MUCHOS
HOMBRES Y MUJERES QUEREMOS SER COMO ORO FINO, PERO NO QUEREMOS PASAR POR EL
FUEGO.
“Más Él
conoce mi camino; me probará, y saldré como oro” (Job 23:10).
LO QUE DIOS
HACE EN NOSOTROS, LO HACE PARA SU GLORIA Y PARA NUESTRO BIEN.
Para poder
refinar el oro, el joyero pone el oro en un crisol, en el fuego, y lo hace
hervir hasta que hace burbujas y brilla. Cierne todas las impurezas que salen a
la superficie, y sabe que cuando pueda verse reflejado él mismo en esa
superficie, el oro es puro. Eso es lo que el Señor hace cuando usted
experimenta problemas. Cuando Él puede ver su reflejo reproducido en su vida,
entonces usted como oro refinado, está listo para Su uso y para Su gloria.
―Pero, ¡el
fuego quema!”
PASAR POR EL
FUEGO, PASAR POR EL HORNO, ESTAR EN LAS MANOS DEL ALFARERO, DEL ARTESANO, DEL
MAESTRO, ES UN PRIVILEGIO. DIOS NOS ESTÁ TRANSFORMANDO.
Amigo (a),
tiene toda la razón. Pero recuerde que Dios lo controla. Ningún joyero es tan
cuidadoso con su oro, como un padre con sus hijos. Él sabe lo que está
haciendo.
―Pero, ¿qué
de aquellas cosas que Él está quemando en mi vida?
Bueno, si
las está quemando, es porque usted no las necesita. Si usted las necesitara, su
amoroso Padre se aseguraría de que las mantenga.
¿Ha quitado
Dios algo de su vida, recientemente, que usted pensó que no podría vivir sin
ello? Piénselo y agradézcale a Dios.
DELE GRACIAS
A DIOS POR TODO LO QUE QUITA DE NUESTRAS VIDAS. ÉL SABE POR QUÉ LO HACE Y PARA
QUÉ.
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