miércoles, 26 de septiembre de 2018

EL AMOR DE DIOS SI ES ETERNO Y EL NUESTRO QUÉ?


EL AMOR DE DIOS SI ES ETERNO Y EL NUESTRO QUÉ?
“EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS”.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su hijo en propiciación por nuestros pecados... Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. 1 Juan 4:10,19.
UN AMOR HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE.
Cuando una pareja se promete amor eterno, expresa que en los momentos de alegría, salud y prosperidad estarán juntos pero también en las situaciones de tristeza, enfermedad o pobreza. Declarando así que su amor es más fuerte que cualquier adversidad y que sabrán sobrepasar cada una de ellas. Al empezar un matrimonio, se es consciente que vendrán los problemas pero el deseo es estar listos para enfrentarlos y superarlos. Sin embargo con el pasar de los años vemos como muchos matrimonios se acaban al pasar por estas dificultades y muchos argumentan que se acabo ese amor que lo podía todo.
 Lamentablemente lo mismo ocurre con nuestro amor hacia Dios. Cuando todas las cosas van bien, podemos amarle, seguirle y buscarle, sin embargo cuando llegan los problemas, argumentamos que Dios no nos ama, pues si lo hiciese no estaríamos pasando por eso. Reducimos el amor de Dios a las bendiciones, prosperidad y felicidad pero cuando vienen los momentos difíciles, sencillamente concluimos que el amor se a cabo y culpamos a Dios por todo aquello que no anda bien en nuestras vidas.
De acuerdo a la palabra de Dios, esa no es la forma en que Dios manifiesta su eterno amor por nosotros, no podemos medir su amor porque todo sea color de rosa, sino en que ha tenido misericordia de nosotros, a pesar de nuestras muchas rebeliones. No olvidemos que aunque hemos sido infieles, Él permaneces fiel y que aunque fallamos Él nunca nos dejará ni nos desamparará, aun cuando dudamos que Él está allí, y lo herimos con nuestra indiferencia, su amor nunca cambia.
Necesitamos entender el amor de Dios, para poder disfrutarlo a su plenitud, no minimizarlo a prosperidad económica, felicidad sentimental o nada por el estilo, sino el saber que Dios nos amó primero y no esperó nada a cambio. Debes estar listo para las tormentas que atravesaras en tu caminar con Dios, recordando que Él te llevara de la mano derecha y te mostrara el camino que debes andar, sobre todo recordar siempre que su amor sobrepasa las cosas materiales, ya que te regaló una salvación que nada en este mundo te puede arrebatar, y con ella un pase a la eterna felicidad y sumo gozo. No permitas que tu amor por Dios se apague, pues el suyo nunca menguara. Oremos para llegar a amar a Dios como Él nos ama, con un amor incondicional, en las buenas y en las malas.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3. (RVR1960)
Autora: Dilean Canas.
EL VERDADER AMOR DEL Discípulo.
“Y el que no lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27).
La cruz no solamente nos salva, sino que continúa santificándonos. ¿Ha leído lo que Jesús dijo? “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34b).

Mucha gente piensa que esto significa que nuestra “cruz” es una enfermedad, o un cónyuge incrédulo, o un jefe déspota. Sin embargo, una cruz no es algo puesto a la fuerza sobre usted y sobre lo cual no tiene ninguna opción. La cruz es algo que usted volitivamente acepta. Jesús puso su vida voluntariamente, y nos pide que hagamos lo mismo. Su cruz es cuando usted voluntariamente muere a sí mismo, y realiza esto al decir “¡No!” al pecado y a su ego, y “¡Sí!” a Cristo.
Ofrezca esta oración de entrega Dios hoy: “Padre, perdóname por ponerme yo en primer lugar, y Tú en segundo. Perdóname por no tomar mi cruz para seguirte. Dame la gracia de morir a mí mismo, y de morir para aquellas cosas en mi vida que no traen gloria para Ti, y mantenme muy cerca de Ti.”
EL AMOR DE DIOS, ES UN AMOR SIN LÍMITES.
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” (Isaías 64:6).
No existe ni uno bueno. Ni uno solo. Si usted pidiera a cada ser humano en el planeta tierra que ponga en una taza todas sus cosas buenas, no habría en esa taza ni siquiera lo suficiente para salvar a una sola persona.
Isaías 64:6 dice que “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” a los ojos de Dios. La cruz de Jesucristo es nuestra única esperanza. Sin Jesús, usted tendrá que enfrentar la ira de Dios. Jesús pagó la deuda de su pecado que la justicia de Dios requiere, y ahora, como Su hijo, usted comparte Su justicia.
En 1906 Jessie Brown Pounds escribió estas palabras: “Necesito ir al hogar por el camino de la cruz; no hay ninguna otra forma, sino ésta. Nunca podré ver las puertas de luz, si es que pierdo el camino de la cruz.”
¿Cómo se ve a usted mismo, este momento? ¿Digno? ¿O indigno? ¿Qué es lo que dice Juan 3:36, 5:24 y Romanos 3:23-26?
SOLO DIOS SALVA.
“Yo, Yo Jehová, y fuera de Mí no hay quien salve” (Isaías 43:11).
Se requiere más del poder de Dios para salvar a una alma a través de la cruz de Cristo, que lo que se requiere para cualquier otra cosa. Dios no tuvo ninguna dificultad creando el universo. La Biblia nos dice que Él habló, ¡y sucedió! Pero cuando Dios escribió la historia de la salvación, tuvo grandes dificultades.
En una ocasión el pastor Rogers dijo: “¿Qué si yo realizo un servicio y tengo el poder de enderezar las piernas de los inválidos, o de devolver la vista a los ciegos? ¡En el próximo servicio no habría dónde poner a la gente! Ahora, por cierto que deseo que Dios sane a las personas, pero déjeme decirle algo más. ¿Qué, si después de que predique un mensaje, una niñita pasa al frente para decir que Dios le ha salvado? ¡Ese es un milagro mayor que abrir los ojos de los ciegos, porque el Hijo de Dios tuvo que colgar en una cruz, en agonía y derramar Su sangre, para comprar la salvación de esa pequeña!”
Jesús no vino como un gran sanador o profesor. ¡Él vino como Salvador!¿Cómo usted definiría lo que sucede cuando Dios salva a una persona? ¿Podría ponerlo en palabras? Pídale a Dios que le muestre, en Su Palabra, lo que significa la salvación, y luego trate de explicarlo con sus propias palabras. Y compártalo con alguien más esta semana.

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