lunes, 26 de septiembre de 2016

NO HAY DISCÍPULOS SIN CRUZ.
“Y el que no lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27).
LA CRUZ NOS AYUDA A CRECER ESPIRITUALMENTE.
La cruz no solamente nos salva, sino que continúa santificándonos. ¿Ha leído lo que Jesús dijo? “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34b).
LA CRUZ ES TODO AQUELLO QUE USTED ACEPTA, PARA SERVIRLE A DIOS. Mucha gente piensa que esto significa que nuestra “cruz” es una enfermedad, o un cónyuge incrédulo, o un jefe déspota. Sin embargo, una cruz no es algo puesto a la fuerza sobre usted y sobre lo cual no tiene ninguna opción. La cruz es algo que usted volitivamente acepta. Jesús puso su vida voluntariamente, y nos pide que hagamos lo mismo. Su cruz es cuando usted voluntariamente muere a sí mismo, y realiza esto al decir “¡No!” al pecado y a su ego, y “¡Sí!” a Cristo.
SEÑOR, QUIERO VOLUNTARIAMENTE MORIR A MI YO.
Ofrezca esta oración de entrega Dios hoy: “Padre, perdóname por ponerme yo en primer lugar, y Tú en segundo. Perdóname por no tomar mi cruz para seguirte. Dame la gracia de morir a mí mismo, y de morir para aquellas cosas en mi vida que no traen gloria para Ti, y mantenme muy cerca de Ti.”
SOLO DIOS DA SALVACIÓN.
“Yo, Yo Jehová, y fuera de Mí no hay quien salve” (Isaías 43:11).
PARA LA SALVACIÓN SE REQUIERE DEL PODER DE DIOS.
Se requiere más del poder de Dios para salvar a una alma a través de la cruz de Cristo, que lo que se requiere para cualquier otra cosa. Dios no tuvo ninguna dificultad creando el universo. La Biblia nos dice que Él habló, ¡y sucedió! Pero cuando Dios escribió la historia de la salvación, tuvo grandes dificultades.
EL CIELO SE VISTE DE ALEGRÍA, CUANDO UN PECADOR SE ARREPIENTE.
En una ocasión el pastor Rogers dijo: “¿Qué si yo realizo un servicio y tengo el poder de enderezar las piernas de los inválidos, o de devolver la vista a los ciegos? ¡En el próximo servicio no habría dónde poner a la gente! Ahora, por cierto que deseo que Dios sane a las personas, pero déjeme decirle algo más. ¿Qué, si después de que predique un mensaje, una niñita pasa al frente para decir que Dios le ha salvado? ¡Ese es un milagro mayor que abrir los ojos de los ciegos, porque el Hijo de Dios tuvo que colgar en una cruz, en agonía y derramar Su sangre, para comprar la salvación de esa pequeña!”
JESUCRISTO VINO COMO SALVADOR.
Jesús no vino como un gran sanador o profesor. ¡Él vino como Salvador!
SI USTED SABE LO QUE SIGNIFICA SALVACIÓN, ENTONCES LLÉVELE A OTROS ESTE MENSAJE.
¿Cómo usted definiría lo que sucede cuando Dios salva a una persona? ¿Podría ponerlo en palabras? Pídale a Dios que le muestre, en Su Palabra, lo que significa la salvación, y luego trate de explicarlo con sus propias palabras. Y compártalo con alguien más esta semana.
JESUCRISTO ES LA PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS.
“A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Romanos 3:25).
Propiciación es una palabra grande que significa “satisfacer”. Porque Dios es un Dios Santo, su ira y justicia queman contra el pecado. Y Él ha prometido que el pecado será castigado. Debe haber un pago satisfactorio por el pecado. Dios dijo: “Si castigo al hombre por su pecado, morirá y se irá al infierno. Pero si no castigo al hombre por su pecado, mi justicia nunca será satisfecha.” ¿La solución? Dios dijo que Él mismo sería nuestro substituto. Llevaría el pecado de la humanidad sobre Sí mismo en agonía, derramando su sangre: un juicio justo y substituto por el pecado. Su ira se quemó en la cruz cuando su Unigénito murió como la propiciación por los pecados del hombre, y esto es amor (vea 1 Juan 4:10).
¿Cuándo fue la última vez que usted le agradeció a Dios por no mandarlo al infierno, como se lo merecía? A lo mejor ya es tiempo de que lo haga, ¿no le parece?
DIOS PUSO A SU HIJO EN UNA CRUZ POR NOSOTROS.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Un jovencito tenía dificultades viviendo la vida cristiana. Fue a donde su Pastor, quien le dijo que fuera a ver un cuadro específico en el museo. En el museo, el guía lo llevó a un gran salón, en donde el cuadro adornaba toda la pared. El joven sintió repulsión por lo que vio. Era una pintura de Cristo en la cruz, pero la perspectiva desde la cual el artista pintó, estaba fuera de balance. Lucía grotesco. El guía le dijo: “Jovencito, necesitas acercarte más.” El joven se acercó más. “Ahora necesitas agacharte.” Y el joven se agachó. “Ahora, más cerca y más abajo.” Antes de que el joven se diera cuenta qué estaba sucediendo, se encontró de rodillas al pie de la cruz, y cuando miró hacia arriba, entendió por completo la pintura total. Hasta que usted no esté dispuesto a tomar su lugar al pie de la cruz, la vida cristiana nunca tendrá ningún sentido para usted, tampoco.
Pase algún tiempo meditando en lo que Jesucristo experimentó, al sufrir la angustia, las acusaciones, la flagelación, las burlas y al final la crucifixión, como expiación por todos sus pecados.
JUNTAMENTE FUIMOS CRICIFICADOS CON JESUCRISTO.
“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” - (Romanos 6:11).
Debemos considerarnos a nosotros mismos como muertos al pecado, pero vivos en Jesucristo. ¿Qué significa eso? Para muchos, el decir “considerar” significa ‘lo pensaré’. Pero en este pasaje, “considerar” es un término legal, jurídico que significa ‘contar con’ o ‘calcular’. Cuando usted se arrepintió por sus pecados y pidió a Dios que le perdonara y salvara, usted “contó” con lo que Jesús hizo en la cruz para expiación de sus pecados. Y ahora, usted depende de Su justicia. Así como “cuenta” con Él para la victoria sobre la multa del pecado, también “cuenta” con Él para la victoria sobre el poder del pecado. Considérese muerto al pecado y vivo en Dios.
¿Quiere caminar victoriosamente hoy? Entonces repita lo siguiente durante todo el día: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí” (Gálatas 2.20). Muera para sí mismo, y viva para Cristo.
UNA SALVACIÓN PAGADA TOTALMENTE EN LA CRUZ, Y SELLADA Y GARANTIZADA PARA SIEMPRE.
“El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones” - (2 Corintios 1:22).
Dios nos ha dado “las arras del Espíritu en nuestros corazones”. ¿Qué significa eso? En los días de Jesús, cuando un hombre quería comprar algo pero no tenía el dinero suficiente ese momento, dejaba una cantidad de dinero como “fianza o depósito”. Mientras mayor era el depósito inicial, más segura era la indicación de que completaría el pago. Por ejemplo, si una persona estaba vendiendo un carro por $1.000 dólares y un posible comprador depositaba $5 dólares para “apartar” el coche, el dueño del vehículo prácticamente no prestaba atención a tal comprador. Pero si esa persona daba $500 dólares como depósito por el vehículo, quería decir que sí tenía interés y que regresaría con el resto del dinero.
En terminología moderna, podríamos decir que Dios depositó como “fianza” al Espíritu. ¿Piensa usted que Dios se va a olvidar de su Espíritu Santo? ¡No! Asimismo, Dios no se va a olvidar de usted, porque ha hecho una gran inversión en su vida.
EN LA CRUZ SE LLEVÓ A CABO TODA LA SALVACIÓN.
Alabe a Dios porque su salvación fue pagada totalmente cuando Jesús murió en la cruz. Alabe a Dios porque Él le ha sellado por la eternidad con la sangre expiatoria de su Hijo. Alabe a Dios porque no está solo, su Espíritu Santo mora en usted para santificarlo.
LA CRUZ NOS RECUERDA EL PACTO DE MISERICORDIA DE DIOS.
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones” - (Deuteronomio 7:9).
Cuando el pastor Rogers hablaba acerca de la seguridad eternal, inevitablemente escuchaba a alguien decir: “Bueno, tal vez sus pecados no podrán separarle de la mano de Dios, pero Satanás sí puede.” Con todo respeto él respondía: “Perdóneme, pero eso es una tontería. Si Satanás puede separarle de la mano de Dios, ¿por qué no lo ha hecho ya? ¿No ha sido él “bueno” con usted?”
Sería una muy extraña doctrina el decir que usted va a ir al cielo por la gracia del diablo, ¿no le parece? Dios nos salva. Dios nos guarda. Lo que ha sido sellado en la eternidad jamás puede ser deshecho por los intentos de los hombres ni por las artimañas del diablo.
HACE MÁS DE DOS MIL AÑOS, JESÚS PAGÓ POR MI TODO MI PECADO EN LA CRUZ.
¿Tiene usted la seguridad en su corazón de que cuando muera, se irá al cielo? Si no la tiene, pase algún tiempo hablando con Dios, ahora mismo. Pídale que le dé el regalo de la fe, ahora mismo, para creer en la seguridad de lo que hizo Jesús por usted, en la cruz, hace más de 2.000 años.
EL HOMBRE DELANTE DE DIOS, ES COMO UN TRAPO DE INMUNDICIA.
“Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” - (Isaías 64:6).
PARA EL HOMBRE NO EXISTE LA AUTO SALVACIÓN.
No existe ni uno bueno. Ni uno solo. Si usted pidiera a cada ser humano en el planeta tierra que ponga en una taza todas sus cosas buenas, no habría en esa taza ni siquiera lo suficiente para salvar a una sola persona.
JESUCRISTO ES NUESTRA ÚNICA ESPERANZA.
Isaías 64:6 dice que “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” a los ojos de Dios. La cruz de Jesucristo es nuestra única esperanza. Sin Jesús, usted tendrá que enfrentar la ira de Dios. Jesús pagó la deuda de su pecado que la justicia de Dios requiere, y ahora, como Su hijo, usted comparte Su justicia.
NECESITO IR AL HOGAR DE DIOS, POR EL CAMINO DE LA CRUZ.
En 1906 Jessie Brown Pounds escribió estas palabras: “Necesito ir al hogar por el camino de la cruz; no hay ninguna otra forma, sino ésta. Nunca podré ver las puertas de luz, si es que pierdo el camino de la cruz.”
¿Cómo se ve a usted mismo, este momento? ¿Digno? ¿O indigno? ¿Qué es lo que dice Juan 3:36. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Juan 5:24. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Y Romanos 3:23-26? por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
3:26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Dios le ama y desea perdonarle, pero si usted le rechaza a Él y su perdón, entonces morirá y se irá al infierno. Entréguese por completo a Él, y reciba hoy mismo el regalo gratuito de Su perdón.
SOLO JESÚS PUEDE SALVARLO.
¿Se ha arrepentido usted de sus pecados y creído en la obra expiatoria de Cristo, al Él derramar su sangre en la cruz? El ser “bueno” no lo llevará al cielo, solamente Jesús lo hará.
EN LA CRUZ JESUCRISTO NOS OTORGÓ TODOS LOS BENEFICIOS.
“Más por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” - (1 Corintios 1:30).
La iglesia no es una organización con Jesucristo como presidente. La iglesia es un organismo con Jesucristo como su cabeza. Estamos en Él, y Él está en nosotros. La victoria que Él ganó en la cruz fue para nosotros. Cuando Jesús fue a la cruz, no estaba peleando una batalla para Él mismo. Él no necesitaba vencer a Satanás. Él peleó en representación suya. Jesús se hizo el “hijo del hombre”, para que usted pueda llegar a ser “hijo de Dios.” Él llevó sus pecados para que usted pudiera tomar Su inocencia. Él se hizo culpable, para que usted sea absuelto. Él fue inundado con desesperación, para que usted pudiera ser lleno de gozo. Él tomó su vergüenza, para que usted pudiera tomar Su gloria. Él sufrió los dolores del infierno, para que usted conozca los goces del cielo.
NUESTRA VIDA ESTÁ ESCONDIDA EN CRISTO, EL LA GANÓ EN LA CRUZ.
Tanta gente piensa que la salvación viene “de adentro hacia fuera”, al pedir a Cristo entrar a sus corazones. Pero, ¿sabía que es igualmente correcto decir que usted es salvo “de afuera hacia adentro”? Lea Colosenses 3:3: “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Su salvación está “en Cristo”, en la misma forma en que Noé fue salvo por estar “en el arca”. Pídale a Dios que le ayude a comprender estas verdades hoy.
JESUCRISTO SUFRIÓ EN LA CRUZ.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” - (Hebreos 12:2).
¿Qué significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe? La palabra griega para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el Príncipe de nuestra fe. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y significa que Él es quien “completa” nuestra fe. Jesús pagó el precio, para que usted pudiera ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y corre la carrera a través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos solos!
Adore a Dios en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
UNA OBRA QUE CRISTO VA A COMPLETAR EN USTED.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
EN LA CRUZ JESÚS CARGÓ EL PECADO DE TODOS NOSOTROS.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros” - (Isaías 53:6). Jesús sufrió como usted sufrirá. Pero Él sufrió mucho más que eso porque tomó no solo el sufrimiento suyo, sino llevó sobre Sí el sufrimiento de todo el mundo. Los pecados del mundo fueron comprimidos y destilados sobre el Señor Jesucristo. Los eruditos hebreos nos dicen que hay un plural intensivo en Isaías 53 que habla de la muerte de Cristo. Indican que literalmente significa que Jesús murió mil muertes. ¿Sabe lo que eso significa? Quiere decir que Jesús, siendo infinito, sufrió por una cantidad finita de tiempo, lo que usted, siendo finito, sufriría por una cantidad infinita de tiempo. Él sufrió en la cruz una eternidad infernal por cada uno de nosotros.
Jesús murió para aplacar la ira de Dios, para que Su justicia y santidad sean satisfechas. La Biblia llama a esto “propiciación” (ver Romanos 3:23-25 y 1 Juan 2:2). Escriba en una pequeña tarjeta la palabra “propiciación” y medite acerca de esta humilde verdad, transformadora de vida, durante todo el día.
JESÚS PASÓ EL VALLE DE MUERTE.
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4).
El Salmo 23 está suspendido entre el Salmo 22, que habla de la crucifixión de Jesús, y el Salmo 24, que es una profecía de la coronación de Jesús. Es una hermosa trilogía acerca de la cruz del Salvador, el cayado del Pastor y la corona del Soberano. El Salmo 23 es el valle entre las faldas sangrientas del monte Calvario y los picos soleados del monte de Sion. Gracias a Dios por cada valle, porque significa que debe haber una montaña cerca. Si hoy usted se encuentra en un valle, recuerde que no estaría ahí si no hubiera tenido que cruzar montañas. Hay visión en el valle y esperanza en las montañas.
Lea la trilogía de Salmos: 22, 23 y 24




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