sábado, 10 de septiembre de 2016

MUCHOS HOMBRES Y MUJERES QUEREMOS SER COMO ORO FINO, PERO NO QUEREMOS PASAR POR EL FUEGO.

MUCHOS HOMBRES Y MUJERES QUEREMOS SER COMO ORO FINO, PERO NO QUEREMOS PASAR POR EL FUEGO.
“Más Él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro” (Job 23:10).
LO QUE DIOS HACE EN NOSOTROS, LO HACE PARA SU GLORIA Y PARA NUESTRO BIEN.
Para poder refinar el oro, el joyero pone el oro en un crisol, en el fuego, y lo hace hervir hasta que hace burbujas y brilla. Cierne todas las impurezas que salen a la superficie, y sabe que cuando pueda verse reflejado él mismo en esa superficie, el oro es puro. Eso es lo que el Señor hace cuando usted experimenta problemas. Cuando Él puede ver su reflejo reproducido en su vida, entonces usted como oro refinado, está listo para Su uso y para Su gloria.
―Pero, ¡el fuego quema!”
PASAR POR EL FUEGO, PASAR POR EL HORNO, ESTAR EN LAS MANOS DEL ALFARERO, DEL ARTESANO, DEL MAESTRO, ES UN PRIVILEGIO. DIOS NOS ESTÁ TRANSFORMANDO.
Amigo (a), tiene toda la razón. Pero recuerde que Dios lo controla. Ningún joyero es tan cuidadoso con su oro, como un padre con sus hijos. Él sabe lo que está haciendo.
―Pero, ¿qué de aquellas cosas que Él está quemando en mi vida?
Bueno, si las está quemando, es porque usted no las necesita. Si usted las necesitara, su amoroso Padre se aseguraría de que las mantenga.
¿Ha quitado Dios algo de su vida, recientemente, que usted pensó que no podría vivir sin ello? Piénselo y agradézcale a Dios.

DELE GRACIAS A DIOS POR TODO LO QUE QUITA DE NUESTRAS VIDAS. ÉL SABE POR QUÉ LO HACE Y PARA QUÉ.

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