UNA
SALVACIÓN SEGURA NOS OFRECE JESUCRISTO.
“Bendito el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos
hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los
muertos” (1 Pedro 1:3).
ELIMINE
TODAS LAS DUDAS DE SU CORAZÓN Y DIGA CON SEGURIDAD: SOY SALVO.
Hay algunas
personas que piensan que pueden perder la salvación. Amigo y amiga, si usted
pierde o no su salvación, todo depende de cómo la obtuvo. Si usted es salvo por
sus buenas obras, entonces puede perder su salvación por sus malas obras. Pero
la Palabra de Dios es muy clara en este asunto. Tito 3:5 dice: “Nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.”
POR GRACIA Y
NO POR OBRAS.
¿Cómo se
salva una persona? ¡Por gracia! Y si es por gracia, entonces usted es guardado
por gracia. La salvación no está cimentada en los méritos del hombre, sino
única y exclusivamente en la gracia de Dios.
EL ESPÍRITU
SANTO, LA SANGRE DE JESUCRISTO Y EL LLAMADO QUE DIOS LE HIZO Y QUE USTED
ACEPTÓ, LO HACEN SALVO.
Alabe a Dios
por el trabajo regenerador del Espíritu Santo, por la sangre salvadora de su
Hijo, y por su llamado en su vida.
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