LA MAYOR
PRUEBA DE LA FE ES ESPERAR SIEMPRE EN EL SEÑOR.
ESA ES UNA
PRUEBA PARA ABRAHAM Y PARA CADA UNO DE NOSOTROS.
Abram y
Sarai no tenían hijos. Aunque Dios le había prometido a Abram un hijo, todavía
a los 85 años de edad estaba sin hijos. En ese tiempo, «dijo entonces Sarai a
Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a
mi sierva (Agar); quizá tendré hijos de ella» (Génesis 16:2). A los 86 años de
edad, Abram recibió un hijo, Ismael, de Agar.
Después del
nacimiento de Ismael pasaron trece años (16:16; 17:1). Entonces Dios le habló a
Abram otra vez y le dijo: « . . . Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de
Mí y sé perfecto. . . . Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu
nombre Abraham . . . Y estableceré mi pacto entre Mí y ti, y tu descendencia .
. . Mas Yo estableceré Mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este
tiempo el año que viene» (17:1-21).
Abraham
tenía entonces 99 años de edad y Sara tenía 90 años de edad, y a su edad era
imposible, hablando como humano, tener hijos. Pero Dios le había revelado a
Abraham: «Yo soy el Dios Todopoderoso . . . », que significa — el Único que es
todo suficiente. Por medio de Abraham, Dios nos enseñaría cómo es que nuestra
fe puede fortalecerse cuando Él dijo: «Porque Yo sé que mandará a sus hijos y a
su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y
juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de
él» (18:19).
Una de las
mayores pruebas de nuestra fe en esta vida es esperar en el Señor. Puede que
tome dos semanas, dos años, o como en el caso de Abraham, 25 años. El Espíritu
Santo guio al apóstol Pablo a escribir sobre esta fe de Abraham, cuando nos
dice que Abraham estaba: « . . . plenamente convencido de que (Dios) era
también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su
fe le fue contada por justicia» (Romanos 4:21-22).
Dios le
había dicho a Abraham: «. . . anda delante de Mí y sé perfecto» (que significa
— dedicado a Dios) (Génesis 17:1). Nosotros también tenemos una gran
responsabilidad en nuestro pacto y relación con Dios. «Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro» (Hebreos 4:16).
LA GRAN
PRUEBA ES ESPERAR EN EL SEÑOR Y LA MAYOR ALEGRÍA VER LA RESPUESTA DE DIOS.
La gran
prueba de nuestra fe es esperar en el Señor, pero el resultado siempre es lo
mejor que Dios tiene para nosotros.
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