NO HAY
DISCÍPULOS SIN CRUZ.
“Y el que no
lleva su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27).
LA CRUZ NOS
AYUDA A CRECER ESPIRITUALMENTE.
La cruz no
solamente nos salva, sino que continúa santificándonos. ¿Ha leído lo que Jesús
dijo? “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame” (Marcos 8:34b).
LA CRUZ ES
TODO AQUELLO QUE USTED ACEPTA, PARA SERVIRLE A DIOS. Mucha gente piensa que
esto significa que nuestra “cruz” es una enfermedad, o un cónyuge incrédulo, o
un jefe déspota. Sin embargo, una cruz no es algo puesto a la fuerza sobre
usted y sobre lo cual no tiene ninguna opción. La cruz es algo que usted
volitivamente acepta. Jesús puso su vida voluntariamente, y nos pide que
hagamos lo mismo. Su cruz es cuando usted voluntariamente muere a sí mismo, y
realiza esto al decir “¡No!” al pecado y a su ego, y “¡Sí!” a Cristo.
SEÑOR,
QUIERO VOLUNTARIAMENTE MORIR A MI YO.
Ofrezca esta
oración de entrega Dios hoy: “Padre, perdóname por ponerme yo en primer lugar,
y Tú en segundo. Perdóname por no tomar mi cruz para seguirte. Dame la gracia
de morir a mí mismo, y de morir para aquellas cosas en mi vida que no traen
gloria para Ti, y mantenme muy cerca de Ti.”
SOLO DIOS DA
SALVACIÓN.
“Yo, Yo
Jehová, y fuera de Mí no hay quien salve” (Isaías 43:11).
PARA LA
SALVACIÓN SE REQUIERE DEL PODER DE DIOS.
Se requiere
más del poder de Dios para salvar a una alma a través de la cruz de Cristo, que
lo que se requiere para cualquier otra cosa. Dios no tuvo ninguna dificultad
creando el universo. La Biblia nos dice que Él habló, ¡y sucedió! Pero cuando
Dios escribió la historia de la salvación, tuvo grandes dificultades.
EL CIELO SE
VISTE DE ALEGRÍA, CUANDO UN PECADOR SE ARREPIENTE.
En una
ocasión el pastor Rogers dijo: “¿Qué si yo realizo un servicio y tengo el poder
de enderezar las piernas de los inválidos, o de devolver la vista a los ciegos?
¡En el próximo servicio no habría dónde poner a la gente! Ahora, por cierto que
deseo que Dios sane a las personas, pero déjeme decirle algo más. ¿Qué, si
después de que predique un mensaje, una niñita pasa al frente para decir que
Dios le ha salvado? ¡Ese es un milagro mayor que abrir los ojos de los ciegos,
porque el Hijo de Dios tuvo que colgar en una cruz, en agonía y derramar Su
sangre, para comprar la salvación de esa pequeña!”
JESUCRISTO
VINO COMO SALVADOR.
Jesús no
vino como un gran sanador o profesor. ¡Él vino como Salvador!
SI USTED
SABE LO QUE SIGNIFICA SALVACIÓN, ENTONCES LLÉVELE A OTROS ESTE MENSAJE.
¿Cómo usted
definiría lo que sucede cuando Dios salva a una persona? ¿Podría ponerlo en
palabras? Pídale a Dios que le muestre, en Su Palabra, lo que significa la
salvación, y luego trate de explicarlo con sus propias palabras. Y compártalo
con alguien más esta semana.
JESUCRISTO
ES LA PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS.
“A quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados” (Romanos 3:25).
Propiciación
es una palabra grande que significa “satisfacer”. Porque Dios es un Dios Santo,
su ira y justicia queman contra el pecado. Y Él ha prometido que el pecado será
castigado. Debe haber un pago satisfactorio por el pecado. Dios dijo: “Si
castigo al hombre por su pecado, morirá y se irá al infierno. Pero si no
castigo al hombre por su pecado, mi justicia nunca será satisfecha.” ¿La
solución? Dios dijo que Él mismo sería nuestro substituto. Llevaría el pecado
de la humanidad sobre Sí mismo en agonía, derramando su sangre: un juicio justo
y substituto por el pecado. Su ira se quemó en la cruz cuando su Unigénito
murió como la propiciación por los pecados del hombre, y esto es amor (vea 1
Juan 4:10).
¿Cuándo fue
la última vez que usted le agradeció a Dios por no mandarlo al infierno, como
se lo merecía? A lo mejor ya es tiempo de que lo haga, ¿no le parece?
DIOS PUSO A
SU HIJO EN UNA CRUZ POR NOSOTROS.
“Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Un jovencito
tenía dificultades viviendo la vida cristiana. Fue a donde su Pastor, quien le
dijo que fuera a ver un cuadro específico en el museo. En el museo, el guía lo
llevó a un gran salón, en donde el cuadro adornaba toda la pared. El joven
sintió repulsión por lo que vio. Era una pintura de Cristo en la cruz, pero la
perspectiva desde la cual el artista pintó, estaba fuera de balance. Lucía
grotesco. El guía le dijo: “Jovencito, necesitas acercarte más.” El joven se
acercó más. “Ahora necesitas agacharte.” Y el joven se agachó. “Ahora, más
cerca y más abajo.” Antes de que el joven se diera cuenta qué estaba
sucediendo, se encontró de rodillas al pie de la cruz, y cuando miró hacia
arriba, entendió por completo la pintura total. Hasta que usted no esté
dispuesto a tomar su lugar al pie de la cruz, la vida cristiana nunca tendrá
ningún sentido para usted, tampoco.
Pase algún
tiempo meditando en lo que Jesucristo experimentó, al sufrir la angustia, las
acusaciones, la flagelación, las burlas y al final la crucifixión, como
expiación por todos sus pecados.
JUNTAMENTE
FUIMOS CRICIFICADOS CON JESUCRISTO.
“Así también
vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro” - (Romanos 6:11).
Debemos
considerarnos a nosotros mismos como muertos al pecado, pero vivos en
Jesucristo. ¿Qué significa eso? Para muchos, el decir “considerar” significa
‘lo pensaré’. Pero en este pasaje, “considerar” es un término legal, jurídico
que significa ‘contar con’ o ‘calcular’. Cuando usted se arrepintió por sus
pecados y pidió a Dios que le perdonara y salvara, usted “contó” con lo que
Jesús hizo en la cruz para expiación de sus pecados. Y ahora, usted depende de
Su justicia. Así como “cuenta” con Él para la victoria sobre la multa del
pecado, también “cuenta” con Él para la victoria sobre el poder del pecado.
Considérese muerto al pecado y vivo en Dios.
¿Quiere
caminar victoriosamente hoy? Entonces repita lo siguiente durante todo el día:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual
me amó y se entregó a Sí mismo por mí” (Gálatas 2.20). Muera para sí mismo, y
viva para Cristo.
UNA
SALVACIÓN PAGADA TOTALMENTE EN LA CRUZ, Y SELLADA Y GARANTIZADA PARA SIEMPRE.
“El cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones” - (2 Corintios 1:22).
Dios nos ha
dado “las arras del Espíritu en nuestros corazones”. ¿Qué significa eso? En los
días de Jesús, cuando un hombre quería comprar algo pero no tenía el dinero
suficiente ese momento, dejaba una cantidad de dinero como “fianza o depósito”.
Mientras mayor era el depósito inicial, más segura era la indicación de que
completaría el pago. Por ejemplo, si una persona estaba vendiendo un carro por
$1.000 dólares y un posible comprador depositaba $5 dólares para “apartar” el
coche, el dueño del vehículo prácticamente no prestaba atención a tal
comprador. Pero si esa persona daba $500 dólares como depósito por el vehículo,
quería decir que sí tenía interés y que regresaría con el resto del dinero.
En
terminología moderna, podríamos decir que Dios depositó como “fianza” al
Espíritu. ¿Piensa usted que Dios se va a olvidar de su Espíritu Santo? ¡No!
Asimismo, Dios no se va a olvidar de usted, porque ha hecho una gran inversión
en su vida.
EN LA CRUZ
SE LLEVÓ A CABO TODA LA SALVACIÓN.
Alabe a Dios
porque su salvación fue pagada totalmente cuando Jesús murió en la cruz. Alabe
a Dios porque Él le ha sellado por la eternidad con la sangre expiatoria de su
Hijo. Alabe a Dios porque no está solo, su Espíritu Santo mora en usted para
santificarlo.
LA CRUZ NOS
RECUERDA EL PACTO DE MISERICORDIA DE DIOS.
“Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones” - (Deuteronomio 7:9).
Cuando el
pastor Rogers hablaba acerca de la seguridad eternal, inevitablemente escuchaba
a alguien decir: “Bueno, tal vez sus pecados no podrán separarle de la mano de
Dios, pero Satanás sí puede.” Con todo respeto él respondía: “Perdóneme, pero
eso es una tontería. Si Satanás puede separarle de la mano de Dios, ¿por qué no
lo ha hecho ya? ¿No ha sido él “bueno” con usted?”
Sería una
muy extraña doctrina el decir que usted va a ir al cielo por la gracia del
diablo, ¿no le parece? Dios nos salva. Dios nos guarda. Lo que ha sido sellado
en la eternidad jamás puede ser deshecho por los intentos de los hombres ni por
las artimañas del diablo.
HACE MÁS DE
DOS MIL AÑOS, JESÚS PAGÓ POR MI TODO MI PECADO EN LA CRUZ.
¿Tiene usted
la seguridad en su corazón de que cuando muera, se irá al cielo? Si no la
tiene, pase algún tiempo hablando con Dios, ahora mismo. Pídale que le dé el
regalo de la fe, ahora mismo, para creer en la seguridad de lo que hizo Jesús
por usted, en la cruz, hace más de 2.000 años.
EL HOMBRE
DELANTE DE DIOS, ES COMO UN TRAPO DE INMUNDICIA.
“Si bien
todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos
llevaron como viento” - (Isaías 64:6).
PARA EL
HOMBRE NO EXISTE LA AUTO SALVACIÓN.
No existe ni
uno bueno. Ni uno solo. Si usted pidiera a cada ser humano en el planeta tierra
que ponga en una taza todas sus cosas buenas, no habría en esa taza ni siquiera
lo suficiente para salvar a una sola persona.
JESUCRISTO
ES NUESTRA ÚNICA ESPERANZA.
Isaías 64:6
dice que “todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia” a los ojos de
Dios. La cruz de Jesucristo es nuestra única esperanza. Sin Jesús, usted tendrá
que enfrentar la ira de Dios. Jesús pagó la deuda de su pecado que la justicia
de Dios requiere, y ahora, como Su hijo, usted comparte Su justicia.
NECESITO IR
AL HOGAR DE DIOS, POR EL CAMINO DE LA CRUZ.
En 1906
Jessie Brown Pounds escribió estas palabras: “Necesito ir al hogar por el
camino de la cruz; no hay ninguna otra forma, sino ésta. Nunca podré ver las
puertas de luz, si es que pierdo el camino de la cruz.”
¿Cómo se ve
a usted mismo, este momento? ¿Digno? ¿O indigno? ¿Qué es lo que dice Juan 3:36.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Juan 5:24. De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Y Romanos
3:23-26? por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
3:24 siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús,
3:25 a quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados,
3:26 con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y
el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Dios le ama
y desea perdonarle, pero si usted le rechaza a Él y su perdón, entonces morirá
y se irá al infierno. Entréguese por completo a Él, y reciba hoy mismo el
regalo gratuito de Su perdón.
SOLO JESÚS
PUEDE SALVARLO.
¿Se ha
arrepentido usted de sus pecados y creído en la obra expiatoria de Cristo, al
Él derramar su sangre en la cruz? El ser “bueno” no lo llevará al cielo,
solamente Jesús lo hará.
EN LA CRUZ
JESUCRISTO NOS OTORGÓ TODOS LOS BENEFICIOS.
“Más por Él
estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación y redención” - (1 Corintios 1:30).
La iglesia
no es una organización con Jesucristo como presidente. La iglesia es un
organismo con Jesucristo como su cabeza. Estamos en Él, y Él está en nosotros.
La victoria que Él ganó en la cruz fue para nosotros. Cuando Jesús fue a la
cruz, no estaba peleando una batalla para Él mismo. Él no necesitaba vencer a
Satanás. Él peleó en representación suya. Jesús se hizo el “hijo del hombre”,
para que usted pueda llegar a ser “hijo de Dios.” Él llevó sus pecados para que
usted pudiera tomar Su inocencia. Él se hizo culpable, para que usted sea
absuelto. Él fue inundado con desesperación, para que usted pudiera ser lleno
de gozo. Él tomó su vergüenza, para que usted pudiera tomar Su gloria. Él
sufrió los dolores del infierno, para que usted conozca los goces del cielo.
NUESTRA VIDA
ESTÁ ESCONDIDA EN CRISTO, EL LA GANÓ EN LA CRUZ.
Tanta gente
piensa que la salvación viene “de adentro hacia fuera”, al pedir a Cristo
entrar a sus corazones. Pero, ¿sabía que es igualmente correcto decir que usted
es salvo “de afuera hacia adentro”? Lea Colosenses 3:3: “Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Su salvación está “en
Cristo”, en la misma forma en que Noé fue salvo por estar “en el arca”. Pídale
a Dios que le ayude a comprender estas verdades hoy.
JESUCRISTO SUFRIÓ
EN LA CRUZ.
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” - (Hebreos 12:2).
¿Qué
significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe? La palabra griega
para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el
Príncipe de nuestra fe. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y
significa que Él es quien “completa” nuestra fe. Jesús pagó el precio, para que
usted pudiera ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su
ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo
correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y
corre la carrera a través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos
solos!
Adore a Dios
en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como
un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar
su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
UNA OBRA QUE
CRISTO VA A COMPLETAR EN USTED.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
EN LA CRUZ
JESÚS CARGÓ EL PECADO DE TODOS NOSOTROS.
“Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros” - (Isaías 53:6). Jesús sufrió como usted sufrirá. Pero
Él sufrió mucho más que eso porque tomó no solo el sufrimiento suyo, sino llevó
sobre Sí el sufrimiento de todo el mundo. Los pecados del mundo fueron
comprimidos y destilados sobre el Señor Jesucristo. Los eruditos hebreos nos
dicen que hay un plural intensivo en Isaías 53 que habla de la muerte de
Cristo. Indican que literalmente significa que Jesús murió mil muertes. ¿Sabe
lo que eso significa? Quiere decir que Jesús, siendo infinito, sufrió por una
cantidad finita de tiempo, lo que usted, siendo finito, sufriría por una
cantidad infinita de tiempo. Él sufrió en la cruz una eternidad infernal por
cada uno de nosotros.
Jesús murió
para aplacar la ira de Dios, para que Su justicia y santidad sean satisfechas.
La Biblia llama a esto “propiciación” (ver Romanos 3:23-25 y 1 Juan 2:2).
Escriba en una pequeña tarjeta la palabra “propiciación” y medite acerca de
esta humilde verdad, transformadora de vida, durante todo el día.
JESÚS PASÓ
EL VALLE DE MUERTE.
“Aunque ande
en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4).
El Salmo 23
está suspendido entre el Salmo 22, que habla de la crucifixión de Jesús, y el
Salmo 24, que es una profecía de la coronación de Jesús. Es una hermosa
trilogía acerca de la cruz del Salvador, el cayado del Pastor y la corona del
Soberano. El Salmo 23 es el valle entre las faldas sangrientas del monte
Calvario y los picos soleados del monte de Sion. Gracias a Dios por cada valle,
porque significa que debe haber una montaña cerca. Si hoy usted se encuentra en
un valle, recuerde que no estaría ahí si no hubiera tenido que cruzar montañas.
Hay visión en el valle y esperanza en las montañas.
Lea la
trilogía de Salmos: 22, 23 y 24
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