UN NUEVO AÑO
DE BUENAS NOTICIAS.
No más malas
noticias.
Apartado
para el evangelio de Dios. Romanos 1:1.
Millares de
bebitos nacen cada día en un mundo lleno de malas noticias. Las palabras malas
noticias han llegado a ser una expresión común y corriente para describir
nuestra época.
¿Por qué hay
tantas malas noticias? Es sencillo. La mala noticia que ocurre a mayor escala
es solamente la multiplicación de lo que está ocurriendo en el ámbito
individual. El poder que contribuye a las malas noticias es el pecado.
Con tantas
malas noticias, ¿puede haber alguna buena noticia? ¡Sí! Las buenas noticias son
que puede resolverse el problema del pecado. No hay que ser egoísta. Pueden
mitigarse la culpabilidad y la ansiedad. Hay sentido para la vida y esperanza
de vida después de la muerte. El apóstol Pablo dice en Romanos 1:1 que las
buenas nuevas es el evangelio. Es las buenas nuevas de que puede ser perdonado
el pecado del hombre, puede quitarse la culpabilidad, puede tener sentido la
vida y una esperanza futura puede ser una realidad.
LA MEJOR
NOTICIA ES QUE DIOS NOS HA APARTADO PARA ÉL Y PARA SU OBRA.
Separados
para Dios. Separación Divina.
Escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo. 1 Pedro 1:16.
¿Sabe que no
puede servir a Dios a menos que sea apartado? En la Biblia, esa palabra se
refiere a ser apartado para una tarea o un propósito específico.
El Señor le
dijo a Moisés: "De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en
ofrenda" (Nm. 15:20). Dios quería que los primeros frutos de la tierra
fueran separados para honrarlo.
El Señor
también dijo "Yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para
que seáis míos" (Lev. 20:26). Dios tomó a la nación de Israel y la apartó
de todas las demás naciones para su gloria.
En cada uno
de estos pasajes en la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento),
la palabra se refiere a la separación de la manera más completa. El apóstol
Pablo sabía que una vez que fue llamado como apóstol, fue desconectado de su
pasado. Cuando Pablo era el más ferviente fariseo, fue apartado o separado, de
las tradiciones del pueblo judío (Fil. 3:5). Ahora podía afirmar que era un
fariseo apartado para el evangelio de Dios.
¿Está
apartado usted de su vida anterior?
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