÑOR DICE QUE VIENE PRONTO Y SU GALARDÓN CON ÉL.


EL SEÑOR DICE QUE VIENE PRONTO Y SU GALARDÓN CON ÉL.
“He aquí Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12).
APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO PORQUE LOS DÍAS SON MALOS.
La diferencia entre las personas no es que unas tienen más tiempo que otras. La diferencia es si usan el tiempo sabiamente. Usted dice: “Bueno, sólo estoy matando el tiempo. ”El “matar el tiempo” es cometer suicidio por grados. Se está matando usted mismo porque usted + tiempo es igual a vida. Ahora, eso no significa que usted va a estar ocupado cada minuto. Hay necesidad de tener un balance en la vida. Chequear con Dios primero antes de hacer planes y añadir actividades en su agenda. Asegúrese de que está haciendo lo que Dios quiere que usted haga. Cuando Jesús llegó al final de su vida, ¿sabe lo que Él dijo? “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese”(Juan 17:4).
¿Tiene usted una clara idea de lo que Dios quiere hacer por su intermedio hoy? Si no la tiene, pídasela ahora mismo. Deje que Él le guíe con su Espíritu y su Palabra a descubrir Su voluntad en su vida.
HAY UNA META PARA EL VERDADERO CRISTIANO, CRISTO JESÚS ES NUESTRA META.
“Prosigo a la META, al premio del supremo LLAMAMIENTO de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Pablo no quería fracasar. Él se esforzó con cada pulgada, con cada onza, con cada nervio, en fin, con cada parte de su cuerpo para ganar el PREMIO. Tenía ambición, pero era una ambición justa, santa. Dijo: “Quiero ganar el PREMIO, y voy a hacerlo. Voy a ser como un atleta que se niega a tener placeres mundanos. Voy a entrenarme como un atleta. Voy a estar en forma para el Señor Jesús. Voy a hacer todo lo que sea necesario para GANAR.”
Amigo (a), la Biblia claramente enseña que debemos ser ambiciosos, pero por la razón adecuada, y ésta es Jesús.
¡Que Dios nos libre de tener ambiciones diminutas y aspiraciones de corta duración!
Lea 1 Corintios 9:24-27. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
9:25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
9:26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
9:27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
¿Quiere usted ganar el PREMIO del cual habla Pablo? Entonces, ¿qué está esperando? Golpee su cuerpo, y hágalo su esclavo. Tenga cautivo cada mal pensamiento. Póngase la armadura y salga a la batalla.
Filipenses 3:14: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Cuando un corredor corre, él centra sus ojos en la meta. Él no mira a la gradería, ni a los otros corredores. Ni se examina a sí mismo. Él fija su mirada en la meta. Él no observa a nada más. La meta final es lo único que ve. Eso es exactamente lo que debemos hacer. La razón por la cual muchos creyentes fracasan en su carrera es porque no han aprendido a dejar de mirar las otras cosas. Ellos están tratando de ver en ambas direcciones a la vez y Santiago 1:8 enseña: “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Y Mateo 6:22 afirma: “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.”
¿En qué se ha enfocado hoy? ¿Le ha atraído el mundo a regresar a él y le ha seducido a alejarse de los mandamientos de nuestro Señor? Sírvase leer Mateo 28:19-20. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Esa es una meta.
“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Los atletas corredores se entrenan enfocados en una sola cosa: la meta final. Tienen un deseo, y no van a dejar que lo que sucede en las tribunas o graderíos, o quienes están detrás de ellos, los distraigan. Pablo tenía el mismo sentir. Él también creía que usted no puede ganar una carrera mirando sobre sus hombros hacia la izquierda o hacia la derecha. Usted  no puede ver lo que está adelante, si es que tiene las luces de su carro en el parachoques trasero. Pablo se olvidó de su gloria pasada, de sus errores pasados, de sus sinsabores del pasado. Pablo se rehusó a dejar que su pasado le impidiera alcanzar la meta. ¿Qué es lo que usted está haciendo en su carrera por alcanzar el premio de un caminar más íntimo con Dios?
Quedan sólo unos pocos días más en este año. Tome algunos minutos en los siguientes días para analizar cómo usted corrió la carrera este año. ¿Qué cambios quisiera usted hacer el próximo año, para desarrollar mejor su carrera?
Filipenses 3:14: “PROSIGO A LA META, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
A Satanás le encantaría desviarle del camino en el cual Dios le ha puesto. Dios tiene algo que quiere que usted haga y más le vale que no substituya lo mejor por lo bueno. Escudriñe qué es lo que Dios desea que lleve a cabo y no permita que el diablo lo distraiga. Al igual que el apóstol Pablo, usted necesita afirmar: “¡UNA COSA HAGO!” Llegue a conocer qué es lo que Dios quiere que realice y ¡HÁGALO con todas sus fuerzas para la gloria de Dios!
Tome unos minutos y escriba una declaración de la misión para su vida, enfocándose en la misión que usted piensa el Señor le ha llamado a hacer. Luego, escriba notitas con: “¡Una cosa hago”, y colóquelas en los lugares que le recordarán mantenerse enfocado en el llamamiento específico de Dios para su vida.
CORRER DE UNA FORMA LEGÍTIMA.
Lea 1 Corintios 9:24-27. ¿Quiere usted ganar el PREMIO del cual habla Pablo? Entonces, ¿qué está esperando? Golpee su cuerpo, y hágalo su esclavo. Tenga cautivo cada mal pensamiento. Póngase la armadura y salga a la batalla.
El pastor Rogers corrió su carrera. Asimismo Dios le ha dado a usted una carrera para correr. Cada persona corre su propia carrera. No estamos compitiendo unos contra otros para alcanzar la corona del vencedor. Estamos juntos en un peregrinaje. No tratamos de ir delante del otro. ¡Y estas son buenas noticias! Dios tiene un plan para su vida con particulares límites de velocidad, desvíos, y vallas que cruzar. Y usted tiene que permanecer en esta carrera hasta que la termine. Pero no está solo. Aunque no estamos en la misma carrera, estamos en el viaje juntos, para animarnos mutuamente para ganar. ¡Y deseamos que usted gane la corona de la victoria hoy¡ ¡Corra, mi amigo (a), corra!
Pídale a Dios que cubra sus pies con la preparación que proviene del evangelio de la paz (ver Efesios 6:15) 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
 Para que pueda correr la carrera con confianza. Ruéguele a Dios que dirija sus pasos para ir a lugares en donde pueda declarar el plan de salvación de Dios (vea Romanos 10:15) 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!. Y agradezca a Dios por la corona que le espera al final de la carrera, debido a Su poder en su vida.
DEMOS AMOR Y BONDAD Y RECIBAMOS UN GALARDÓN GRANDE.
Lucas 6:35: “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande.”
He visto calcomanías de parachoques que nos invitan a “mostrar actos de bondad indiscriminadamente”. Creo que es algo bueno. Más, ¿qué es bondad? Es amor en las pequeñas cosas.
Una mujer pasó al frente en una iglesia para entregar su corazón a Jesucristo, y el predicador quería saber qué había impactado su vida para Cristo. Ella le respondió: “Usted.” Entonces él le dijo: “En ese caso, me gustaría saber qué fue lo que dije que le trajo a Cristo.” Ella le explicó: “No fue nada de lo que usted dijo. Fue algo que usted hizo. Yo estaba cerca cuando escuché que alguien le criticaba injustamente. Vi la bondad con la que usted le respondió y supe que su fe era genuina.”
¿Qué acto de bondad indiscriminadamente puede hacer usted hoy que demostrará que su fe es genuina?
LLAMADOS A HACER PARTE DE LA GRAN COMISIÓN Y A APROVECHAR BIEN EL TIEMPO.
La Gran Comisión se hace con: 1. Los Pies de los que van.2.Las Rodillas de los que Oran.3.Ylas Manos de los que Dan.
“Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído” (Hechos 22:15).
¿Qué es lo más importante en su vida, hoy? ¿El mirar su diaria telenovela, o el invitar a su casa a un vecino no salvo y tener la oportunidad de hablarle de Jesús? ¿Es más importante para usted el reunir a sus amigos para jugar un partido de básquetbol o fútbol, o ir a visitar a su padre inconverso? ¿Le interesa más ir de compras, que sacar tiempo para leer la Biblia a una persona no salva, en un asilo de ancianos? Amigo, su tiempo se está terminando. Y usted no podrá testificar en el cielo. Esa es su responsabilidad y privilegio terrenal, ahora. Ninguno de nosotros sabe cuántos días, horas, o minutos de vida le quedan. Debemos aprovechar las doradas oportunidades que Dios nos da diariamente para testificar.
Imagínese que hoy es su último día sobre la faz de la tierra. ¡Pues vívalo como si en realidad lo fuera!
APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO.
Salmos 31:15: “En tu mano están mis tiempos.”
El gran regalo de Dios para usted es Jesús. Su segundo mejor obsequio es el tiempo. Cada segundo que vivimos es una dádiva de Dios.
¿Alguna vez se le ha ocurrido que para que usted cese de vivir, Dios no tendría que quitarle la vida? Todo lo que Dios tendría que hacer es dejar de dársela. Su tiempo está en sus manos. Usted es un administrador del tiempo que Él le ha dado. Tenemos 86.000 segundos en el día, ni uno más, ni uno menos. La diferencia es mayordomía.
Hoy es un día de revisión. ¿Cómo está usted aprovechando esos 86.000 segundos para la gloria de Dios? ¿Va usted rezagado o adelantándosele a Dios?
VIVIR SABIAMENTE, APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO.
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de verdad” - (2 Timoteo 2:15).
Cuando los hombres construyeron el Templo en el Antiguo Testamento, la Biblia nos dice que Dios les dio un espíritu de sabiduría. Algunos traductores lo han llamado un espíritu de “destreza o talento” porque estas palabras están fuertemente entrelazadas. ¿Sabe lo que es vivir sabiamente? Es vivir diestramente aprovechando su vida a lo máximo. Sea cual sea su trabajo ―un artista, un médico, un carpintero, un contador, un maestro o una madre― viva su vida con destreza. ¿Está pensando ir a un colegio vocacional o a una universidad a cursar una carrera? Entonces, no falle en estudiar y ganar conocimiento, pero recuerde esto: Todo nuestro conocimiento apartado de la sabiduría de Dios es sólo ignorancia espléndida.
¿Cuándo fue la última vez que estudió la historia del trasfondo de la Palabra de Dios? Vaya a una librería o a la biblioteca de su iglesia y estudie cómo las traducciones fueron descubiertas y pasadas a otras generaciones.

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