El Manual de Capacitación de Dios
“…José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente”. Gn. 37:1-4
Antes de que nos familiaricemos más con José, echemos un rápido vistazo a una información previa. Le será de ayuda recordar que su biografía se ubica dentro de tres segmentos precisos.
Desde su nacimiento hasta los diecisiete años (Génesis 30:24–37:7). Durante este tiempo, la familia de José estuvo en transición; no estaba en un lugar fijo, sino que se mantenía yendo de un lado a otro. Asimismo, estaba surgiendo cierto antagonismo por los choques y discusiones que había en la familia, producto de los celos y el odio.
Desde los treinta años hasta su muerte (Génesis 41:46–50:26). Los últimos ochenta años de José son de prosperidad y recompensa bajo la bendición de Dios. José tuvo la gran oportunidad de desquitarse de sus hermanos, de arruinarlos para siempre, pero se negó a hacerlo. Por lo contrario, los bendijo, los protegió y los perdonó. Su vida es un cuadro de vivencias que nos enseñan.
Dios utiliza constantemente las vidas de los personajes de la Biblia para enseñarnos, estimularnos y ponernos sobre aviso. Nos advierte con malos ejemplos, nos enseña y prepara con los buenos, nos muestra ejemplos prácticos. ¿Quién puede olvidar el impacto de las verdades manifestadas en las vidas de David y Ester, de Moisés y Elías, de Pedro y Pablo? Es imposible dejar a la verdad en el terreno teórico cuando la vemos revelada en las vidas de hombres y mujeres de carne y hueso. Eso es lo que hacen estas biografías divinamente inspiradas; destilan vida, verdad y pasan a ser parte de la esencia de la vida cotidiana. El manual de capacitación de Dios está lleno de vidas que nos inspiran e instruyen.
Pablo nos recuerda en Romanos 15:4 dice: “Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras tengamos esperanza” (cursivas añadidas). Esta referencia a “anteriormente” abarca todas las verdades escritas en el Antiguo Testamento. Si entiendo bien este versículo, hay dos razones fundamentales por las que Dios ha permitido que tengamos el Antiguo Testamento para su estudio y aplicación: primero, para la instrucción en el presente, y segundo, para la esperanza futura. Dios nos ha dado esta información para que nuestras mentes puedan aprender la verdad sobre Él y sobre la vida. Dios desea que seamos estimulados a crecer, cambiar, madurar, vivir por fe, confiar en Dios, desechar el pecado. En las historias hay mucho más que sensaciones, en estas historias hay riqueza divina que puede marcar el corazón y la vida. Autor: Pastor C. Swindoll
Antes de que nos familiaricemos más con José, echemos un rápido vistazo a una información previa. Le será de ayuda recordar que su biografía se ubica dentro de tres segmentos precisos.
Desde su nacimiento hasta los diecisiete años (Génesis 30:24–37:7). Durante este tiempo, la familia de José estuvo en transición; no estaba en un lugar fijo, sino que se mantenía yendo de un lado a otro. Asimismo, estaba surgiendo cierto antagonismo por los choques y discusiones que había en la familia, producto de los celos y el odio.
Desde los treinta años hasta su muerte (Génesis 41:46–50:26). Los últimos ochenta años de José son de prosperidad y recompensa bajo la bendición de Dios. José tuvo la gran oportunidad de desquitarse de sus hermanos, de arruinarlos para siempre, pero se negó a hacerlo. Por lo contrario, los bendijo, los protegió y los perdonó. Su vida es un cuadro de vivencias que nos enseñan.
Dios utiliza constantemente las vidas de los personajes de la Biblia para enseñarnos, estimularnos y ponernos sobre aviso. Nos advierte con malos ejemplos, nos enseña y prepara con los buenos, nos muestra ejemplos prácticos. ¿Quién puede olvidar el impacto de las verdades manifestadas en las vidas de David y Ester, de Moisés y Elías, de Pedro y Pablo? Es imposible dejar a la verdad en el terreno teórico cuando la vemos revelada en las vidas de hombres y mujeres de carne y hueso. Eso es lo que hacen estas biografías divinamente inspiradas; destilan vida, verdad y pasan a ser parte de la esencia de la vida cotidiana. El manual de capacitación de Dios está lleno de vidas que nos inspiran e instruyen.
Pablo nos recuerda en Romanos 15:4 dice: “Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras tengamos esperanza” (cursivas añadidas). Esta referencia a “anteriormente” abarca todas las verdades escritas en el Antiguo Testamento. Si entiendo bien este versículo, hay dos razones fundamentales por las que Dios ha permitido que tengamos el Antiguo Testamento para su estudio y aplicación: primero, para la instrucción en el presente, y segundo, para la esperanza futura. Dios nos ha dado esta información para que nuestras mentes puedan aprender la verdad sobre Él y sobre la vida. Dios desea que seamos estimulados a crecer, cambiar, madurar, vivir por fe, confiar en Dios, desechar el pecado. En las historias hay mucho más que sensaciones, en estas historias hay riqueza divina que puede marcar el corazón y la vida. Autor: Pastor C. Swindoll
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