LA
INVITACIÓN DEL REY JESUCRISTO A LA GRAN CENA CON LA IGLESIA.
Jesús en una
de sus visitas a un Gobernante Fariseo les Enseñó. Lucas 14: 1-4.
14:1
Aconteció un día de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un
gobernante, que era fariseo, éstos le acechaban.
14:2 Y he
aquí estaban delante de él un hombre hidrópico.
14:3
Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y a los fariseos, diciendo:
¿Es lícito sanar en el día de reposo?
14:4 Más
ellos callaron. Y él, tomándole, le sanó, y le despidió.
Texto: Lucas
14:15-24: « Al oír esto, uno de los
que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo ¡Dichoso el que coma en el
banquete del reino de Dios! 16 Jesús le contestó: Cierto hombre preparó un gran
banquete e invitó a muchas personas.17 A la hora del banquete mandó a su siervo
a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo.” 18 Pero todos,
sin excepción, comenzaron a disculparse.
Introducción:
En esta
Parábola, tenemos una gran enseñanza por parte de nuestro SEÑOR JESUCRISTO. El
ejemplo es el Reino de los Cielos y el llamamiento que Dios hace a todas las
naciones sin importarle raza o condición social, a la Gran Cena, según nos
narra el Texto que hemos leído en Lucas, y a la Boda de Su Hijo, según el
Evangelio de Mateo. La Boda es un símbolo de las Bodas del Cordero que todo
creyente estará presente en el Cielo, lo cual toda persona es llamada a asistir
al recibir la invitación para ser Salvo. Nadie puede asistir a las Bodas del
Cordero, o a la Gran Cena, sin que haya aceptado a JESÚS como Salvador
Personal. Trataremos los siguientes Puntos:
(1) La Invitación a su Pueblo.
(2) La Invitación a todos los Pueblos y
Naciones.
(3) Las excusas.
(4) No hay infiltrados en el Cielo.
(5) Muchos los llamados y Pocos los escogidos.
Lección:
1. La Invitación a su Pueblo. — Hay una
conexión en esta historia sobre el llamado de Dios al Pueblo Judío. Los judíos
como nación, rechazaron a JESÚS. El Evangelio de Juan 1:11 y 12 dice: «Vino a
lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.12 Más a cuantos lo
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de
Dios.»
a. El rechazo de ellos no los ha excluido del
llamado para ser salvos.
b. Ahora veamos la invitación general en el
siguiente punto.
2. La Invitación a todos los Pueblos y
Naciones. — El rechazo de un Pueblo, produce una invitación general. Esa
invitación es a todos los pueblos y naciones. Incluye a Su Pueblo Israel
también.
a. En el versículo 21 donde dice que el Padre
de Familia, o el Rey, según el Texto de Mateo, da la orden que inviten a todos.
Esta invitación es universal. Noten que invitan a los enfermos, a los lisiados,
a los pobres. En los tiempos Bíblicos, eran los que no eran deseados. Eran
gente sin nada. Algunos eran mendigos. Pero el llamado de Dios es sin acepción
de personas. En Mateo 22:10 dice: «Así que los siervos salieron a los caminos y
reunieron a todos los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de
invitados el salón de bodas.»
b. Noten como el llamado es a buenos y malos
también. En toda sociedad se puede
distinguir dos tipos de personas por su carácter moral. Delante de Dios TODOS
necesitamos arrepentirnos y alejarnos del pecado. Dios llama a todos al
arrepentimiento y a la conversión. El apóstol Pedro les dice a la gente reunida
que le preguntan qué pueden hacer: «Arrepiéntase y bautícese cada uno de
ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó
Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.» (Hechos 2:38).
c. Sigamos con el siguiente punto que es muy
importante.
3. Las excusas. — Noten que en ambos Textos,
la gente da excusas a la invitación. Es normal que cuando uno hace una fiesta,
no todos pueden asistir. Habrá muchos que tendrán excusas legítimas. Pero los
humanos somos buenos para dar excusas, aun cuando no existen. Eso lo vemos aún
más en las cosas espirituales donde la gente da todo tipo de excusas para no
asistir a la Iglesia, y aun para no aceptar la salvación. Veamos algunas de las
excusas que dice el Texto de Lucas que hemos leído, y que son las mismas que la
gente ha dado por dos mil años.
a. “He
comprado un terreno y necesito ir a verlo”. – Como si no hubiera tiempo para ir
en otra ocasión.
b. “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a
probarlos”. — Otro que ofrece una excusa sin razón. Sean las yuntas de bueyes,
o el negocio, o el automóvil que se tiene que probar, son solo excusas.
c. “Me he casado”. – Otra excusa muy común.
¡No tengo tiempo!
d. El Texto de Mateo 22:8 dice que “ellos no hicieron caso y se fueron:
uno a su campo, otro a sus negocios.” — La excusa de los negocios que también
ha sido tan común.
e. Como Pastor, conocí un miembro de la
Iglesia que había dejado de asistir. Al hablarle por teléfono me dijo que no
tenía tiempo. Este hombre tenía 14 perros en su casa, y según él, no podía
dejarlos solos para asistir a la Iglesia. Lo chistoso del caso es que esta persona
vivía casi pegado al Templo. Solamente necesitaba cruzar la calle para llegar.
f. Pero hay otros que tienen excusas en cuanto
a las cosas que ellos nunca quisieran dejar. Algunos dicen que dejar la
cerveza, o dejar el whiskey, o el vino, es algo que no pueden o no quieren
hacer. Dejar de ir al casino, o dejar las relaciones sexuales ilícitas, y la
lista sería también bien larga.
i. Otras excusas son sobre lo difícil que se
hace ir al Templo. O seguir el Evangelio es duro.
g. El fin de todo el tema de las excusas, es
que son una mentira del diablo. El Evangelio no es difícil. El dejar el pecado
no es ningún sacrificio. El que una persona deje la borrachera, u otro vicio, o
el juego, o el sexo ilícito, no está dejando nada bueno. Puede que le cueste
dejar el alcoholismo o cualquier otro vicio por las consecuencias que el mismo
vicio produce, pero no es ningún sacrificio. Al contrario, dejar el pecado es
lo que produce vida Eterna.
h. Si analizamos la Eternidad, no hay nada que
debe estorbar el estar presente en las Bodas del Cordero con nuestro SEÑOR
JESUCRISTO. El no tener tiempo para Dios, nos excluye de la Eternidad con Él.
Sigamos con el siguiente punto.
4. No hay infiltrados en el Cielo. — Mateo
22:10-13 dice: «Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos
los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el salón de
bodas. 11 »Cuando el rey entró a ver a los invitados, notó que allí había un
hombre que no estaba vestido con el traje de boda.12 “Amigo, ¿cómo entraste
aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se quedó callado.13 Entonces el
rey dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la
oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.”»
a.
En
el Texto que hemos leído, podemos ver que el lugar de la Gran Cena se había
llenado. Hay un vestuario que la gente típicamente debe usar en una boda. Así
en el Cielo todos los presentes estarán vestidos de ropas dignas que solamente
Dios nos puede dar. La Justificación por la Fe solamente la puede dar Dios. La
limpieza que Dios hace en nosotros después del arrepentimiento al santificarnos
lo hace Él solamente. Nadie puede llegar al Cielo a través de otra forma, o de
otra persona. JESUCRISTO dijo en Juan 14:6: «Yo soy el camino, la verdad y la
vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.»
i.
Para
ir al Cielo hay que arrepentirse de los pecados, y aceptar a JESUCRISTO el Hijo
de Dios como Salvador Personal.
b.
Noten
el castigo al que no estaba vestido de bodas. «Átenlo de pies y manos, y
échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.”»
(Versículo 13).
c.
Concluimos
con el último punto.
5. Muchos los
llamados y Pocos los escogidos. — Aquellos que son llamados y rehúsan aceptar,
morirán en sus pecados.¹ Los escogidos son los que aceptan el llamado de Dios
para ser salvo. No es una coincidencia que usted esté aquí en esta noche. Nadie
viene por primera vez a una Culto de hogar o al Templo, por casualidad. Dios
nos llama a todos al arrepentimiento y a la salvación. Aquellos que responden
al llamado, son escogidos para asistir a la Gran Cena o la Gran Boda del Hijo
de Dios con Su Iglesia.
a. Podríamos decir
como el gran predicador del siglo 19, D.L. Moody, que dijo que él había fallado
a muchas citas importantes en su vida, pero que había una cita que él estaba
seguro que iba a cumplir y era la de asistir a la Gran Cena con Dios. Las Bodas
del Cordero y Su Iglesia. Solamente los que han lavado sus pecados en la Sangre
de JESUCRISTO podrán asistir a esa Gran Cena.
6. RESUMEN:
a. Todos somos
invitados a la Gran Cena, las Bodas del Cordero. Los que aceptamos la
invitación, somos escogidos para estar presente.
b. Nadie puede
llegar a ese Banquete por sí mismo, solamente por el arrepentimiento y la
sangre de JESUCRISTO.
Salmo 119:105.
"Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi
sendero."
HOY HAY UNA GRAN INVITACIÓN Y UN LLAMADO PARA USTED.
¡Qué grande bendición la de poder gozar de todos los manjares
espirituales que Dios ha preparado para nosotros! El perdón de pecados, la
salvación, la paz verdadera, la santificación, la justificación, su protección,
y desde luego, el poder gozar de la vida eterna cuando el venga. No obstante,
dicen los versos 22 y 23: “Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar.
Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a
entrar, para que se llene mi casa.”. Mis estimados amigos, “aún hay lugar”.
¿Aprovechará esta oportunidad que el Señor le concede ahora, de responder con
gratitud a su invitación? Dios quiere convidarle de ricas y grandísimas
promesas. Cometerá el error de aquellos que presentaron excusas y no fueron a
la gran cena. Llegará el día en que quieran gozar de la vida eterna; sin
embargo, dijo el Señor en el verso 24: “Porque os digo que ninguno de aquellos
hombres que fueron convidados, gustará mi cena”. ¿Qué hará usted, entonces?
Invitación…
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