martes, 27 de septiembre de 2016

AQUÍ PODEMOS VER UN EJEMPLO DE LA CONFESIÓN DE UN PECADO, LA BÚSQUEDA DEL PERDÓN Y EL DESEO DE NO VOLVER A PECAR.

AQUÍ PODEMOS VER UN EJEMPLO DE LA CONFESIÓN DE UN PECADO, LA BÚSQUEDA DEL PERDÓN Y EL DESEO DE NO VOLVER A PECAR.
«PROBLEMAS CON LA PORNOGRAFÍA»
Por Carlos Rey.
«Yo soy un joven que... tuve problemas con la pornografía.... Duró siete años.... Sentía que mi vida era una basura.... Le dije a mi padre, y él me respondió que si yo me equivocaba en la vida, no tenía que volver a hacerlo, y que Dios me perdonaría si me arrepentía y no volvía a hacerlo.
»No fue un proceso fácil. Caí muchas veces, [pero] gracias a Dios, hoy mi conciencia está tranquila.... [Sin embargo,] quisiera saber si Dios realmente ha perdonado mi pecado... o si está enojado conmigo por haberle fallado varias veces en mi corta vida.»
»¡Qué bien que pudo confiar en su padre, y que él le dio ese magnífico consejo! ¡Y qué fantástico que usted reconoció las consecuencias negativas del pecado y que determinó cambiar! Lo felicitamos por ser persistente y no darse por vencido hasta conquistar al enemigo contra el que estaba luchando...
»Dios diseñó el acto sexual como la unión entre un hombre y una mujer comprometidos en una relación conyugal. Las sustancias placenteras que emite el cerebro fortalecen esa unión y fortalecen el matrimonio. Pero cuando se consume la pornografía, esas mismas sustancias químicas en el cerebro unen al consumidor a la pantalla de video o a la página impresa, y el consumidor comienza a tener una relación con una imagen gráfica. Sin embargo, esa imagen sólo satisface por un tiempo limitado, así que el consumidor siente el impulso de buscar una imagen mejor, y luego más imágenes. Eso se convierte en una búsqueda insaciable que puede llegar a ser obsesiva y acapararle varias horas al día.
»Como el consumidor ha cultivado una relación con las imágenes gráficas, no le queda tiempo ni energía para invertir en relaciones humanas auténticas. Si el consumidor está casado, el matrimonio sufre. Si el consumidor es joven y soltero, como lo era usted, las imágenes pueden resultar en expectativas poco realistas con respecto a una relación sexual apropiada dentro del matrimonio.
»Usted dice que quisiera saber si Dios realmente lo ha perdonado por todas las veces que le ha fallado.... Aunque parezca muy difícil creerlo, el pecado suyo no es más grave o diferente al de cualquier otra persona, y el sacrificio de Cristo fue más que suficiente para todos nosotros. No importa que el pecado suyo se haya prolongado por años ni que se haya cometido en secreto. Cristo sufrió el castigo por usted y por mí.
»Así como su padre fue compasivo y lo ayudó, su Padre celestial también es compasivo y bondadoso. Por eso envió a su Hijo a este mundo. Cuando pedimos perdón en el nombre de Jesucristo, y nos apartamos de nuestro pecado, podemos tener la conciencia tranquila debido a que Dios ya no nos considera culpables. No permita que un complejo de culpabilidad le haga creer lo contrario.»





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