jueves, 7 de enero de 2016

EL ENDEMONIADO GADARENO FUE SANADO Y PERDONADO Y ENVIADO A PREDICAR. Lucas 8:26-39.

EL ENDEMONIADO GADARENO FUE SANADO Y PERDONADO Y ENVIADO A PREDICAR. Lucas 8:26-39.
Mateo 8:29 – 9:1 y Marcos 5:1-20 también documentan este incidente. El relato de Mateo es más corto e incluye a dos demoníacos, mientras que el relato de Marcos se parece más al de Lucas. Ambos Marcos y Lucas lo presentan.
Esta historia, que también se halla en Marcos 5:1-20 y Mateo 8:28-34, es para Lucas el desarrollo y el cumplimiento de la misión de Jesús que él mismo planteó en 4:18-19 —“a pregonar libertad a los cautivos” y “poner en libertad a los oprimidos” (repitiendo palabras de Is 61:1-2, 58:6).
La historia del endemoniado gadareno es extraña.
¿Qué hacía Jesús en esa región? ¿Realizó su propósito echando a los demonios del hombre? ¿Envió a los demonios en los cerdos para hacer una declaración sobre leyes judíos alimentarios? ¿Cuál es el simbolismo del hombre que vive entre los sepulcros? Para mí, esta lección evoca más preguntas que respuestas. No puedo esperar contestar a todas las preguntas, sino que sí pienso que hay varias maneras en que se puede aplicar esta lectura a una comunidad de la iglesia. Exploraré tres puntos aquí.
Primero: Jesús arribó a la comunidad en el lugar donde vivió el paria.
Segundo: Los que apacentaban los cerdos se preocupaban más por sus ingresos que un miembro de su comunidad.
Tercer: El hombre que había sido curado se fue, y dijo a todo el mundo qué grandes  cosas ha hecho Dios contigo" Este relato se encuentra dentro de una modalidad narrativa que podemos llamar de “expulsión de demonios”. Tienen por objeto mostrar la fuerza de Jesús sobre poderes invisibles, pero que operan afectando la realidad humana, los que son llamados “espíritus” o “demonios”. No podemos extendernos ahora en una consideración detallada de este tema, que ha tomado gran auge en ciertos círculos y denominaciones cristianas. Hoy en día, la visión moderna positivista del mundo descree de la existencia de tales fuerzas, y menos aún que puedan ser entes con propia voluntad. Sin embargo, otras concepciones también vigentes, postulan, de distintas maneras, la presencia de fuerzas, energías, poderes, etc. que se corresponden con lo que se llamaban demonios (daimones) en los tiempos bíblicos. No todos lo asocian con fuerzas malignas, aunque entre los cristianos que se guían por tal concepción siempre se ven estas fuerzas como opuestas al señorío de Cristo. cosas había hecho Jesús para él.

LUCAS 8:26. LA TIERRA DE LOS GADARENOS.
Esta tierra está “delante de Galilea” tanto espiritual como geográficamente. Es tierra de gentiles, y es el único relato en este Evangelio donde Jesús viaja a territorio gentil.
LUCAS 8:27. NO VESTÍA VESTIDO Y VIVÍA ENTRE LOS SEPULCROS.
El hombre vive entre los sepulcros, desnudo y como un animal. Hasta los animales viven en familias o rebaños, pero este hombre vive solo. Judíos piensan de las tumbas como morada de los demonios y las consideran inmundas. Puercos, por supuesto, también son inmundos y aborrecibles para los judíos (Lev. 11:7; Deut. 14:8).
La referencia a demonios nos incomoda. Descartamos los demonios como una creencia primitiva, algo como creer en un mundo plano. “En nuestro día, nos hemos acostumbrado a atribuir calamidades y desordenes a las fuerzas de la naturaleza más que a los problemas mentales o emocionales que llevamos en nuestro interior. El remedio no es el exorcismo, sino consejería o medicamentos”.
Pero no debemos apresurarnos a clasificar los malestares espirituales como si fueran de carácter médico o social. Cualquier lectura de historia contemporánea revelará una maldad tan abrumadora que nos pondríamos cegueras si lo llamáramos por cualquier otro nombre. ¿Era Hitler un hombre mentalmente turbado o simplemente malvado? ¿Se hubieran solucionado mejor los problemas de Stalin con terapia o con exorcismo? ¿Podría un psiquiatra o farmacéutico haber encaminado bien a Idi Amín? ¿Habría Pol Pot sido menos matador si hubiera gozado de mejor educación?
LUCAS 8:28-29. RUÉGOTE, NO ME ATORMENTES.
Los discípulos preguntaron, “¿Quién es éste, que aun á los vientos y al agua manda, y le obedecen?” (8:25), pero, irónicamente, los demonios conocerán a Jesús como “Jesús, Hijo del Dios Altísimo” (8:28). Los demonios son poderosos – de manera peligrosa – pero su solicitud a Jesús (“no me atormentes”) demuestra que saben que Jesús es aún más poderoso.
Los vecinos Gergesenos del demoníaco le mantenían preso con cadenas y grillos, pero los demonios le ayudaron a escapar. Sin embargo, la libertad que los demonios le dan es una libertad falsa. Solo sirve para aumentar la deshumanización y el aislamiento del hombre. Corre desnudo e inconteniblemente, una presencia incontrolable y temerosa, y vive entre los muertos en vez de los vivos.
Hoy podemos ver un fenómeno similar entre aquéllos cuyas adicciones les destruyen física, mental, emocional, social, y espiritualmente. Como el demoníaco, viven marginados – en las calles o bajo los puentes – aislados de la comunidad. Son libres de trabajos de 9 a 5, y códigos de vestir – libres de pagos de alquiler y reparaciones de coches – libres de no obedecer las normas culturales. Pero, en lo que verdaderamente cuenta, son los menos libres de todos nosotros.
“Anotemos el valor total de Jesús al tratar con el hombre... Sus compañeros estaban... aterrorizados de él,...pero Jesús se le enfrentó con calma y sin temor”. Cristianos, fortificados por Cristo, a menudo enfrentan grandes peligros con gran valor.
El demoníaco (o los demonios que hablaban por su voz) le suplica a Jesús que no le atormente (v. 28), porque Jesús ha mandado a los espíritus inmundos que salgan de él (v. 29). A pesar de lo horrible que nuestros demonios sean, estamos acostumbrados a ellos y nos cuesta dejarlos ir. Consejeros conocen la frustración de trabajar con gente que se aferra a sus demonios – gente que, a pesar de su miseria, rehúsa cambiar su comportamiento auto-destructivo. Vemos este principio funcionando en congregaciones cristianas, descontentos por su inhabilidad de atraer a gente nueva pero que, al mismo tiempo, se aferran a las viejas costumbres que les mantienen marginados.
LUCAS 8:30-31. ¿QUÉ NOMBRE TIENES?
Una legión es una patrulla romana de unos seis mil soldados, y simboliza las “fuerzas de ocupación romanas cuyo poder era abrumador y cuya presencia significaba una pérdida de control sobre cada dimensión de su propia sociedad”.
“Legión” (v. 30). La respuesta del demoníaco nos demuestra la capacidad de las fuerzas en contra de Jesús – muchas y poderosas. También revela que el hombre ha perdido su identidad a sus demonios. Lleva su nombre y está bajo su poder. “Lo único que quedaba era una lucha hirviente de fuerzas en conflicto. Era como si una legión romana batallara dentro de él”.
Eruditos mencionan una creencia primitiva que el conocer el nombre de una persona puede conferirle poder sobre esa persona, y sugieren que Jesús le pregunta al demonio su nombre para ganar el poder sobre ellos. Jesús, sin embargo, no necesita su nombre para ganar poder. Él ya tiene poder sobre ellos – el poder del “Hijo del Dios Altísimo” (v. 28) – éste es un hecho demostrado por los demonios cuando le ruegan a Jesús que no les atormente (v. 28) o que les mande al abismo (v. 31).
La palabra griega (abusson), traducida como “abismo” en v. 31 se traduce como “pozo sin fondo” en el libro de Revelaciones (Rev. 9:1; 11; 11:7; 17:8; 20:1, 3), y es el lugar donde las fuerzas demoníacas han de ser exiliadas para que ya no puedan regir sobre seres humanos. Los demonios del demoníaco le piden a Jesús que no les “mandase ir al abusson.” Esto sugiere que el abismo es un lugar que ya conoce – su hogar natural, quizá. Pablo utiliza la palabra abusson para hablar de la morada de los muertos (Rom. 10:7).
LUCAS 8:32-33. SE ARROJARON AL LAGO Y SE AHOGARON.
 Ya que Jesús no permite que los demonios permanezcan en el hombre, le preguntan si pueden residir en otros seres vivientes. Los puercos son lo más lógico, puesto que ya se consideran inmundos (Lev. 11:7; Deut. 14:8). Jesús se lo permite, pero los puercos no les pueden salvar. En vez, la presencia demoníaca les hace correr hacia su propia destrucción (y así causando la destrucción de los demonios) en el abismo del mar.
Gente moderna tiende a preocuparse por el desastre económico que representa la muerte de los puercos para sus dueños y también por el destino de los mismos animales. A los autores de los Evangelios, sin embargo, poco les preocupaban los puercos o sus dueños. Para ellos “el asunto espiritual de esta historia es mucho más importante que sus asuntos monetarios .Los autores del Evangelio vieron esta historia como el liberar a un hombre de la esclavitud que vivía bajo los demonios. La liberación del demoníaco y la sentencia de los demonios era su primera preocupación”.
LUCAS 8:34-37. TENÍAN GRAN TEMOR.
“Hallaron sentado al hombre de quien habían salido los demonios, vestido, y en su juicio, á los pies de Jesús” (v. 35). Esta imagen de “después” se contrasta dramáticamente con la imagen de “antes.” Este hombre que antes era “agitado del demonio por los desiertos” (v. 29) ahora se sienta pacíficamente a los pies de Jesús. Estaba desnudo, pero ahora está vestido. Había sido controlado por un comportamiento salvaje y auto-destructivo, pero ahora está “en su juicio.”
• Por un lado, Jesús ha llevado a sus vecinos, los dueños de los puercos, a la bancarrota y no están seguros de quién les seguirá. “Los Gergesenos no alaban a Dios porque un hombre ha sido sanado; están calculando el costo y les parece demasiado alto”.
• Después está el asunto de un poder incontrolable a su alrededor. Como el fuego, puede ser beneficioso, pero también puede destruir. ¿Qué hará Jesús ahora? ¿Cómo les afectará?
• También existe el asunto de la rutina alterada. Como el demoníaco, los Gergesenos están acostumbrados a tratar con demonios. Sí, el hombre estaba loco, pero vivía fuera de la vista de todos y entre las tumbas. Ahora que está “vestido, y en su juicio” (v. 35), tendrán que encontrar un lugar para él en su aldea. ¿Le dará su familia la bienvenida? ¿Se habrá vuelto a casar su mujer? ¿Habrán hecho sus hijos las paces con su ausencia? ¿Cómo se ganará la vida? ¿Volverá a ser peligroso? ¿Se enamorará de él alguna de sus hijas? ¡Jesús resolvió un problema pero abrió la puerta para mil nuevos!.
Claro que ésta no es la primera vez que este Evangelio presenta a gente temerosa en la presencia del poder de Dios. Los pastores se aterrorizaron al aparecer los ángeles (2:9). Los discípulos temían cuando Jesús calmó los mares – temían aún más su poder sobre el mar que el poder del mar sobre ellos (8:25). Las mujeres en la tumba temieron al enfrentarse con dos hombres en ropas resplandecientes (24:5).
“Había sido salvado aquel endemoniado” (griego: esothe – de sozo – salvado) (v. 36). Lucas presenta esto como el sanar del hombre entero – físico, mental, emocional, social, y espiritual. Jesús ha salvado a este hombre en todas las maneras que él lo necesitaba.
“Entonces toda la multitud... le rogaron que se fuese de ellos; porque tenían gran temor” (v. 37). Mientras que podemos entender su miedo, nos da pena su respuesta. Tienen una elección – no deben permitir que su miedo dicte sus decisiones. Los pastores temerosos no les pidieron a los ángeles que se fueran. Los discípulos temerosos no le pidieron a Jesús que dejara su barco. Los Gergesenos podían celebrar el poder de Dios a su alrededor pero, en vez, satisfacen su miedo.
“Y él, subiendo en el barco, Volvióse” (v. 37). Jesús no se impondrá sobre gente que está  indispuesta.
LUCAS 8:38-39. MAS JESÚS LE DESPIDIÓ.
38Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo: 39Vuélvete á tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
SEÑOR QUIERO SERVIRTE DESDE HOY LE DIJO AQUEL HOMBRE.
EL SEÑOR LE DIJO, VUELVE A TU CASA.
Una vez libre de sus demonios, el hombre ya no teme a Jesús, y le ruega que le permita irse con él. Jesús, sin embargo, le manda a su casa para que predique a la gente que mejor le conoce – para hacerse “un misionero local”. Jesús, por lo tanto, comisiona a este gentil aún antes de comisionar a los doce.
A diferencia de otras ocasiones en las cuales Jesús le manda a la persona sanada o liberada que mantenga silencio, aquí le dice al hombre que vuelva a su casa y cuente las obras de Dios. Probablemente es porque siendo territorio gentil, no existía el peligro de que se formara un movimiento popular para levantarse contra Roma de manera violenta en el nombre de Jesús. Este mandato sirve como el precedente para la misión hacia los gentiles que Lucas describe en el Libro de Hechos.
CUENTA  A LA GENTE LO QUE DIOS HA HECHO EN TU VIDA. PREDICA EL AMOR DE JESUCRISTO A LOS TUYOS.
Las instrucciones de Jesús para este hombre no se parecen a su práctica general de decirle a la gente que mantenga silencio después de ser sanada. El testimonio de este hombre será un ministerio continuo entre los gentiles, que todavía no están preparados para recibir a Jesús entre ellos, pero que tampoco pueden ignorar el cambio en la vida de este hombre.
ES EL MOMENTO DE DAR TESTIMONIO DE NUESTRA CONVERSIÓN AL EVANGELIO Y LA ENTREGA DE NUESTRA VIDA A JESUCRISTO.
El hombre obedece, proclamando “cuán grandes cosas ha hecho Dios conmigo” (v. 39). A menudo nos sentimos empujados hacia una vocación que no es la que hubiéramos escogido. En estos momentos es importante escuchar con cuidado y obedecer la llamada a la que hemos sido llamados. Es mejor ser un portero en la casa del Señor que ser un príncipe o princesa en cualquier otro lugar – a no ser que Dios nos haya llamado para ser príncipe o princesa.
EN RESUMEN PODEMOS DECIR:
Ni los demonios ni los cerdos tuvieron oportunidad de salirse con la suya. El poder de Jesús los sometió. El poder de Jesús habría de enfrentarse con los poderes malignos —sean los demonios o sea el imperio. Y no sería a través de la fuerza o la violencia, sino por el simple testimonio del hombre restaurado. Cuando nos sentimos tentados con usar la violencia o la opresión en contra la injusticia o en contra de los que nos resisten, hemos de recordar que la victoria de Jesús no es ganada por los métodos de César, sino por la Palabra y al último, por la cruz.
Jesús tiene autoridad para librar al hombre de los demonios y los manda a entrar a los cerdos. Recordemos que para mucha de la audiencia judía de los evangelios, los cerdos representaban inmundicia y el mundo gentil. Los cerdos se precipitan hacía el lago y mueren. De manera dramática, se nos señalan algunas cosas:
CONCEPTOS PARECIDOS: ROMA PODER MALIGNO Y PECADO- DEMONIO.
 El poder opresor, explotador, y violento (Roma) tiene detrás de sí un carácter demoníaco; esta potestad es incontrolable (v. 29). Solamente el poder de Dios a través de Jesús puede dar auxilio ante esta opresión; este poder tiránico está destinado a la muerte y al abismo; Jesús no solamente tratará con Roma, sino que limpiara la inmundicia de la faz de la tierra.
                         


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