LOS
PRINCIPIOS Y LOS VALORES CRISTIANOS DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO.
1. LA
ENEÑANZA VIENE DE DIOS.
“El que
quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo
hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:17).
2. LA
RENDICIÓN A DIOS.
Hay un
principio absoluto que se enseña en las Escrituras que nos ayudará a conocer y
probar la voluntad de Dios. Es el principio de la rendición. Muchos de nosotros
tenemos absoluto temor de orar y decir: “Aquí estoy. Quito mis manos de los
derechos en mi vida, el deseo de casarme, tener una familia, vivir en una
bonita casa, tener un buen trabajo. Todo te lo entrego.” No nos acercamos a
Dios y le decimos: “Señor, muéstrame tu voluntad, y entonces decidiré si la
quiero hacer o no.” Nunca conocerá la voluntad de Dios de esa manera. ¿Hay algo
que usted no haría si supiera que Jesús quiere que lo haga? ¿Hay algún lugar al
que no iría si supiera que Jesús quiere que vaya? ¿Hay alguna cosa que usted no
diría, si supiera que Jesús quiere que la diga? ¿Hay alguna cosa que usted no
sería, si supiera que Jesús quiere que sea? ¿Hay alguna cosa que usted no
daría, si supiera que Jesús quiere que la dé?
Vuelva a
consagrar su vida a Dios hoy.
Rinda sus
derechos.
Humíllese usted mismo.
Entréguese por completo a Él.
3. HACER LA
VOLUNTAD DE DIOS.
¿Desea conocer
la voluntad de Dios para su vida? Haga una prueba: ¿cuánto tiempo dedica a la
lectura de la Biblia? ¿Piensa usted que Dios verdaderamente cree que queremos
conocer su voluntad cuando ni siquiera tomamos 15 minutos diarios para leer el
Libro sobre todos los otros libros, que Dios específicamente escribió para
mostrarnos, revelarnos y hacernos saber su voluntad?
El primer
paso para llegar a CONOCER la VOLUNTAD de Dios es el principio de entrega
total: SOMETER nuestra voluntad a la de Él.
El segundo
paso es el principio de las Escrituras. LEA su Palabra, medite en ella,
compártala y estúdiela. Cuando usted se SOMETE a su voluntad y LEE su voluntad,
llegará a CONOCER su voluntad.
HAGÁMOS ESTE
EJERCICIO DIARIO.
Determine
leer la Palabra de Dios por lo menos 15 minutos diarios por 30 días. Cuando
termine el mes, reevalúe lo que ha aprendido y pídale a Dios que le ayude a ser
obediente en sus lecturas bíblicas diarias de ahora en adelante.
4. CONOCER A
DIOS PERSONALMENTE.
“Desde el
principio Tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos” (Salmos
102:25).
El pastor Adrián
Rogers en una ocasión dijo: “He predicado el Evangelio del Señor Jesucristo por
más de 50 años, pero siento que sólo estoy en el umbral de descubrir a Jesús.
Quiero acercarme más y más a Él y aprender más y más de Él.”
¿Sabe usted
lo que Pablo dijo al final de su ministerio? “Que pudiera conocer a Dios”(vea
Filipenses 3:10). ¿Conoció él a Dios? Sí, pero sabía tan poco acerca de Él.
Permítame hacerle una pregunta: ¿Descubrió Cristóbal Colón América? Bueno, él
desembarcó en las playas de América. Con todo, aún hoy en día hay miles de
lagos sin nombres, bosques y muchos sitios que todavía no han sido
completamente explorados. Existe tantísimo en Cristo. Usted puede haber
“tocado” a Cristo, pero el plan de Dios es que usted le conozca a Él cada día
más y más.
Conozca a
Dios hoy. ¿Cómo hacerlo? Usted puede salir y descubrir a Dios afuera, en su
creación. Usted puede profundizar en su Palabra leyendo tal vez uno de los
profetas menores en el Antiguo Testamento. Usted puede sentarse ante Él, en
silencio reverente, mientras medita en su santidad.
5. EL
PRINCIPIO DE LA SANTIDAD.
“Porque Yo
soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios:
seréis, pues, santos, porque Yo soy Santo” (Levítico 11:45).
¿Es usted un
padre, o una madre? Entonces probablemente le ha pedido a sus hijos que hagan
algo, y ellos han preguntado: “¿Por qué?” Y, ¿cómo respondió usted? “Porque yo
te lo mando. ¡Punto!” Yo creo que hay momentos cuando los padres quieren que
sus hijos hagan algo, y necesitan explicarles sus razones. Es importante
enseñarles PRINCIPIOS para VIVIR, en vez de solamente órdenes y reglas. No
obstante, en ocasiones los hijos no son capaces de entender, así que la
respuesta que ya mencioné es una que simplemente comunica autoridad paternal.
Levítico es un libro lleno de leyes que nadie entendía lógicamente. Y sin
embargo, ¿se detuvo Dios para explicar la ley? No. Él sencillamente dijo: “Yo
soy el Señor, tu Dios.” Él está por encima de nuestra necesidad de
explicaciones, y merece nuestra total obediencia.
Medite en la
SANTIDAD de Dios, leyendo los Salmos 47 y 111.
6. EL PLAN
PERFECTO DE DIOS.
“Yo soy el
Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha
de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).
Un muchacho
estaba leyendo un día una novela de crimen y misterio, y se puso ansioso por
saber si la heroína sobreviviría. Para calmar su ansiedad, leyó el último
capítulo y descubrió que ella sobrevivió. Después, cuando leyó que el villano
estaba planeando algo malvado, se sonrió y pensó: “Si tú supieras lo que yo sé,
no estarías tan seguro y confiado.”
Los
cristianos conocemos lo que dice “el último capítulo”, y eso nos ayuda a
enfrentar el presente. Por cierto, las glorias del futuro pueden ayudar a
diluir las penas del presente. El oscuro destino de Satanás se lo describe en
Génesis, y es ejecutado en Apocalipsis.
¿Conoce a
alguien que podría beneficiarse de las Buenas Nuevas de salvación hoy?
Entonces, envíele este devocional. O mejor aún, comparta con ella o él este
devocional en forma personal.
7. LA PREEMINENCIA
DE JESUCRISTO.
“Y Él es la
cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que es el principio, el primogénito de
entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18).
Hay dos
comienzos en la creación: el primero ocurrió cuando Dios creó los cielos y la
tierra. Cuando Dios creó el primer comienzo, Él habló, y sin más esfuerzo, de
sus dedos salió este vasto e inconmensurable universo. ¡Qué sencillo fue para
Dios crear este universo! El segundo comienzo es cuando su criatura, el hombre,
se vuelve una nueva creación en Cristo (vea 2 Corintios 5:17). Cuando Dios nos
reconcilió por medio de su Hijo, se requirió cada gota de su sangre. No había
ninguna otra manera de ser salvo, aparte de la muerte de Jesús, el sacrificio
perfecto.
¿Qué
significa que Dios tenga preeminencia en su vida? Si usted le preguntara a su
vecino si Dios tiene preeminencia en su vida, ¿qué cree usted que diría? Más
aún: ¿saben ellos que Él es el Señor de su vida? Si no lo saben, ¿por qué no?
8. LA AYUDA
DEL ESPÍRITU SANTO EN NUESTRAS ORACIONES.
Romanos
8:26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos indecibles.”
Hay una
antigua canción cuyo coro dice: “Solamente continúa orando, hasta que
vislumbres la luz.” Cuando no tiene deseos de orar, es cuando verdaderamente lo
necesita. Necesita orar hasta que sienta deseos de orar. Verá, usted no está
orando solo. El Espíritu está orando a través de usted y por usted, ayudándole
a presentar sus peticiones al Padre: peticiones que tal vez usted ni siquiera
puede expresar. No se acerque a Dios con sus manos llenas de desplante
emocional. Por el contrario, acérquese con sus manos y corazón llenos del
incienso dulce del valor de Dios. Solamente continúe orando.
¿Cuán
importante es la oración en su vida? ¿Bendice sus alimentos o hace una oración
corta antes de dormirse cada noche? Tome un tiempo hoy para hablar con el
Señor.
9. EL VALOR
DE NUESTRO RESCATE.
Primero
Pedro 1:18-19: “Que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo.”
Un día el
Dr. Rogers estaba platicando con una persona que trabaja en bienes raíces, y le
preguntó: “¿Qué es lo que determina el valor de una propiedad?” Él le contestó:
“Lo que una persona está dispuesta a pagar por ella.” No importa lo que usted
pagó por ella. Es lo que estaría otra persona dispuesta a pagar para que esa
propiedad le pertenezca. ¡Eso da deseos de gritar!
Usted y yo
debemos valer algo si el pago de Cristo Jesús fue su vida para que fuésemos
suyos. Jesús es la prueba de cuándo valemos nosotros para Él.
¿Sabe cuánto
pesa? Llame a un joyero o vaya donde un banquero y pregúnteles cuál es el valor
de su peso en oro. Ese monto ni siquiera se compara a su valor en sangre pagada
por Jesús.
10. EL VALOR
QUE YO LE DOY A LA OBRA DE JESUCRISTO.
“Porque esto
es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados” (Mateo 26:28).
En 1829,
George Wilson fue encontrado culpable de asesinato, y condenado a la pena de
muerte. Pero algunos amigos de Wilson solicitaron al entonces presidente Andrew
Jackson que le perdonara. Jackson otorgó el perdón, y el documento fue
entregado en la prisión a Wilson. Para sorpresa de todos, Wilson dijo: “Yo voy
a ser colgado.” Nunca antes nadie había rechazado el perdón, por lo tanto las
Cortes de justicia no sabían qué hacer. Las discusiones llegaron hasta la Corte
Suprema, y el Juez John Marshall dictaminó lo siguiente: “El perdón es un
pedazo de papel, el valor del cual depende de la aceptación por la persona
implicada. Si él no acepta el perdón, entonces debe ser ejecutado.”
Amigo (a),
Dios le ama y desea perdonarle, pero si usted le rechaza a Él y su perdón,
entonces morirá y se irá al infierno. Entréguese por completo a Él, y reciba
hoy mismo el regalo gratuito de Su perdón.
¿Se ha
arrepentido usted de sus pecados y creído en la obra expiatoria de Cristo, al
Él derramar su sangre en la cruz? El ser “bueno” no lo llevará al cielo,
solamente Jesús lo hará.
11. EL PODER
QUE DIOS NOS HA DADO.
“Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de PODER, de AMOR y de DOMINIO
PROPIO” (2 Timoteo 1:7).
Dios nos ha
DOTADO con su PODER y nos ha enriquecido con su AMOR. Pero no sólo eso: Él nos
otorgado DOMINIO PROPIO, significa disciplina y auto-control. Y junto con eso,
está la habilidad de discernir entre lo verdadero y lo falso. Frecuentemente,
el diablo nos sorprende corriendo de las sombras. Proverbios 28:1 dice: “Huye
el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león.”
¿Ha oído
alguna vez acerca de las “fobias”? De eso está hablando este versículo. Debemos
quitar la máscara de oscuridad de las maquinaciones del diablo y exhibirlas por
lo que son, y ver las cosas que tienen valor en la eternidad. Dios le ha dado a
usted DOMINIO PROPIO al confiar en su Palabra, y no en las artimañas del
diablo.
¿Alguna vez
se ha puesto a la defensiva? ¿En alguna ocasión le han dicho que se disgusta
por cualquier cosa? Si su respuesta es afirmativa a una de estas preguntas, una
de las razones es que tiene temor de que la gente se aproveche de usted. Tiene
un espíritu de temor. Vuelva a leer la meditación bíblica de hoy, y pídale a
Dios que le dé la fe para creer y aplicar hoy esta verdad en su vida.
12. EL
ARREPENTIMIENTO VERDADERO, QUE PRODUCE GOZO EN MÍ Y EN EL CIELO.
“Así os digo
que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un #pecador que se arrepiente”
(Lucas 15:10).
Las monedas
son acuñadas con un propósito. Deben ser gastadas, atesoradas, valoradas, pero
no perdidas. Cuando una moneda se pierde, no sirve de nada para su propietario,
ni para quien la hizo. No importa cuán valiosa sea intrínsecamente. Si se pierde,
se pierde. ¿Qué vale más en lo más profundo del océano: una barra de oro de
cientos de dólares, o una moneda de cobre de 5 centavos? Tanto y en cuanto
permanezcan en el fondo del océano, tienen el mismo valor. La gente perdida es
como plata perdida; mientras está pérdida, él o ella está fuera de circulación.
Dios le creó a usted con un propósito. Él quiere que esté en circulación, para
que gaste y sea gastado para Su gloria.
Piense
acerca de las relaciones que tiene en su familia, su vecindario, su comunidad.
Pídale a Dios que le ponga en circulación como Su sal y Su luz, para decirles a
otros acerca de la salvación por medio de Jesucristo.
13. UN DIOS
PERFECTO.
“Él es la
Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de
verdad, y sin ninguna iniquidad en Él; es justo y recto” (Deuteronomio 32:4).
El trabajo
de Dios es perfecto. Todas las cosas que Dios hace son perfectas. Su trabajo es
perfecto. Nuestros trabajos tienen fallas y errores. Incluso lo mejor que el
hombre puede hacer, es imperfecto. Tome una aguja de coser, que parece tan
perfecta y brillante. Póngala bajo un microscopio y afine el enfoque hasta que
pueda ver el intrincado detalle de esa aguja. ¿Qué es lo que verá? Usted verá
lo que parece ser la corteza áspera y resquebrajada de un árbol. Ahora, ponga
bajo el microscopio el pétalo de una rosa, y se maravillará al observar un
mundo microscópico de delicado diseño, porque el trabajo de Dios es perfecto.
Él nunca comete un error.
¿Usted se
siente hoy como “una equivocación”? Pídale a Dios que le otorgue un especial
ungimiento de Su presencia. Y recuérdese las siguientes cosas: “No soy un
error. Soy creado a Su imagen. Estoy en las palmas de Su amorosas manos y bajo
el amparo de Sus alas. Soy escogido y amado por el Señor Dios, para cumplir con
un propósito especial.”
14. EL
CONTENTAMIENTO, TENGO LO SUFICIENTE.
“Te alabaré,
oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre”
(Salmos 86:12).Salmo 23:1. Jehová es mi pastor; nada me faltará.
¿Qué es lo
que le proporciona gozo hoy? Usted dirá: “El Señor me hace feliz.” Bueno, pero
¿cómo sabe usted que no es el bonito carro que tiene? ¿O su novia o novio? ¿O
su buena apariencia física? ¿O su cuenta bancaria? ¿O su popularidad?
Le diremos
cómo puede saberlo: por el proceso de eliminación. Si Dios le quitara su salud,
su hogar, su trabajo, y aun así usted tiene gozo, entonces sabe que es Jesús.
Si usted pierde el gozo cuando pierde cualquiera de las cosas mencionadas, usted
es un idólatra porque de ahí es de donde obtiene su gozo. No queremos decir que
no esté temporalmente triste y disgustado cuando pierde algunas de esas cosas,
pero si el gozo desaparece de su vida, usted no estaba obteniendo su gozo del
Señor. Usted nunca sabrá que Jesús es todo lo que necesita, hasta que Jesús sea
todo lo que tiene.
Es tiempo de
chequear su corazón: ¿en verdad ama a Dios con todo su corazón? Vuelva a
dedicar su vida a Él, hoy. Rinda cada milímetro de quien es usted y de lo que
tiene, a Él. Si es necesario, pídale perdón por haber cometido idolatría.
15. EL
PRINCIPIO DE LA OBEDIENCIA.
“Muéstrame,
oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y
enséñame, porque Tú eres el Dios de mi salvación; en Ti he esperado todo el
día” (Salmos 25:4-5).
Cuando obedecemos
a Dios, somos una bendición para otros. Usted no puede obedecer a Dios sin que
esa obediencia se derrame en bendiciones para los que le rodean. Lo mismo es
verdad en lo negativo. Cuando desobedecemos a Dios, quebrantamos no sólo el
corazón de Dios, sino también el corazón de los que están a nuestro alrededor.
Tal vez usted está rompiendo el corazón de su papá, de su mamá, de su esposa,
de su esposo o de su mejor amigo, porque está desobedeciendo a Dios, en vez de
dejar que el gozo de Jesús se manifieste en usted.
¿Por qué
obedece a Dios? Le obedece por su propio bien, para alegría de los demás, pero,
primordialmente, para Su gloria.
Ore: “Señor,
con todo mi corazón, con todo lo que soy, quiero conocerte. Quiero que nuestra
relación sea muy íntima y que mi fe crezca. Límpiame y renuévame para que pueda
ser todo lo que Tú quieres que sea.”
16.
CONFIANZA ABSOLUTA EN DIOS.
“ENCOMIENDA
a Jehová tu CAMINO, y confía en Él; y Él hará” (Salmos 37:5).
Muchos dicen
que han consagrado sus vidas al Señor, ¿pero en verdad lo han hecho? El
salmista nos desafía a ENCOMENDAR nuestro CAMINO al Señor. La palabra
“encomendar” en este pasaje tiene la idea “hacer rodar una carga” hacia el
Señor. Minnie A. Steele en 1908 escribió un himno, se titula: “Recuerdo cuando
mis cargas rodaron lejos.” El primer verso dice: “Recuerdo cuando mis cargas
rodaron lejos; las había cargado por años, noche y día. Cuando busqué al
bendito Señor, y creí en Su palabra, entonces, de inmediato, mis cargas rodaron
lejos.” Amigo (a), ¡esa mujer sí que sabía de lo que estaba hablando!
Lea el Salmo
55:22: “Echa sobre Jehová tu carga, y Él te SUSTENTARÁ; no dejará para siempre
caído al justo.” Haga rodar sus cargas hacia el Señor. Entréguele totalmente
todo a Él.
“Guarda
silencio ante Jehová, y espera en Él. No te alteres con motivo del que prospera
en su camino, por el hombre que hace maldades” (Salmos 37:7).
No nos gusta
mucho la palabra “espera”, ¿verdad? Corremos sin parar sacando, por decirlo
así, los rábanos de la tierra para ver cómo están creciendo y los volvemos a
enterar. No esperamos.
El profeta
Isaías nos dice: “Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y
por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es
Dios justo; bienaventurados todos los que confían en Él” (30:18).
Amigo (a),
usted no puede “apurar” a Dios, porque Él no está interesado en el tiempo. Está
interesado en lo que hacemos con el tiempo. Así que deténgase, mire, espere y
confíe. Dios sabe lo que está haciendo.
Agradezca a
Dios por el proceso de “esperar”. Déle graciasa Dios que ha escuchado cada una
de sus oraciones, que no se ha olvidado de usted. Agradézcale por esta
oportunidad que le ha dado de crecer y confiar en Él, por Su soberanía, y
porque Él sabe mejor que usted lo que necesita y es mejor para su vida.
17. EL
PRINCIPIO DE NUESTRA FE.
“Que sois
guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5).
Los
creyentes son “guardados” por el poder de Dios. La palabra “guardados” en 1
Pedro 1:5 es un término militar, y literalmente significa ser “protegidos”;
como los soldados protegiendo una fortaleza. Piense que el poder de Dios es
como una fortaleza, y usted está adentro. Ahora, ¿cómo se siente? Completamente
seguro, ¿verdad? Muchas personas tienen la idea de que nosotros mismos nos
mantenemos seguros, protegidos. Amigo (a), Él nos guarda, nos protege.
Un padre
estaba cruzando una calle con su pequeño hijo. El niño tenía su mano en la mano
de su padre. De pronto, las luces del semáforo cambiaron, y los carros
comenzaron a moverse. El padre alzó a su pequeño, lo puso entre sus brazos y
cruzó rápidamente la calle para escapar del tráfico. Esa es la manera en que
Dios nos guarda. El Salmo 37:24 es una promesa: “Cuando el hombre cayere, no
quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano.”
Usted está
en las manos de Dios. Escriba eso en una tarjetita, y póngala donde pueda verla
y meditar en eso durante todo el día. Ahora, pregúntese a usted mismo:
“Sabiendo esto, ¿puede cualquier cosa, esta semana, cambiar esa verdad?”
“Así que la
fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17).
¿Alguna vez
se ha preguntado por qué algunas personas parecen tener tanta fe, otras una fe
débil, y otras no tener ninguna fe? ¿Es Dios injusto? No, “Dios no hace
acepción de personas” (vea 2 Crónicas 19:7). Él ha dado a cada ser humano una
medida de fe (vea Romanos 12:3).
Entonces,
¿qué es fe? Permítanos primero decirle lo que NO ES la fe. Fe no es pensamiento
positivo u optimismo. Fe no es un “sentir” que puede hacer algo. Fe no es una
corazonada o el mirar el lado brillante de las cosas. Fe es recibir una palabra
de Dios y actuar de acuerdo a esa palabra.
Verá, usted
puede recibir una palabra de Dios y creer esa palabra. Eso es creer. Pero
cuando usted actúa de acuerdo a esa palabra, eso es fe. Fe es creer, ¡pero con
piernas! Hoy es el día en que usted puede poner sus pies de fe sobre las
promesas de Dios y decir: “¡Esa promesa es mía!”
18. LA
DEFENSA DE NUESTROS PRINCIPIOS, VALORES Y NUESTRA FE.
“Sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15).
Esté listo a
dar una respuesta razonada cuando alguien le pregunta acerca de su fe. En el
Seminario, esto se llama Apologética El término “Apología” procede de una
palabra griega que significa ‘defensa’, como al defenderse ante una corte.
¿Puede usted
defender su fe? No es sólo suficiente “demostrar” su fe; usted debe también
“defender” su fe. Si usted está con alguien que se está muriendo, y esa persona
le pide que comparta su fe con él, o ella, ¿podría hacerlo? Necesita estar
listo. Necesita ser razonable. Necesita estudiar la Palabra de Dios y saber lo
que dice acerca de la salvación, el pecado, el cielo y el infierno. ¿Está usted
listo? Si no lo está, prepárese hoy mismo. No hay mejor tiempo.
¿Sabe usted
por qué cree? ¿Sabe qué cree? Si no, entonces es tiempo de invertir seriamente,
cada día, en el estudio de la Palabra de Dios, y pedirle que le muestre la
verdad. Pídale a Dios que envíe a un creyente maduro en la fe que pueda discipularle,
y comprométase a una vida de amor a Dios y de compartir Su verdad con otros. Es
la razón por la que está aquí en la tierra.
19. NUNCA
QUITAR NUESTRA MIRADA DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
¿Qué
significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe? La palabra griega
para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el
Príncipe de nuestra fe. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y
significa que Él es quien “completa” nuestra fe. Jesús pagó el precio, para que
usted pudiera ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su
ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo
correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y
corre la carrera a través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos
solos!
Adore a Dios
en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como
un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar
su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
20. MORIR Y
VIVIR PARA CRISTO.EL BAUTISMO ES UNA ILUSTRACIÓN.
“Sepultados
con Él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con Él, mediante
la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Colosenses 2:12).
En ocasiones
la gente pregunta: “¿Por qué los líderes y pastores sumergen a las personas
cuando las bautizan?” Porque eso es lo que la Palabra de Dios enseña. Cuando
usted está sumergido en el agua, esa es una ilustración de su muerte y
sepultura. Cuando usted sale del agua, ese es un cuadro de su resurrección. Si
alguien muere y le lleva al cementerio, y sólo echa un puñado de tierra sobre
el ataúd, ¿podría decir que, realmente, le ha enterrado? ¡No!
La misma
palabra “bautizo” significa “inmersión”, y al diablo no le gusta eso. Su
bautismo es un servicio fúnebre, por así decirlo. El baptisterio es una tumba
líquida y el que viene a lamentar en ese funeral es el diablo, porque usted va
a resucitar para vida eterna.
¿Ha sido
usted bautizado? Quiero decir, ¿realmente bautizado?
Si aún no lo
ha hecho, ¿qué está esperando? Hable con el pastor de la iglesia a la cual
asiste, y fije una fecha hoy para su bautismo.
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